La Paz, octubre 16 - Al menos 5,2 millones de bolivianos elegirán el domingo
en las urnas a 26 magistrados, tribunos y consejeros, y sus suplentes en
igual número, en unos comicios para la reforma a fondo del sistema
judicial del país andino amazónico, sumido en una lucha política de
baja intensidad entre oficialismo y oposición.
Ciento quince abogados pugnarán por los cargos de vigencia decenal y
se harán de los votos de electores -inscritos en el padrón biométrico
boliviano, de alta confiabilidad y certificado como tal por la comunidad
internacional-por mayoría relativa.
El Tribunal Supremo Electoral administra esta elección atípica en la
historia de Latinoamérica, cuya etapa de escrutinio se presenta al
menos compleja.
Poco más de la mitad de la población total de Bolivia votará en más
de 22.000 colegios electorales que serán controlados por igual número de
policías.
Al menos 143.000 jurados electorales administrarán la inédita elección judicial.
Un ejército de dos centenas de veedores de Naciones Unidas, de la
Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión de Naciones
Sudamericanas y el Parlamento Latinoamericano, entre otras entidades
internacionales que han destacado al país a sus observadores, controlará
la transparencia del proceso polarizado entre quienes lo legitiman y
deslegitiman.
Los bolivianos elegirán por primera vez a 9 magistrados del Tribunal Suprema Electoral y sus suplentes.
También a 7 jueces y otros tantos suplentes de Tribunal
Agroambiental y a 5 miembros titulares y sus respectivos suplentes del
Consejo de la Magistratura.
Lo mismo, a 7 tribunos e igual número de suplentes del Tribunal Constitucional.
El mayor peso del padrón electoral lo sustancia el departamento de
La Paz (1,5 millones de electores), bastión electoral de Morales,
seguido por el de Santa Cruz (1,3 millones de electores) donde radican
grupos económicos opuestos al gobernante indígena de izquierdas.
Será la primera vez en la historia de Bolivia que los jueces serán
electos en las urnas y por mandato de la Constitución vigente desde
2009.
El principio de esta elección es la reforma de un sistema judicial
podrido, por décadas, por la corrupción, antítesis del que está a punto
de instaurarse.
Pese a que no se trata de una elección tradicional, pues los
candidatos fueron elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional, de
mayoría oficialista, la política partidaria ha infiltrado el comicio.
Disconforme con el formato de elección, que por prescripción
constitucional prohibió la propaganda en medios masivos y minimedios, la
oposición ha promovido una campaña por el voto nulo, mientras que el
gobierno del presidente Evo Morales se enfocó al incentivo del voto y la
participación ciudadana.
La campaña por el voto nulo o por el 'no' a la elección, con que se
pretende demostrar un nuevo esquema en el correlato de fuerzas políticas
en el país, que vio ganador a Morales en las últimas 5 elecciones y
referendos, se registraba en calles, avenidas y con fuerza insospechada
en redes sociales por la Internet.
Sobre este tópico aterrizarán empresas de estudios demoscópicos y
medios privados en las primeras horas después del acto recuento de
votos.
El TSE ha reconocido que los resultados oficiales tardarán días antes de fraguar.
La oposición encarnada por el ex alcalde de La Paz, Juan del
Granado, el acaudalado empresario Samuel Doria Medina, jefes de sendas
minoritarias fuerzas legislativas y el ex militar y líder de la
principal formación de oposición, Manfred Reyes Villa, procesado por
corrupción y autoexiliado en Estados Unidos, además del conservador
gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, acusa a Morales de intentar
controlar la justicia, en un país en que este poder del Estado siempre
ha sido apéndice del Ejecutivo.
Morales ha proclamado que no conoce personalmente sino a 3 de los
115 candidatos y que su intención primaria es la reforma de la justicia
boliviana, rigurosa y leonina con los pobres y benévola y
condescendiente con los ricos.
El vicepresidente Alvaro García Linera definió la elección judicial
como prueba de oro para la democracia boliviana de bisoños 26 años.
"Mañana (domingo) el pueblo de Bolivia participará en un acto
democrático e inédito, que es una nueva etapa, un nuevo piso de la
construcción democrática del Estado, que no se ha practicado ni siquiera
en otros países", afirmó.
El ex presidente de Panamá, Martín Torrijos, jefe de la misión de
observadores de la OEA, calificó a las elecciones judiciales bolivianas
de "proceso único".
Tras su llegada a La Paz y después de una reunión con miembros del
Tribunal Supremo Electoral, Torrijos consideró que los comicios del
domingo marcarán un "proceso único en el continente".