Limoncito, Bolivia, septiembre 24 - Los indígenas del
parque nacional TIPNIS que secuestraron al Canciller, David Choquehuanca
y al viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, César
Navarro, para usarlos como escudos humanos, liberaron a los dos rehenes
después de una gran tensión y una intempestiva reacción violenta.
Inmediatamente después, Choquehuanca ratificó la predisposición del
Gobierno de reanudar el diálogo para resolver los conflictos, a pesar
de las agresiones y violencia.
El jefe de la diplomacia boliviana fue obligado por los marchistas a
rebasar una barrera policial de seguridad en la población de Limoncito,
cuando explicaba la posición del Gobierno y cuando ofrecía intermediar
con los campesinos colonizadores que están al frente de esa población,
en Yucumo, en vigilia.
"A pesar de esa situación hostil yo voy a seguir intentando de que
podamos superar esa situación mediante el dialogo, yo creo en el
dialogo, en el poder del dialogo, es el único camino, es la única
alternativa, vamos a hacer gestiones, tengo que hacer una evaluación",
señaló todavía afectado por las agresiones.
Ratificó que fue obligado a marchar y que se sintió mal por esa
situación, aunque dijo que posteriormente volvió la calma y los
dirigentes indígenas evaluaron que esa acción podía empeorar el
conflicto.
"Quiero llamar a la reflexión a todos para que podamos deponer este
tipo de acciones que no ayudan en nada al diálogo", remarcó al expresar
la actitud posterior de los indígenas que, a su juicio, es una muestra
de que también "ellos quieren dialogar".
Por su parte, el Viceministro de Coordinación con los Movimientos
Sociales dijo que fueron momentos críticos cuando la comisión
gubernamental demostraba la intención de iniciar el diálogo, "sin
condiciones", y lamentó esa acción violenta de los marchistas.
Los indígenas que marchan en oposición a la construcción de la
carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos tomaron como rehén al
Canciller boliviano cuando intentaba reanudar el diálogo y poniéndolo
como escudo rompieron una barrera policial de seguridad e hirieron con
una flecha a un oficial.
Choquehuanca viajó con una comisión gubernamental a la población de
Limoncito, donde se encuentra la cabeza de la marcha, para intentar por
novena vez entablar una mesa de negociación con los dirigentes de los
indígenas, pero se vio sorprendido por la acción intempestiva de los
comunarios, que la noche del viernes habían pactado un cuarto intermedio
hasta el sábado.