Desde su residencia veraniega de Castelgandolfo, en las afueras de Roma, el Papa insistió en que lo dicho por él el martes pasado en la universidad de Ratisbona, durante su visita a Alemania, no reflejaba su opinión personal.
En su homilía por el Angelus, el soberano pontífice reiteró su decisión de establecer un diálogo franco y sincero, con gran respeto mutuo, con los musulmanes, pero no pidió disculpas por lo ocurrido, como reclaman muchos en el mundo musulmán.
A raíz del discurso varios templos católicos y ortodoxos han sido atacados en países árabes, y el propio Vaticano recibió amenazas de atentado en nombre de un Ejército Mujaidin iraquí.
En su calidad de Comendador de los Creyentes, el rey de Marruecos, Mohamed VI, protestó ayer en carta al Papa por la cita, en tanto el gobierno llamaba a consultas a su embajador en la Santa Sede.
La cita es del diálogo que sostuvo el emperador de Bizancio Manuel II Paleólogo (1319) con un filósofo persa, en el que el monarca acusa a Mahoma de propagar la religión mediante la violencia.
Por su parte, la cancillería egipcia convocó al nuncio apostólico para que el Papa actúe de inmedito y contenga la situación surgida por sus palabras.
Un comunicado del secretario de Estado vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, señaló ayer que Benedicto XVI lamentaba que algunos pasos de su discurso hayan sonado como ofensivos para la sensibilidad de los creyentes musulmnes.
Asimismo, que fueran interpretados en modo que no corresponde a sus intenciones.
Bertone insistió en que la opción papal en favor del diálogo interreligioso e intercultural es inequívoca, lo que evidenció en su diálogo con representantes de la religión islámica durante su viaje a Colonia, Alemania, en agosto de 2005.
A consecuencia de las reacciones adversas al discurso del Papa, el Ministerio del Interior italiano dispuso que la Policía reforzara el nivel de seguridad en todas las instalaciones vaticanas.
Las primeras reacciones, el pasado viernes, a la controvertida referencia de Benedicto XVI coincidieron con el nombramiento de un especialista en temas islámicos como ministro de Exteriores vaticano.
El nuevo Secretario para las Relaciones con los Estados, el arzobispo francés, nacido marroquí, Dominique Mamberti, de 54 años, deberá lidiar de estreno con lo que ya es considerado no sólo un insulto, sino un ataque al Islam.