Caracas, 20 Ago. ABN (Mariana Serrano).- Con la sonrisa y la picardía que caracteriza a quienes tienen toda una vida por disfrutar y un inmenso mundo por conocer, Linda Sandoval, de 6 años de edad, proveniente de Nicaragua, y Antonio Mundaraín, de 4 años, de Venezuela, son reflejo de que definitivamente la sonrisa de un niño, la transparencia e inocencia de su mirada y unas ganas inmensas de vivir no se comparan ni con la mayor de las riquezas y no se cambian ni por todo el oro del mundo.
Simplemente, la mejor satisfacción de un ser humano es saberse parte de miles de sonrisas devueltas, miles de esperanzas nacientes, nuevos latidos de corazones que abren las puertas para quienes apenas conocen de su propia existencia y desean reír sin parar y ser felices.
«Los niños son los niños. Ellos nos han enseñado que ni una patología cardiológica ni la peor de las enfermedades son causales para dejarse vencer. Estos niños son nuestros héroes y nuestras heroínas. Lo mejor es verlos irse de aquí sanos y saber que contribuimos para eso», comentó la coordinadora del área Sur del hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano, Sandra Costa.
Y es que tanta es la mística de trabajo que se respira en el Cardiológico Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, con apenas un año de operatividad que cumple el próximo lunes 20 de agosto, que la doctora Cándida Pereira, residente del primer año de Cardiología Infantil, es muestra de ello.
«No importa pasar aquí el tiempo que sea necesario, estos niños y niñas lo valen. De verdad que el hecho de estar aquí ha sido una experiencia maravillosa y una bendición de Dios», dijo Pereira con gran satisfacción.
Aunque para muchas personas el hecho de permanecer cierto tiempo dentro de un hospital significa sentir lástima por quienes deben pasar por ello, Costa manifestó: «Son niños normales, simplemente tienen una patología congénita que hay que tratar, pero son y los tratamos como niños completamente normales».
Pues tal acierto quedó demostrado con la energía con la cual el pequeño Antonio Mundaraín, de 4 años de edad, corría por los pasillos de hospitalización con tan sólo un mes de haber sido operado de tetralogía de Falop y quien actualmente se encuentra en tratamiento y supervisión para determinar la fecha en que le darán de alta.
Por su parte, Paulo Cuadra, de 9 años, perteneciente al grupo de cuatro niños nicaragüenses que llegaron a Venezuela el 14 de agosto para ser intervenidos por estenosis subaórtica, jugaba con su mamá en la habitación CB12 del área de hospitalización del hospital como quien pasa la tarde en la sala de su casa sin el más mínimo conocimiento de por qué está allí.
Su mamá, Mercedes Rivas, dijo “el hecho de estar aquí es un privilegio, porque mi hijo se irá completamente sano”.
Cardiológico como cuarto de bebé
¿Cómo expresar si la sensación de ver a un bebé de tan solo cuatro meses de nacido en la sala de hospitalización, porque acaba de ser operado del corazón, sea de satisfacción o de tristeza, si de igual forma es un ser muy pequeño a quien únicamente provoca verlo reír y chuparse los dedos?
Pues ese fue el sentimiento al ver a la pequeña Valeria Calderón, quien fue operada de una coartación aórtica el pasado 13 de agosto y ahora se encuentra en excelente estado de recuperación. Pronto podrá crecer sin ningún tipo de problemas.
Sin embargo, su mamá, Osmaly Rendón, aún se siente sumergida en un sueño y con los ojos llorosos manifestó: «nunca imaginé que podríamos llegar hasta aquí y nunca pensé que mi niña sería curada por completo. Esto es un sueño hecho realidad y yo lo estoy viviendo gracias a este hospital».
En ese sentido, la doctora Pereira dijo: «la experiencia ha sido maravillosa, el sólo hecho de ayudar a niños lo es. El saber que existe una institución, de darle una esperanza, de una manera tan digna, es una gran satisfacción, además de saber que es Venezuela la que ofrece esa ayuda y esa cooperación y nosotros con gran orgullo formamos parte de eso».
Esperanza de pequeños latinoamericanos
En solo un año, próximos a cumplirse el lunes 20 de agosto, la excelencia especializada del personal humano del cardiológico Infantil Latinoamericano ha operado a más de mil niños y niñas es un total éxito. El hecho de ofrecer un porcentaje de atención a pequeños corazones de otros países que necesitan la ayuda, resulta ser el segundo motor de arranque y continuidad de la más importante obra en materia de salud que ha realizado el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías.
Según lo ha declarado la directora del Cardiológico, Isabel Iturria, «el cardiológico comenzó a funcionar con 50% de capacidad. Sin embargo, estimamos que en el 2008 alcance 70% de capacidad y al cumplir los tres años, ya en agosto de 2009, contemos con 100% de funcionamiento para ofrecer mayores oportunidades de atención, tanto a venezolanos y venezolanas, como a niños y niñas provenientes de otros países».
Al tener ese sentido amplio de cooperación y saber que el Cardiológico se ha convertido en punto de referencia mundial, se ofrece 2% de atención a niños y niñas de otros países. Por lo tanto, 85% proviene del interior del país y el resto de atención a caraqueños.
La doctora Iturria manifestó al respecto: «no es lo mismo que los pacientes internacionales vengan solos y se les haga un seguimiento de recuperación aquí y cuando regresen a su país de origen no cuentan con nadie que les ofrezca la atención necesaria. Es por ello que esos grupos viajan con un cardiólogo que los acompaña hasta el retorno para mejor comunicación entre ambos especialistas».
Un sueño hecho realidad
Al cumplirse un año de operatividad del Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, tanto su familia como un país entero que conoció de su trayectoria médica sienten orgullo de que tal obra de atención cardiológica nacional e internacional se haya hecho posible.
Para la hermana del doctor Rodríguez Ochoa, Argelia Rodríguez Ochoa, «este hospital no es un homenaje a mi hermano porque eso a él no le gustaba y no le hubiese gustado, pero sí significa un recuerdo de su actitud, de la lucha y su sentimiento por todos los niños que sufrían y sufren de cardiología congénita».
Es por ello que, entre lágrimas, Argelia Rodríguez recordó las firmes palabras que pronunciaba su hermano: «la peor enfermedad es la vida que llevamos».
El doctor Gilberto Rodríguez Ochoa fue un luchador social dedicado a la dermatología y a la salud pública. En febrero de 1999 fue nombrado ministro de Sanidad y Asistencia Social por el presidente Hugo Chávez Frías. Posteriormente fue ministro de Salud y Desarrollo Social, cuando se fusionaron ese año los ministerios de la Familia y de Sanidad. Murió en el 2002 en un accidente automovilístico.
Primer aniversario superando expectativas de funcionamiento
El lunes 20 de agosto se cumple un año de la inauguración del Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, obra que hasta los momentos ha sido considerada como la más importante en materia de salud realizada por el gobierno del Presidente Chávez.
Esta obra médico asistencial latinoamericana ha logrado atender en su primer año de operatividad a más de mil 20 niños y niñas de diversas edades provenientes de todos los estados del país y 2% a pacientes internacionales.
La directora general de dicho centro hospitalario destacó las cifras de este primer año, durante el cual se superó la meta de las 600 cirugías y las casi 500 intervenciones de hemodinamia.
La obra tiene tres niveles. Uno, quirúrgico; otro, de consulta y el tercero, de hospitalización. Cuenta con 160 camas de hospitalización, 32 camas de cuidados intensivos, 4 quirófanos, 2 unidades de hemodinámica que atenderá a mediano plazo a esa población infantil, 30 consultorios y un auditorio para 169 personas.