Declaraciones insistentes de algunos personeros de la Iglesia, que critican la rigurosidad de la Ley Seca en esta Semana Santa, han sorprendido tanto a feligreses como a ateos. Ayer Cardenal Urosa pidió "hacerle algunos ajustes a nivel de los restaurantes", como para suavizar la cosa y practicar alguito de populismo con los aficionados a echarse palos y con el negocio de la bebida. Aunque admitió que era una buena resolución para evitar mayores accidentes en las vías y que estaba de acuerdo con la medida. Pero hoy otro personero de la Iglesia (padre Freites) habló de que dicha medida atentaba contra la "libertad individual" y que era expresión del "autoritarismo" del gobierno. No le pararon a las estadísticas que ya están indicando los efectos positivos en la disminución de accidentes y de hechos delictivos. Parece que los grandes empresarios del alcohol solicitaron sus buenos oficios.
En otros terrenos, también por oposicionismo al gobierno y al proceso revolucionario, vienen adoptando actitudes absolutamente contrapuestas a lo que se supone son los principios cristianos. En el caso de los crímenes del 11 de abril, en lugar de defender a las víctimas del golpe de Estado, piden indulto para los imputados por la comisión de dichos crímenes (Forero, Vivas, Simonóvis y ocho ex Policias Metropolitanos). En el caso de RCTV se ponen al lado de los dueños de este medio de comunicación golpista, pero nunca defendieron a los medios alternativos como Catia TVe de los atropellos del ex Alcalde fascista Alfredo Peña y cierran filas con Granier en vez de mirar hacia los ciudadanos y organizaciones civiles que han demandado a los dueños de los medios privados por violación de derechos humanos. La disociación psicótica hace estragos en la oposición; hasta el punto que algunos obispos y arzobispos confunden a Cristo con el Diablo. El trastorno es grave.