Caracas, diciembre 19 - El alcalde de San Cristóbal quedó quieto en primera y sin poder avanzar. Su destemplada intervención no generó ni un aplauso. Sin advertir la viga de su propio ojo reclamó al gobierno nacional que estuviera propiciando la xenofobia hacia Colombia. El presidente Maduro lo puso out: "¿No son ustedes los que dicen (con desprecio) que yo nací en Colombia?". Segundos más tarde otro alcalde del Táchira terminaba de sepultar a su colega al centrar su intervención en el objetivo que estaba planteado: acercamiento, díalogo político y administrativo, observaciones en torno a la gestión municipal y articulación con la gestión del Ejecutivo.
El alcalde del municipio Sucre fue otro que recibió su tatequieto: Exigía que se parara la "regaladera" a otros países. (Por cierto, ni saludó). El presidente Maduro lo remitió a los principios de la solidaridad entre hermanos y a pasearse por el escenario hipotético de naciones latinoamericanas que tuvieran que pasar episodios como los que se viven en Lampedusa, Italia.
Smolanky comenzó a batear, y a recibir strike, pero el presidente le concedió una bola al saludar que la juventud comenzara a ocupar espacios políticos en las filas de la oposición. Héctor Rodríguez sonrió abiertamente. Se conocen.
Los cabeza de grupo, como Ledezma y Blyde asomaron el tema de la amnistía a los "presos políticos". El presidente lanzó por todo el centro del plato para propinar un excelente ponche: "Este tema es muy sensible. Lo saben. Allí están las familias, víctimas de la represión contra el pueblo. Es un tema que toca muy profundamente a nuestro pueblo. Dejemos este punto hasta acá. He tomado nota y responderemos con autenticidad y sinceridad". Punto.
Y hubo muchos puntos de acuerdo. Numerosos alcaldes evidenciaron conocer (o haber estudiado bien) la situación de sus municipios: La basura como problema general, la vialidad, el tema socio productivo, la salud, la generación de empleos, proyectos inconclusos, vinculación con entes nacionales, electricidad, turismo, y el tema de los gobiernos paralelos, puesto en el tapete por varios alcaldes, y no eludido por el presidente Maduro. Muchos le pidieron al presidente meter la lupa a situaciones que consideraron irregulares: contrataciones, desvíos de recursos, obras inconclusas, tema de impuestos municipales, etc.
Fueron 4 horas y media sin silencios, sin situaciones de conflicto (salvo lo de la "amnistía", la "xenofobia" y la "regaladera"). Asistieron 68 alcaldes y dos gobernadores. 22 representantes de la oposición tomaron la palabra. Muy pocas mujeres alcaldesas en las filas opositoras llamó la atención.
Muchos manifestaron su alegría por el encuentro, necesario a todas luces, e incluso, algunos celebraron estar allí, llegando desde apartadas regiones, pues siempre son los mismos (los de las urbes) los que hablan.
El presidente Maduro concedió la razón a todo el que la tuvo y defendió las posiciones revolucionarias y el accionar del gobierno con firmeza y naturalidad.
Casi al final ordenó abrir un canal de comunicación directo para uso y enlace de los alcaldes que se dieron cita en Miraflores.
"Es un éxito para toda Venezuela habernos sentado cara a cara a conversar. Venezuela tiene la capacidad para desarrollarse en democracia, para el debate, la decisión y el avance", dijo desde el Palacio de Miraflores en Caracas.
En este sentido designó al vicepresidente Ejecutivo, Jorge Arreaza, al ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres y al ministro Wilmer Barrientos para coordinar la comisión de enlace.
Además, el Consejo Federal de Gobierno recibirá a través del sistema informático para la recepción de proyectos, las propuestas y ser evaluadas para su futura aprobación desde enero de 2014.
Quedará esperar ahora los tuits resentidos del "gran ausente"... por razones obvias.