Puerto La Cruz, 06 Sep. (José Canache La Rosa).- El poeta, diputado y abogado Tarek Williams Saab, actual candidato por los sectores revolucionarios a la Gobernación del estado Anzoátegui, comenzó a escribir poesía a los 14 años cuando estudiaba en el Liceo Briceño Méndez de El Tigre, donde fue presidente del centro de estudiantes. Graduado de bachiller se trasladó a Mérida para estudiar letras y dirigió, en esa ciudad, el comité de bachilleres sin cupo de la Universidad de los Andes. Militaba entonces en el Partido de la Revolución Venezolana.
Diputado y poeta Tarek Williams Saab |
Tarek tiene 39 años (nació el 10 de septiembre del 63), es abogado con postgrado en derecho penal por la Universidad Santa María, y especialización en derechos humanos por la Universidad Central de Venezuela. Está casado con Francis Saab, también abogado, con quien tiene dos hijos: Jibrán y Sofía. Pertenece a una familia de padres libaneses, musulmanes drusos: Alia, la madre, y Némer, el padre, radicados hace 44 años en El Tigre. Son 4 hermanos: Douglas, también poeta y abogado con 2 libros de poemas publicados; Imán, directora de la revista de literatura infantil 'Acuarela' de El Tigre, Rima y Marilyn, ambas —las tres hermanas— educadoras.
El ejercicio del poder político no ha cambiado la frescura expresiva de Tarek. Como siempre continúa soltando risotadas, alegres, bulliciosas.
"Caramba, José, tú te acuerdas de eso, ¿no?".
Ha publicado los libros de poemas 'Los ríos de la ira' (1987), 'Príncipe de lluvia y duelo' (1992), 'El hacha de los santos' (1992), 'Al Fatah' (1994), 'Ángel caído ángel' (1999) y 'Cielo a media asta' (2003).
"Este último libro —añade— define la tonalidad que buscaba. Mi poesía tiene un sesgo dramático, un toque melancólico. Es una poesía hacia dentro”.
Del primero, al último libro publicado, ¿qué sientes como proceso en tu escritura?
“Creo que logré lo que quería, cuando estudiaba en el Briceño Méndez, hacer una poesía revolucionaria con dignidad. 'Los ríos de la ira' es un libro muy desbordado, con desproporciones en el lenguaje, pero ahí está la sustancia que luego se observa en dos libros posteriores: 'Príncipe de lluvia y duelo', que es una poesía intimista, existencial, erótica, amorosa, un juego entre la muerte y la vida, el presagio de la
incertidumbre, la clemencia, el perdón, donde la poesía árabe emerge, tal vez, por un hecho de sangre, por ósmosis, no por conocimiento, y el 'Hacha de los santos', que es una poesía militante, de tono social y compromiso político.
Cuál fue la recomendación que te hizo Luis Alberto Crespo para ensamblar estos dos libros
“En 'Príncipe de lluvia y duelo' atendí un consejo de Crespo, donde él me decía que para lograr más contundencia, tenía que separar esa poesía de compromiso, que para su gusto era buena; que posteriormente reuní en 'El Hacha de los santos', y que dejara en su expansión, en su unidad, esa
poesía erótica, intimista, desgarradora en su tragedia. Asumí eso, y creo que Luis Alberto, un maestro de la poesía nacional, tuvo esa razón. Ese libro: 'Príncipe de lluvia y duelo', disfrutó de vida propia, obtuvo el Premio de Poesía 'Esta Tierra de Gracia' en la Casa Ramos Sucre de Cumaná.
¿Y "El hacha de los santos"?
“Los poemas residuales de 'Príncipe de lluvia y duelo' los fui trabajando con la irrupción del 4 de febrero de 1992, a la par de lo que sucedió históricamente en Venezuela. Se me acusó de haber participado, como civil, en la sonada del 4F. Aparecí en un informe que la Disip publicó en todos los medios de comunicación. Pidieron la cabeza de muchísimas personas, entre ellas la mía. Fui hostigado, allanaron mi casa en El Tigre y en vez de amilanarme, terco al fin como soy, dije: Si me van a poner preso y torturarme que lo hagan con ganas porque yo estoy comprometido".
Tu participación en esos hechos, ¿cuál fue?
“Defendí legalmente a los insurrectos del 4F y del 27N. No participé en las acciones militares de esa época, pero estuve en la periferia de las conspiraciones porque era militante del proyecto Tercer Camino y del Frente Patriótico que también fueron el apoyo civil a esas asonadas. Toda esa vivencia explotó el día en que el Comandante Chávez apareció en la televisión. Conocía a Chávez, pero no como Hugo Chávez, sino como José Antonio en las reuniones sostenidas con los civiles que apoyaban el levantamiento militar. Ese mismo día de esa derrota militar, sentí que había una gran victoria moral, una gran victoria política, y escribí un poema que se llama 'Maisanta' que está en 'El hacha de los santos' y se lo entregué posteriormente al prisionero Hugo Chávez en el cuartel San Carlos.
Ese libro tiene esa tonalidad de elegía revolucionaria. Allí existen poemas inspirados en el Caracazo del 27 de febrero de 1989, como 'Quién disparó contra el nido del pájaro', otro poema: 'Las ropas deshechas del francotirador', es un canto a los héroes de la Masacre de Cantaura.
“En esos años, consideré pertinente ir armando un poemario que tuviera ese aliento, y el libro fue saliendo de un modo natural. Hay muchos poemas, por ejemplo: 'Mi país es un tren que pasa a medianoche y saluda a los derrotados', donde el título del poema es en sí un poema. 'El hacha de los
santos' me dio satisfacciones tremendas, porque esos poemas se distribuyeron de manera increíble: mimeografiados, en volantes, en pintas en las paredes de Catia y el 23 de Enero. Ese libro obtuvo el Primer Premio de Poesía de la UCV y logró 3 ediciones”.
Y "Al Fatah"
“Es otro libro muy breve, publicado en el 94 en México, que no circuló mucho en Venezuela, pero sí en México y con bastante importancia, y luego, como tú sabes, publiqué 'Ángel caído ángel' que es la reunión, en base a ejes temáticos, de mi poesía más lograda. Una antología revisada de toda mi
escritura anterior; en un libro bastante largo, de más de 150 páginas”.
¿Qué piensas de la fama que tienes actualmente?
“Mucha gente que despreciaba al poeta Tarek, ahora busca mis libros y quiere leerlos. Unos para acuchillarme y quemarme más rápido, y otros por cariño y franca verdad; pero más allá de toda esta circunstancia política está una obra literaria y una existencia vertical. Además, siempre me van a
encontrar de frente, nunca evadiendo ni ocultando nada, por eso tengo que ser transparente para recibir halagos y ataques. Estoy tranquilo, y sé, como un temblor interno, que la vida tiene que ser intensa, por eso somos tan vehementes en lo que hacemos...
“Quisiera ser recordado como un poeta que deseó ser bueno, en un país expoliado, en un continente que fue dramáticamente humillado por muchos colonizadores, y que quiso unir el arabismo con la indianidad... Estoy con un oído atento a la vida y otro oído atento a la muerte, en el sentido que
soy un ser de paso en esta vida... Sé que toda gloria y fama es efímera”.