Estados Unidos sigue sin responder solicitud para extraditar a militar involucrado en asesinato de Víctor Jara

El cantautor Víctor Jara, asesinado en 1973

El cantautor Víctor Jara, asesinado en 1973

Credito: Archivo


Caracas, 26 de mayo de 2015.- La solicitud realizada hace unos dos años a Estados Unidos para la extradición a Chile del exmilitar Pedro Barrientos, para dar cursos en el país sudamericano a las investigaciones sobre el asesinato del cantautor y activista político chileno Víctor Jara, quien perdió la vida durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha sido eludida en reiteradas oportunidades, denunció este martes la abogada de la causa de Jara en el estado de Florida, Almudena Bernabéu.

Bernabéu mencionó que la necesidad de que Barrientos sea extraditado a Chile radica en la importación de dar curso, a través de la Fiscalía chilena, a este proceso y además abrir el juicio oral, lo cual ha sido impedido por la falta de una respuesta contundente en ese sentido por parte de la nación norteamericana.

"De modo que la familia de Jara, después del gran esfuerzo realizado, se vio en la tesitura de no poder hacer nada, y es entonces (...) cuando envía una solicitud de extradición a EEUU, que no ha sido contestada ni honrada en más de dos años", recalca Bernabéu, refiere Telesur.

Desde mediado del pasado abril, Barrientos es procesado en Estados Unidos por los cargos por secuestro, tortura y homicidio calificado. No obstante, el tribunal que autorizó el proceso, iniciado tras una demanda presentada por la viuda del cantante y su hija hace dos años, desestimó el cargo de crimen de lesa humanidad.

El Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA, por su sigla en inglés), una de las organizaciones a cargo de la demanda, aplaudió entonces la decisión del tribunal, pero consideró "decepcionante" que hayan excluido del caso los crímenes contra la humanidad.

En ese sentido, Bernabéu indicó que a través la demanda y solicitud de extradición no solo se pretende ganar el juicio sino que también el juez determine una condena, ya que de lo contrario, una vez juzgado, el tribunal estadounidense "establecería es el daño punitivo, o sea, la culpa del individuo, y la compensación a las víctimas, en este caso a la familia”.

Ante ello, agregó: "El siguiente paso es que EE.UU. acepte que es un jugador más en el tablero de ajedrez del derecho internacional a nivel mundial, quizá porque su defecto, como el de España o Inglaterra, es haber sido imperio, y era fundamental respetar a la región latinoamericana, a sus gobiernos, sus jueces y abogados, y reconocer que sus sistemas de justicia son válidos, sus peticiones de extradición son válidos, y que los procesos deben de ser honrados".

La abogada Almudena Bernabéu aseguró que la familia de Jara ha trabajado con los fiscales chilenos para dar justicia a la muerte del histórico cantante, que remonta a la de los primeros prisioneros dentro de la dictadura de Augusto Pinochet, cuando se registraron numerosas torturas y agresiones.

El pasado abril, tras la desestimación del cargo de crimen de lesa humanidad, Bernabéu, recalcó: "El asesinato de Víctor Jara y miles de crímenes cometidos bajo la dictadura de Pinochet deberían ser llamados como lo que son, un crimen de lesa humanidad".

Además de Barrientos, otros 12 oficiales también fueron procesados en calidad de autores o encubridores del delito de homicidio calificado o secuestro simple y se arriesgan a penas de hasta 15 años de cárcel.

El 16 de septiembre de 1973 fue asesinado Víctor Lidio Jara Martínez, quien fuera embajador cultural del Gobierno del presidente Salvador Allende (1970-1973), días después del golpe de Estado ejecutado por Augusto Pinochet.

Su trabajo musical alcanzó gran popularidad en el pueblo chileno, hecho que le hizo ser merecedor del cargo de embajador cultural del gobierno de la Unidad Popular. Ese hecho, sumado a la dedicación que durante años había demostrado en la batalla contra el fascismo, fue motivo para que Jara fuera detenido por soldados del régimen represivo de Pinochet, el 12 de septiembre de 1973, día en el que tomó, junto a otros estudiantes, la Universidad Técnica del Estado en Santiago.

El ejército asaltó las instalaciones y lo llevó prisionero junto al resto de personas al Estadio Nacional. Durante cuatro días, Jara debió soportar largas horas de torturas y prácticas aberrantes que le ocasionaron la muerte, luego del encarcelamiento.



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