El país donde la culpa es de la vaca

Este año 2014 ha estado llenó de problemas y conflictos, en primer lugar por la crisis económica que vivimos, de la cual todo el mundo se quiera hacer el loco.

Por eso asombra ver a sindicatos pidiendo aumentos de sueldos, a gente que se niega a que aumenten la gasolina, los que se quejan, porque les bajaron los cupos de internet, y peor aún los que lloran, por el aumento de pasajes aéreos, ya que no van a poder hacer el viaje de sus sueños.

Ese mismo país sale como loco a meterse en una cola en Zara, a comprar entradas super costosas en conciertos de artistas famosos, compran celulares de última tecnología, se van a un bar los fines de semana, donde se gastan media quincena, pero brincan si les aumentan el kilo de harina o de leche.

En fin estamos en el país donde no hay culpables, ni responsables, pareciera que con el ascenso de nuestro amado Chávez a los cielos, se llevó no sólo su cuerpo, sino también el sentido de la responsabilidad.

Desde una oposición que no para de equivocarse, especialista en contar historia y hacerse la víctima de un supuesto gobierno dictatorial, pero incapaz de asumir que la vía de “la salida” fracasó, al igual que el dichoso sabotaje petrolero, del cual aún no admiten sus responsabilidades. 

Por otro lado tenemos al gobierno que se ve incapaz de tomar decisiones, un día dicen una cosas al siguiente dicen lo contrario. Les falta esa capacidad que tenía Chávez de tomar riesgos, no puedes vivir con ese miedo dentro del cuerpo.

Por un lado, si vas aumentar los pasajes a tasa Sicad II y lo dices hazlo, no te eches para atrás cuando la gente se queje, si lloran porque no va a poder ir a su viaje soñado a Disney o a Europa, (yo conozco muchos chavista que les encanta el tío Sam, pero a la primera masacran a los funcionarios del gobierno que hacen lo mismo), que se la calen.

El gobierno debe en primer lugar hablar claro, si no hay dólares que lo diga y punto, que explique claramente como Cadivi en un año desfalcó a la nación y nadie se dio cuenta. Esa dichosa lista va por el mismo camino de la de Piñerua, todo el mundo la pide y nadie la saca ¿O será que la tienen guardada en un lugar ultrasecreto?

Ya llegó la hora que el país entienda que los subsidios y la vida fácil son imposibles, para alcanzar el socialismo, no puedes exigirle al gobierno honradez, si a la primera buscas vender productos con sobreprecio en la calle, raspas los cupos de las tarjetas o vendes carros con sobreprecio.

Si crítico la corrupción, pero soy incapaz de no vender los dólares en el mercado negro que me dio Cadivi para viajar, cómo pretendo pedirle a un funcionarios que maneja no 500, sino millones de los verdes, que sea honesto.

Y ahora tenemos para más ñapa, al sindicato de Sidor, no sé si sea cierto que sus sueldos son bajos, pero una empresa que según ellos mismos está casi quebrada, por la baja producción ¿A quién se le ocurre pedir un aumento de salario?

Ya sé que los purista me van a caer encima por decir esto, pero no es mejor exigirle al gobierno un plan concreto para la empresa o mejor dicho, proponer ellos mimos un proyecto de rescate de la producción. Centrarse en pelear mejoras del contrato colectivo, cuando Sidor está casi paralizada, demuestra que ese sindicato no entendió que si Chávez nacionalizó esa empresa y acabó con los tercerizados, no era sólo para que vivieran mejor, sino también para que la empresa fuera punta de lanza en el desarrollo nacional. Por eso me  preguntó ¿Valió el esfuerzo de nuestro comandante para que le paguen así?

En fin el gobierno parece incapaz de resolver los problemas inmediatos del país, la oposición ya está esperando que los gringos le ayuden, con su torpeza no ganan unas elecciones más nunca. Mientras el pueblo, que debería empujar al gobierno a ponerse las pilas, lo que hacen es pedir mejoras de los sueldos, más subsidios, que no aumenten nada. Eso si no me pidas trabajo voluntario, ni comunitario, porque no tengo tiempo.

Construir la patria que Chávez soñó no se hace, sin sacrificio. Ese fue el gran error de nuestro eterno comandante, por su gran corazón quería darle todo al pueblo, viviendas, acceso a bienes y servicios a bajo costo, pero lamentablemente las cosas cuando no se sudan y se ganan, nadie las valora.

En fin estamos en el país donde la culpa es de la vaca, tenemos miles de problemas, pero para salir de ellos, ser una nación más organizada y eficiente se exige sacrificios, pero no tengo claro cuántos de nosotros estemos preparados para asumirlos.



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Diana Carolina Pérez Mendoza

Miembro del equipo de redacción de la revista Memorias de Venezuela. Profesora Universitaria.

 diana_cpm81@yahoo.com.mx

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