- Frente a la agresión contra Irak es necesario repensar las democracias y los organismos internacionales, así como encontrar nuevos caminos de vida y convivencia entre los pueblos. Hoy, en medio del proceso de globalización, a los países se les ve como mercancías. La Doctrina de la Seguridad Nacional en Latinoamérica no murió, está vigente pero sobre otros ejes.
POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ
Es un antimilitarista convencido que mira con preocupación las consecuencias que va a tener para América Latina la estrategia norteamericana de consolidar una plataforma bélica en todo el continente a través de una serie de bases militares que le va a permitir a Washington fortalecer, aún más, su posición hegemónica en esta región.
Al mismo tiempo, ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL, Premio Nobel de la Paz 1980, analiza la agresión británica-gringa a Irak y sostiene que “estamos frente al pensamiento sin sentimiento, que es una tragedia, es el vaciamiento de valores éticos y espirituales que han llevado a la humanidad a este punto sin retorno, provocado por los responsables que desataron esta guerra, buscando justificativos para apropiarse de los recursos de este país del Medio Oriente y continuar, de esta manera, con sus política de expansión mundial”.
Considera que frente al horror que han desatado Bush y Blair, “La ONU tiene que reaccionar y sancionar severamente a quienes han violado la Carta Orgánica del organismo, han violado el derecho internacional y han llevado a la humanidad a esta situación crítica. Deben ser llevados ante la Corte Penal Internacional para ser juzgados por su responsabilidad de criminales de lesa humanidad, aun cuando Estados Unidos haya rechazado la competencia de dicha corte”.
“Los gobernantes que no saben escuchar o no quieren escuchar a sus pueblos no son dignos de gobernarlos. Es necesario repensar las democracias y los organismos internacionales, así como encontrar nuevos caminos de vida y convivencia entre los pueblos”, afirma este pacifista frente al momento crítico que vive el mundo.
Pérez Esquivel es un artista plástico argentino que a partir de la década de los 70 comenzó una lucha sin cuartel para denunciar las atrocidades y la política de represión de las dictaduras militares que no únicamente asolaron a su país sino al resto de naciones del cono sur.
Para desarrollar su actividad de denuncia fundó en Buenos Aires, Argentina, el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) que le permitió poner en evidencia ante la comunidad internacional los desafueros de la bota militar y emprender una ardua lucha en pro de la defensa de los derechos humanos.
Desde que obtuvo el Nobel de Paz en el año de 1980 ejerce una magistratura moral por todo el mundo y continúa liderando la causa del no pago de la deuda externa por parte de los países del llamado Tercer Mundo a los organismos multilaterales de crédito.
En los últimos meses ha hecho presencia en ciudades como Quito, Ecuador y Porto Alegre, Brasil, exponiendo un discurso altruista sustentado en la necesidad de generar una pedagogía de los valores que permita crear conciencia sobre nuestra propia identidad y solidarizándose con los movimientos sociales que sientan su voz de protesta en todo el continente latinoamericano contra las políticas de la Globalización y el proyecto neoliberal del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Durante uno de sus ratos libres en uno de estos encuentros internacionales lo abordamos y estas fueron sus reflexiones para CRONICÓN.
- ¿Cómo analiza en su condición de Premio Nobel de la Paz el estado de confrontación que vive el mundo al comenzar el siglo XXI?
- En este momento en el mundo, sin contar la invasión a Irak, hay más de cincuenta guerras, algunas más conocidas que otras y tenemos que ver como cambiar esta situación, cómo pasar de la destrucción a la construcción a través de la conciencia crítica de la organización de los valores. Cuando hay guerra y hay conflicto se pierden los valores humanos, el ser humano pasa a ser un objeto y no un sujeto. Y hoy en medio del proceso de globalización a los pueblos se les ve como mercancías, se les ve como consumidores por lo que es importante que reflexionemos sobre la importancia de los valores. Einstein decía que más importante que el conocimiento es la creatividad y hoy estamos frente al gran desafío de la creatividad para construir una sociedad más justa, más humana, de desterrar la violencia, pero hay mecanismos que siguen incrementando los hechos de violencia porque de esta manera logran la dominación.
- ¿No le parece que la violencia sigue siendo la partera de la historia?
- Ante todo es necesario analizar qué es la violencia. Muchas veces se piensa que la violencia está en la punta de un fusil o de una pistola y hay una violencia estructural, voy a dar un ejemplo muy concreto: el 11 de septiembre del 2001 cuando el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York yo me encontraba en Porto Alegre para el lanzamiento del Foro Social Mundial. Simultáneamente al horror de ver como a través de justificativos se hizo ese atentado en el que hubo más de tres mil muertos, la FAO dio un informe en que se señalaba que ese mismo día murieron en el mundo 35.615 niños de hambre y nadie dio cuenta de ello, nadie habló de los niños, es la bomba silenciosa, pero además cómo le llamamos a esto, es el terrorismo económico. Nadie volvió a recordar al año de lo de las Torres Gemelas el atentado contra los niños en el mundo, hubo un silencio total y absoluto. Esto es una violencia estructural, tenemos que diferenciar donde está la violencia, pero la violencia fundamentalmente está en el corazón y en la mente de uno. Y lo primero que debemos hacer es desterrar la que llevamos dentro porque estamos formados en una cultura de la violencia. La enseñanza en las escuelas nos pone siempre como hitos de las etapas históricas las guerras, las revoluciones, los héroes o los guerreros, no el campesino, no el joven, no la mujer que trabaja todos los días.
- ¿Cuál es para usted el prototipo del héroe contemporáneo en un mundo convulsionado y globalizado como el que nos ha tocado vivir?
- Le voy a responder con una anécdota: recuerdo que en la celebración de los 50 años de la OEA, estando todo el cuerpo diplomático, la reunión se había puesto muy tensa, acudíamos cinco premios Nobel de la Paz y entonces nos comenzaron a preguntar quiénes eran nuestros héroes. Claro, uno decía Washington, otro Churchill y otro más señaló que Bolívar, es cierto que estas fueron personas que hicieron cosas por sus pueblos, y cuando me preguntaron a mí quién era mi héroe yo dije mi abuela. Porque mi abuela, primero era una india guaraní, era una mujer iletrada pero sabia, con una sabiduría increíble y además era una contemplativa que crió muchos hijos y trabajó toda su vida y nunca claudicó. Siempre tuvo un sentido especial, ella sabía escuchar las voces del viento, el vuelo de los pájaros, hablaba con los animales y yo muchas veces pensaba que mi abuela estaba loca, hasta que después comprendí que los animales nos comprendían a nosotros y no al revés. Es que la sabiduría no está en quien más lee libros sino en comprender el sentido profundo de la vida.
- ¿Cuál es la concepción que usted tiene de la paz?
- Cuando se habla de la paz mucha gente la confunde con la ausencia del conflicto, no hay nada más contrario a la paz que la pasividad y la ausencia de conflicto, es una permanente dinámica de vida y de construcción de los espacios de libertad. Como decía Benito Juárez, la paz comienza por el respeto ajeno. Mi libertad comienza en cuanto tienes tu libertad, un poeta francés dice algo que es muy lindo y muy profundo: “nadie puede ser feliz a solas”, es decir nosotros estamos aquí no para ser desgraciados, nos hacen desgraciados pero debemos tener la esperanza para ser felices, posibilitar el hecho de que los niños y los jóvenes le sonrían a la vida, tengan una esperanza de vida y no vivir en la angustia de un proyecto de muerte.
- ¿Qué implicaciones cree usted que va a tener el ALCA para los países latinoamericanos?
- Hay que tener conciencia crítica para analizar las consecuencias del ALCA sobre la vida de nuestros pueblos: lo que significa este proyecto en cuanto a explotación, exclusión, la pérdida de la soberanía, pues este es un plan de hegemonía continental que Estados Unidos nos quiere imponer a través del Pensamiento Único que, al parecer, para los latinoamericanos no hay salida ni alternativa, es el abismo, sin embargo debemos contrarrestarlo con el pensamiento propio, con la creatividad, con la toma de conciencia, con la identidad de ser pueblo. Tenemos que beber, como dice ese gran teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, en el propio pozo, beber en nuestras propias fuentes de la vida y del entendimiento, porque la dominación no comienza por lo económico, la dominación es cultural. Ahora bien, el ALCA no se puede tomar como un hecho aislado de otros graves problemas de América Latina como es la militarización del continente a través de la base de Alcántara en el Brasil, la base de Manta en Ecuador, la base en Tierra de Fuego en Argentina y las graves consecuencia que eso conlleva para el control social de nuestros pueblos.
- Usted ha venido luchando hace muchos años por el no pago de la deuda externa de los países llamados del Tercer Mundo. ¿Esa lucha no ha caído en campo árido por las imposiciones y la influencia de organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional?
- Estamos frente a un sistema de dominación muy duro, sin embargo se ha avanzado en conciencia crítica, en organización, en propuestas, hoy el problema de la deuda externa está cada vez más vigente y estamos buscando alternativas frente a esto, alternativas desde el punto de vista jurídico. Una de ellas es llevar el tema a la Corte Internacional de La Haya para determinar lo legítimo y lo ilegítimo de la deuda. Lo otro estamos tratando de avanzar en la unión latinoamericana porque el ALCA no lo podemos ver sin tratar el problema de la deuda externa y las consecuencias, puesto que ese es el modelo de dominación. Estamos en una lucha, en una resistencia para superar la grave situación que hoy vive no solamente América Latina sino también los países asiáticos y africanos. A ello hay que agregarle que hay una elevación de las tasas de interés totalmente inmoral, cuando éstas estaban al seis por ciento en forma unilateral Estados Unidos las aumenta al 22%, entonces esto es usura internacional, razón por la que venimos trabajando, y si las condiciones se vuelven insoportables a través de la unión latinoamericana debemos decirles no pagamos más esto, entonces el problema ya no es más nuestro sino de ellos.
- ¿Si embargo el hecho de que los países latinoamericanos no hayan logrado negociar en bloque con los organismos multilaterales de crédito sino en forma individual no desdice de nuestra insolidaridad regional?
- Sí, evidentemente, mientras los países latinoamericanos no nos unamos vamos a seguir en esta misma situación, no hay que olvidar aquel cuento que dice que cuando el emperador estornuda los súbditos se resfrían y esto es lo que está pasando con los Estados Unidos. Cuando Estados Unidos dice algo nosotros nos enloquecemos, nos movilizamos, en lugar de tratar de definir qué hacer para nuestro proyecto de desarrollo.
- ¿Y qué nos ha faltado para lograr pasar de la integración retórica a la integración real?
- Primero coherencia política. El único país que tiene un proyecto para América Latina lamentablemente es Estados Unidos y no es el proyecto que necesita nuestro continente.
- ¿Qué repercusiones políticas, en su concepto, puede tener el gobierno de Lula da Silva en Brasil?
- Lo primero que hay que plantearse es cuál es el margen de maniobra que tiene Lula para encarar los diversos retos que le deparan a Brasil. El primer aspecto que Lula debe encarar decididamente es su posición frente al ALCA y, en segundo término, determinar si mantiene el acuerdo con los Estados Unidos para el manejo de la base de Alcántara y las graves consecuencias que ello tendría para la militarización del continente. Adicionalmente debe definir cómo salir del problema de la deuda externa, y otro aspecto importante es el que tiene que ver con el manejo de los mercados regionales, el fortalecimiento del MERCOSUR, por ejemplo, porque el problema del ALCA hay que analizarlo en el sentido de cómo nos fortalecemos primero los latinoamericanos para generar propuestas alternativas propias. El triunfo de Lula de todas maneras es una esperanza pero lo primero que debe encarar son las políticas sociales al interior del país para combatir las grandes desigualdades sociales y en estas políticas tiene que centrar sus esfuerzos, pero indudablemente éstas deberán ir acompañadas de un verdadero plan de desarrollo.
- ¿Cuál es la lectura que usted le da al Plan Colombia y sus incidencias directas en la región andina?
- El problema del Plan Colombia se enmarca dentro de la oferta y demanda de la droga. Lo otro es la situación de Colombia y el crecimiento del armamentismo y del militarismo en la región y en ese sentido la Doctrina de la Seguridad Nacional no murió, está vigente y está vigente sobre otros ejes, muestra de ello son las maniobras latinoamericanas realizadas en Argentina con los ejércitos de Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos que se denominaron Ejercicio Cabañas 2001. Ahí las hipótesis de conflicto que se presentaron son realmente preocupantes para América Latina y tiene que ver con el ALCA, la exclusión, la pobreza, la deuda externa. El documento oficial del poder ejecutivo de la Argentina enviado al Congreso para justificar estas maniobras militares señala que el propósito de éstas “apunta al entrenamiento de las Fuerzas Armadas de la región en un campo de batalla compuesto por civiles, organizaciones no gubernamentales y agresores potenciales”. Esta es, entonces, la hipótesis de conflictos para América Latina y cuando hablamos de esta situación creo que los gobiernos progresistas como el de Lula tendrán que enfrentarse con esta circunstancia que se origina por la influencia e intervención de los Estados Unidos. La pregunta es cómo contrarrestamos esto porque esta situación responde a políticas y a visiones geopolíticas continentales de Norteamérica que apuntan a la colonización de Latinoamérica. Creo, en consecuencia, que estamos frente a una situación difícil, no imposible de revertir, a través de la unidad del continente y de propuestas políticas alternativas para poder avanzar en proyectos propios.
fsarellano@cronicon.net