¿Cuánto cuestan las cosas? Equidad y justicia

Desde el momento en que Hugo Chávez gana las elecciones en 1988 y comienza a hacer las cosas de manera diferente a como se venían haciendo, los partidarios del régimen anterior comenzaron a atacarlo, criticarlo y hasta garantizar que las cosas de esa nueva manera o forma de hacer gobierno saliera mal.

Eso sucede así en todos los niveles de gobierno o dirección, la vieja junta directiva del sindicato, atacará, criticará y hasta garantizará, por todos los medios, que a la nueva junta directiva le salgan mal todas las cosas que hacen.

Sucede igual en las universidades, cuando llega una nueva autoridad, en la alcaldía, en la gobernación, en la dirección del partido, en la dirección del equipo de beisbol, y un larguísimo etcétera.

No es de extrañar, por tanto, los paros, las guarimbas, los saboteos, el contrabando, el regar aceite en las avenidas, no recoger la basura de las calles, aumentar los precios, desaparecer productos, corromper funcionarios, traficar con cupos, falsificar títulos y un largo sin fin de hechos y actividades que buscan demostrar que la nueva forma de hacer las cosas o de dirigir el país es un caos y que no sirve.

Para el nuevo gobierno, hacer las cosas de manera distinta es más difícil que hacerla de la misma manera de siempre, y la mayoría de los funcionarios quisieran seguir en su rutina y los que pretenden hacer algo distinto les es más fácil cometer errores y fallar.

¿Dónde está la clave?

En hacerlo con equidad y justicia de la mano de las bases populares.

Esto se dice fácil pero es requeté peludo.

Examinemos los precios de los productos. Falsear la realidad es inútil, incluso cuando la realidad es la del saboteo, recuerden lo dicho arriba, esa es la premisa.

Los controles deben existir para castigar a los saboteadores de afuera y de adentro, a los burócratas ineficaces, a los matraqueros, a los corruptos, a los bachaqueros, etc.

Pero si algo que debemos importarlo y cuesta tantos dólares, debemos venderlo considerando todos los gastos de compra, importación, fletes, impuestos y almacenaje. Su precio debe considerar todos los costos, hacer otra cosa es ficción.

Ahora bien, ¿qué debemos hacer los que queremos equidad y justicia?

Establecer medidas de protección a los más desvalidos de nuestra sociedad. Veamos, por ejemplo, qué hacer con el precio de la gasolina.

¿Cuánto cuesta extraer el petróleo, refinarlo para convertirlo en gasolina, almacenarlo, transportarlo y servirlo en el tanque del vehículo automotor?

Ese costo, supongamos es de Bs. 3,00, pues es el que se debe pagar por litro de gasolina.

¿Qué consecuencias trae esto a los habitantes de aquellos espacios identificados en las Bases de Misiones?

a) Los debemos organizar para que ellos establezcan sus mecanismos de transporte subsidiado y/o gratuito.

b) Los debemos organizar para que ellos establezcan sus mecanismos de distribución de alimentos subsidiado y/o gratuito.

c) Los debemos organizar para que ellos establezcan sus mecanismos de distribución de medicinas subsidiadas y/o gratuitas y de atención médica gratuita.

Lo mismo debe hacerse en aquellos sectores que aún se encuentran en pobreza, pero de manera diferenciada ya que la extrema pobreza (Bases de Misiones) requiere de un apoyo mayor.

Equidad es más al que más necesita. El kilogramo de pollo en cualquier cadena comercial está regulado a Bs. 42,00 (hay cadenas que venden el kilogramo a Bs. 40,00). En PDVAL se vende el kilogramo a Bs. 33,00 y en MERCAL se vende el kilogramo de pollo a Bs. 17,50. ¡Esto es equidad! Y por tanto, es justicia.


ajmiguez@gmail.com
ajmiguez@hotmail.com
@angelmiguez


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1006 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter