Al igual que en el cine y la televisión, en la
publicidad, la imagen tiene un peso determinante, decisivo, que si se
complementa con textos y/o diálogos de calidad, logra un gran impacto emocional
en sus segmentes o población objetivo.
La imagen “impacta más por la emoción que por la
razón” ese es el secreto de su poder.
En el mundo del
periodismo, las empresas mediáticas la noticia tiene un lugar sobresaliente.
Ahora bien una noticia sin imágenes solo se
excusa por su inmediatez en el contexto de la competencia mediática. La imagen
da credibilidad emocional a un titulo. Una noticia sin imagen, deja la puerta
abierta a la duda.
En el momento
que se selecciona una imagen, esta tiene una carga ideológica, una
intencionalidad, las imágenes no son inocuas, mucho menos inocentes.
Por ejemplo si
un periódico titula:
La Avalancha Bolivariana llega a Caracas
Pudiéramos
imaginarnos que se acompañaría con imágenes como estas:
Pero “El País”
tituló: La “Avalancha Bolivariana” llega a Caracas
El periódico Entrecomilló
el título, quien lee solo el título pudiera pensar que lo hizo por citar
textualmente o por ironía.
Pero al ver y
detallar la imagen que acompaña la
noticia no cabe dudas el periódico, los sicarios mediáticos ironizan, se burlan,
no hay dudas: “El País” de España ataca a Chávez y estafa a sus lectores.