22 sept. 2015 - Detrás de la decisión soberana de Venezuela de construir una nueva frontera de paz se encuentra también el interés por visibilizar los problemas que enfrentan nuestros hermanos colombianos. En esta entrega, Larissa Costas relata una de esas tantas historias, la de Julio "Jeco" Cases, desplazado de Corozal en el Departamento de Sucre colombiano.
Hoy en día él lleva su propia historia a través de un vallenato revolucionario, de protesta y lucha. Se opone, como todos los patriotas, al fascismo. El mismo que ve frustrados los planes de una oposición que lleva más de una década tratando de repartirse el país por trozos, alentando prácticas que el paramilitarismo ha buscado normalizar en la hermana nación.
Con la complicidad de gobiernos oligarcas se han incluso legalizado prácticas criminales que, junto a la complicidad de los medios de comunicación, han producido atrocidades como las de los denominados falsos positivos.
Lamentablemente, esto que parece reciente tiene un fiel antecedente en la persecución, el hostigamiento y el genocidio de militantes de la Unión Patriótica, un caso emblemático de violación masiva de los derechos humanos y políticos en Colombia.
La coalición que reunía corrientes como el Partido Comunista Colombiano no tuvo futuro. Se estableció que todo lo que oliera a izquierda, a pueblo, a comunismo o bolivarianismo, fuese identificado como parte de la guerrilla, como enemigo. Más de veinte años después, la persecución continúa.