La República Popular China se erige hoy como una primerísima potencia económica mundial, lleva más de una década creciendo en su producto interno bruto a una tasa mayor del 8 por ciento anual, lo que la catapulta a los lugares de prosperidad económica que hoy ostenta.
Ese crecimiento económico hace que demande altos niveles de energía para su operatividad y el funcionamiento de su sociedad, por lo que a pesar de la distancia entre Venezuela y China, se ha establecido un canal comercial de exportación de petróleo que según los entendidos ya esta en el millón de barriles diarios.
China se ha limitado casi que exclusivamente a darle a Venezuela prestamos de dinero que ya superan los 40 mil millones de dólares, garantizándose su pago a través del petróleo, energía de incalculable valor estratégico para China, que aspira seguir creciendo hasta lograr la cima de ser la primera economía mundial.
Paradójicamente no se ve en Venezuela un interés de ese país a invertir y desarrollar empresas que ayuden a dinamizar la economía y a salir adelante en tan difícil situación que vive la patria, pareciera mas bien que solo les importa que el país se endeude e hipoteque su riqueza petrolera a futuro.
Solo basta mirar a los lados y ver cómo La República Popular China hace negocios estimuladores de las economías por ejemplo de Perú, Ecuador y Colombia, por señalar solo esos países por la similitud de sus pueblos con Venezuela.
En cualquiera de ellos puede observarse a China metiéndose a competir en el mercado automotor ofreciendo una alta gama de vehículos familiares, para el servicio público y el transporte pesado, mostrando una agresividad comercial importante y disputándose mercados de marcas Norteamericanas y europeas ya consolidadas en esos paises; igual se observa en el campo de la maquinaria pesada y para el sector agropecuario.
Sin embargo aquí en Venezuela cuesta dios y su santa ayuda tener acceso a un vehículo o a maquinaria de origen chino, cuestión que el pueblo no entiende, cómo hay la visita reciente del presidente de La República Popular China a Venezuela, se firman convenios, memorándum de intensión sobre infinitas cosas y en la práctica no se le ve el queso a la tostada?
Es necesario y urgente que tanto el gobierno del Presidente Nicolás Maduro como el de China, hagan un profundo análisis de qué es lo que esta pasando, pues esos países que mencionamos Perú, Ecuador y Colombia, no ofrecen un intercambio comercial de petróleo cuyo valor estratégico no tiene duda para China, no queriendo con ello menospreciar que son economías prosperas y estables que intercambian con China bienes y servicios de muy alta calidad.
Será que a China solo le interesa que Venezuela siga ese vertiginoso ascenso al endeudamiento y que se hipoteque hasta la forma de caminar del venezolano? O qué será lo que le pasa al país, que no ha podido arrancar hacia la consolidación de un modelo económico, que genere bienestar, estabilidad y calidad de vida?
Venezuela demandaba hasta el 2001 unas 150 mil unidades automotoras de todo tipo, hoy prácticamente no hay producción, y sin embargo la demanda sigue siendo alta e insatisfecha, trayendo como consecuencia la gran distorsión del mercado automotriz que hoy existe en Venezuela.
Para colocar un ejemplo práctico, los productores de hortalizas de los estados Trujillo Mérida y Táchira, están sufriendo la escases de repuestos y la imposibilidad de cambiar sus unidades de transporte y no hay cómo hacerlo, entonces, ¿ por qué China no trae esos vehículos y los pone al servicio de nuestra economía y además el gobierno los obliga legalmente a establecerse en el país, con una gran ensambladora que cubra la demanda insatisfecha, genere empleo y de valor agregado a los productos nacionales? Ahí está la zona industrial de La Fría con suficiente terreno para que se instale esa ensambladora, generando empleo y activando la economía regional y local.
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