¿Este título parece un disparate, verdad? Lo peor es que sí, lo es, y de los grandes. Un despacho de EFE reveló que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto una sanción de 20 mil dólares (14 mil 925 euros) al banco Santander Central Hispano por transferir fondos a Cuba desde una de sus filiales.

Así, por obra y (des)gracia del bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba, esa guerra económica y comercial que según el gobierno norteamericano es un “problema bilateral”, por el cual nadie que no sean los cubanos tiene que sentirse afectado, la prestigiosa institución bancaria española tuvo que pagar la multa, y sin chistar.

Añade el cable que según el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, el banco que preside Emilio Botín no reveló voluntariamente una transferencia de fondos realizada en el 2001 desde su filial en las islas Bahamas, el Santander Bank & Trust, lo cual fue considerado como una violación de la Ley Helms-Burton, que regula el embargo comercial a Cuba.

Aunque la información periodística no deja claro cuáles fueron los orígenes de la transferencia, escandaliza el hecho de que un gobierno se atribuya la facultad de sancionar a entidades financieras de otros países, por tener relaciones con un tercero.

Esta política de recrudecimiento del bloqueo y de persecución de instituciones que tienen relaciones con Cuba se ha agudizado durante la actual administración de George W. Bush, y ya alcanza en el caso de España no solamente al banco Santander, sino también a la empresa Iberia, sancionada con 8 mil 200 euros el pasado junio por transportar hace cuatro años a Costa Rica -con escala en Miami- un cargamento de cigarrillos de una tabaquera canaria, que las autoridades estadounidenses consideraron de origen cubano.

Estas sanciones contra empresas españolas a causa de sus relaciones comerciales con la isla caribeña ocurren tras el "enfriamiento" de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos después del cambio de Gobierno en España, lo cual demuestra que el bloqueo no solamente es un arma para agredir a la Isla, sino también a los países que se desmarquen de las políticas genocidas de la administración Bush.

En cuanto a Cuba, se trata de otro episodio de las intensas presiones que realiza el gobierno de Estados Unidos para que diversas entidades bancarias y financieras internacionales renuncien a sus relaciones con la Isla, en un terreno donde la acción del bloqueo causa importantes pérdidas al país.

Según especialistas bancarios, el motivo de la sanción a Santander podría estar vinculado, entre otras posibles razones, a la prohibición que establece el gobierno norteamericano de realizar pagos desde Cuba o con destino a ella en dólares norteamericanos, o a la realización de operaciones bancarias con entidades cubanas que están en la lista negra de los Estados Unidos, por tratarse de empresas nacionalizadas por el gobierno revolucionario después del triunfo de 1959.

Sobre este tema, baste decir que Cuba pierde un estimado de alrededor de cien millones de dólares anuales en cambios de moneda, al verse impedida de utilizar el dólar estadounidense para sus operaciones de comercio exterior.

Este encarecimiento entre un uno y dos por ciento de los pagos externos por el riesgo de cambio, se produce porque la Isla puede perder sus fondos cuando alguna transacción se realiza a través de un banco norteamericano o de sus filiales en el mundo, según establece la ley de ese país.

Además, el bloqueo impide el acceso a las facilidades financieras que brindan los organismos internacionales dominados por el capital de los Estados Unidos, y provoca que las tasas de interés de los créditos que se logran sean un cinco o un seis por ciento superior a las que pagan otras naciones.

Los turistas que viajan a la Isla también sufren las consecuencias de la agresión contra el sistema bancario, al no poder utilizar tarjetas de créditos ni cheques de viajeros emitidos por bancos y compañías norteamericanas.

Recientemente, y ante las maniobras del Gobierno norteamericano para tratar de impedir que Cuba pudiera depositar en bancos extranjeros los dólares que obtenía por concepto de las ventas en las tiendas en divisas, por actividades relacionadas con el turismo y otros servicios comerciales, la Isla proscribió de la circulación interna el dólar norteamericano, y generalizó el uso del peso cubano convertible, mediante un exitoso cambio de moneda con el cual recobró su soberanía en materia monetaria.

Pero volviendo al tema original de este comentario, la imagen más tragicómica que me viene a la mente es la del representante de los Estados Unidos que año tras año acude a la Asamblea General de las Naciones Unidas, para intentar justificar ante el mundo la criminal política del bloqueo, la cual en octubre último fue rechazada por duodécimo año consecutivo mediante el voto de 179 países a favor de la resolución condenatoria presentada por Cuba.

El lúgubre personaje siempre se planta ante el micrófono a hablar de ese “asunto bilateral” entre Cuba y los Estados Unidos que, según su gobierno, es el llamado “embargo”. Sería bueno que el año próximo le pusieran delante a los directivos del banco Santander, para que les explique cómo un problema entre dos puede incluir a tres.

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