Denuncia: Conferry incumple Ruta de destino e irrespeta a Personas con Discapacidad

Credito: Gabo Narvaez

A nuestra redacción llegó la siguiente denuncia remitida por Gabo Narvaez la cuale explica en el texto.

5 de febrero de 2014.-El pasado día viernes 31 de Enero del año en curso (2014), después de asistir a la isla de Margarita por motivos familiares, me disponía a viajar en una de sus embarcaciones desde Punta de Piedras hasta la ciudad de Guanta (en el expreso “Virgen de Coromoto”), como consta en el boleto comprado el día 29 de Enero del año en Curso. En mi caso, como persona con Discapacidad Motora (silla de ruedas) notifico del hecho y en el lugar de venta me informan que no existe ningún problema ya que los Ferrys disponen de ascensores para estos casos.

El calvario comienza en el terminal de Punta de Piedras, donde, al ir con mi familia en carro propio, hay una desorganización para el orden de los vehículos (son los mismos vendedores ambulantes quienes nos informan de la fila y la confirmación de boletos), se notificó en la confirmación de boletos que hay una persona con discapacidad y nos dicen que no hay ningún problema, que en la embarcación existe los mecanismos para mi ayuda, sin nombrar las condiciones para la espera en el terminal para embarcar (no hay baños adecuados, aguas negras, sin sala de espera para las personas que van en carro y transporte pesado), entre otras notables fallas.

Cuando nos toca ingresar, pasando la fiscalización por parte del Seniat y al llegar al otro sitio de espera, le informamos al responsable de ubicar a los vehículos de mi discapacidad motora y como poseía un radio (walkie talkie), lo lógico era notificar a la tripulación del barco, nos informó QUE NO HABÍA NINGÚN PROBLEMA que ya había notificado al personal de tripulación.

Nuestra mayor sorpresa es, al llegar a abordar la embarcación, nos dice una de las ferry mozas que chequea el boleto, QUE LA EMBARCACIÓN SE DIRIGE A LA CIUDAD DE PUERTO LA CRUZ Y QUE NO POSEE ASCENSORES PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD NI TERCERA EDAD, al cual nos dimos cuenta que no era la embarcación “Virgen de Coromoto” que nos habían vendido, sino el Express “San Francisco de Asís”. La joven nos manda con el 1er oficial de la embarcación, y este nos dice irrespetuosamente: “la embarcación no posee ascensores, lo que podemos hacer es llamarle unos maleteros para que lo suban, y circule el carro que entorpece a los demás en la fila”. Una forma de “lavarse las manos” en tan lamentable incidente. Me bajo del vehículo y le digo al oficial que como es posible que me vendan un boleto y me salen con otro destino, y de paso que el ferry no posea las condiciones para personas con discapacidad (irrespetando normas internacionales), y me dice que: “no se pueden hacer cargo de subirme porque pueden sufrir de hernias discales y la empresa no se hace responsable…”

Sabiendo que no me iban hacer la ayuda técnica, accedí a los maleteros, pagando una cantidad de 300Bs, subiendo en condiciones desfavorables para mi y para ellos (escaleras empinadas), buscando una lesión tanto para mi como para ellos. Al estar en cubierta, le explique del caso a las ferry mozas y ellas se ofrecieron a llamar a un supervisor o un oficial encargado, el cual esperamos las dos horas y media del trayecto, informando a la ferry moza una y otra vez, como decimos en el argot popular “nos vieron las caras”. Al ver los demás pasajeros que el ferry iba a atracar en el muelle de Pto. la Cruz y no en Pta de Piedras, hubo un altercado que no llegó a mayores, ya que muchos se disponían a llegar a la ciudad de Guanta y no disponían de los medios para trasladarse hacia dicha ciudad, otros los estaban esperando en el muelle de Guanta (como el caso de dos personas mayores que necesitaban ayuda para bajar las escaleras), y otros casos aislados.

En fin, al atracar el ferry en dicha ciudad, la ferry moza me dice que un familiar tiene que buscar a un personal de tierra, en este caso de Boli puertos, para que se encargue de bajarme del ferry. Lo cual mi padre refutó a la joven diciendo que es un problema de ellos, por lo antes expuesto, a la final el personal de tripulación llamó a un operador de Boli puertos y con ayuda de otras personas me bajaron con la misma dificultad, o hasta peor, de la que me subieron.

La situación vivida ese día en esa embarcación de Conferry me da a pensar varias hipótesis:

1º. Descoordinación y/o desorganización entre personal de venta, de Tierra – Muelle y tripulación de la embarcación. (Imaginen si comprando un destino el ferry fuese a otro sitio distinto, como La Guaira por ejemplo).

2º. Como es posible que un Ferry adquirido recientemente, no posea las mínimas condiciones para las Personas mayores, con alguna disminución o discapacidad, violando las Normas Internacionales y los Artículos 38 y 40 de la Ley para las Personas con Discapacidad.

3º. El personal de dicha embarcación, junto al personal, empleados y obreros de Conferry debe de dictar charlas intergrupales para saber tratar a las personas con Discapacidad y adultos Mayores (así como lo hace el personal de SAIME). En ese sentido, conozco la voluntad de los compañeros de CONAPDIS Anzoátegui en esa labor, se han dictado dichas charlas en las instalaciones de Conferry en Pto. La Cruz.

Espero que esta sea una crítica constructiva para que mejore las condiciones y el trato hacia las Personas con Discapacidad, me despido:
 



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