Caracas, 19 Jun. ABN.- Para Edwin Mejías, gerente de montaje de la empresa Precomprimido y uno de los ingenieros que fue pieza clave en la construcción del viaducto de la autopista Caracas-La Guaira, la ejecución de esta obra siempre representó un reto para sus fabricantes.
«Aquí no se puede hablar de etapas más difíciles, sino de menos fáciles, porque todas fueron complicadas y entendíamos la presión que había por la inauguración del viaducto», expresó.
Mejías, quien apenas pronuncia una palabra deja en evidencia sus raíces colombianas, fue quien se encargó de supervisar el armado de las vigas de metal que se fabricaron en la ciudad de Puerto Ordaz, en el estado Bolívar, y que se trasladaban en barco hasta el puerto de La Guaira para, desde allí, transportarlas hacia el galpón de lanzamiento, ubicado en el estribo La Guaira, para ensamblarlas y poder lanzarlas progresivamente hasta llegar al estribo Caracas.
«Garantizar la seguridad y controlar el movimiento de una estructura que al final de la fase de lanzamiento pesaba casi seis mil toneladas no fue fácil», aseguró Edwin Mejías, mejor conocido entre sus compañeros como El Gocho o El Colombiano.
Pero, aparte del lanzamiento de dicha estructura, en el vaciado de las columnas y en los capiteles de las pilas también hubo momentos críticos, dijo.
No menos complicado fue el desmontaje de la nariz de lanzamiento de la estructura metálica o la instalación de las losas de concreto, cuyo peso superaba las 12 toneladas cada una.
A pesar de los serios aprietos que debieron sortear los obreros e ingenieros de este puente, la obra siempre se mantuvo cómoda dentro de los cronogramas de entrega de cada fase, pues los superó todos de manera considerable.
En la fase de lanzamiento se calculaba que ésta tardaría unos nueve meses y se realizó en siete. La colocación de las losas se llevaría unos 30 días, pero, gracias a la pericia de los obreros, esta etapa se llevó exactamente la mitad del tiempo programado.
Por su parte, el levantamiento de las defensas centrales y laterales, la instalación de los postes de luz eléctrica, el asfaltado, la colocación de las juntas de dilatación, el relleno del muro de tierra armada para conectar el estribo La Guaira con la autopista y la corrección de detalles, se desarrolló también de forma sorprendentemente rápida, si se compara con la ejecución de estructuras de menor envergadura del viaducto.
Se han registrados casos que tardan hasta el triple del tiempo del que se llevó la consolidación del proyecto, en el cual la empresa contratista (Precomprimidos), la mano de obra y los materiales son 100% venezolanos.
Este ingeniero colombiano de nacimiento, pero con su corazón en Venezuela desde hace 10 años, empezó a trabajar en importantes obras de construcción en el país, como la represa de La Vueltosa, en el estado Táchira y los hornos de procesamiento de crudo en la Refinería de Jose, en el estado Anzoátegui.
También participó en la construcción del viaducto del ferrocarril Caracas-Cúa que fue lanzado con empujes sucesivos, al igual que el nuevo viaducto de Caracas-La Guaira, entre otros proyectos.
«Me siento muy satisfecho de ver la labor cumplida casi en su totalidad en la construcción del nuevo viaducto y contento por haber podido colocar un granito de arena para que esta obra sea una realidad», comentó Mejías.
Entre antojos y los síntomas frecuentes de un padre embarazado, Mejías supervisaba constantemente sus frentes de trabajo y al llegar a su casa, en San Antonio de los Altos, no dejaba de contemplar el crecimiento de su hija en el vientre de su esposa.
Cinco meses ya tiene la niña de Mejías, quien se siente padre por partida doble, por su pequeña y por el nuevo viaducto, al cual acompañó desde su concepción hasta su consolidación.
Aunque dice sentirse agotado por el trote al que ha estado sometido los últimos meses en la obra, no le atrae mucho la idea de descansar por mucho tiempo.
«Llevamos tres años trabajando seguido sin parar. Descansaré unos ocho o quinces días, no más, porque ya hay muchas puertas abiertas y vamos a ver en qué puedo seguir colocando mi granito de arena», comentó.