Corrupción: la mordida de una serpiente que no mata, pero envenena

Más de dos generaciones hemos crecido oyendo esa desgracia o realidad fatídica que representa una especie de "ébola" social, que corroe cual óxido poderosísimo los cimientos de la República: La corrupción administrativa.

Hemos escuchado desde muy jóvenes, afirmar a las autoridades gubernamentales de todo un país, que su principal problema  no era el hambre ni la pobreza, sino la corrupción que campeaba libremente por todos los estratos de la población, es decir, casi  todos los venezolanos teníamos que ver de una forma u otra con un acto de corrupción (en una institución, un establecimiento público o privado, para conseguir un servicio del Estado, entre otras cosas). Por lo menos una vez al día tomamos como la dosis de un mortal veneno, que no mata pero envenena, "la  ambición de riqueza fácil llegó hasta meterse en la médula en todos los sectores en las clases sociales, altas, populares o en las privadas, es una crisis de valores" afirmaba el Comandante Chávez. Pareciera  que la sociedad se declara casi incapaz de deslastrarse de este mal y también pareciera que es poco lo que podemos hacer en relación a esta maldición. En palabras de José Vicente Rangel (2006) la corrupción "es un fenómeno  muy difícil de erradicar, lo que se  puede hacer es disminuirlo considerablemente, bajar su incidencia", ésta es una interesante reflexión ya que por lo menos no niega la existencia del mal, lo reconoce y acepta, y propone lo que un Estado como el venezolano puede hacer ante tal desviación.

En días pasados oímos afirmar al Presidente uruguayo Pepe Mujica que el principal problema de la sociedad es Educación, y que no podíamos pedirle a los maestros remendar los huecos de las goteras del hogar; la corrupción es un problema cultural, es una conducta a la cual se le ha rendido cierto culto, es un problema educativo fundamentalmente.

El Presidente Nicolás Maduro al iniciar su gobierno se dirigió a la Asamblea Nacional para solicitar poderes habilitantes para luchar contra la corrupción, como una medida de emergencia ante el avance también en revolución, de este flagelo.

Ya estamos a punto de cumplir un año de este acontecimiento y el problema pareciera más bien agravarse, los últimos anuncios  de la guerra contra el contrabando de extracción en todas sus modalidades (alimentos, materiales de construcción y combustibles), sólo deja al descubierto una cosa: la cadena de corrupción más impía que sociedad alguna pueda soportar. A la hora de escribir este artículo el Presidente está anunciando la creación de un cuerpo de policía especial para enfrentar el contrabando y la corrupción; en cuanto a esto es bueno aconsejar al Presidente lo que solía decir mi abuela "lo que se va hacer nunca se dice".

Como podemos ver es un problema complejo, pero veamos algunos rastros de la corrupción en la historia reciente, se pueden resumir así:

  1. El caso Sierra Nevada representó el caso emblemático de corrupción administrativa, realmente insultante del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez.
  2. Una de las características del gobierno de Luis Herrera Campins fue la corrupción, como ejemplo está el "Viernes Negro" (1983) que derivó en el escándalo de corrupción en el otorgamiento de divisas de dólares a través del “Régimen de Cambio Diferencial” (RECADI).
  3. En el periodo (1984-1989) la corrupción alcanzó niveles tales que Jaime Lusinchi y su secretaria Blanca Ibáñez fueron acusados contra el patrimonio público de la nación, estos dos personajes huyeron al exterior.
  4. La cuestión de la corrupción en Venezuela sigue su avanzada a tal grado que en el segundo período de gobierno de Carlos Andrés Pérez, éste fue destituido cuando la Corte Suprema de Justicia determinó mérito suficiente para ser juzgado por peculado doloso y malversación.
  5. Durante el segundo gobierno de Rafael Caldera (1994-1999), más de diez instituciones bancarias se fueron a pique y el gobierno de Caldera auxilió a los banqueros, quienes se fugaron del país con el dinero de los ahorristas.
  6. La revolución no se escapa de esta situación, el caso del Fondo Chino y las “empresas de maletín” del fraude de divisas, también el sonado caso del Central Azucarero mejor conocido como el CAAEZ, son algunos de los referentes de la nueva modalidad corruptiva.

Pareciera que nadie se escapa a este problema, el sector privado que de tanto se alardea, también entra en la "lógica de la corrupción", ya que no hay corrupción del sector público sin su par correspondiente al sector privado, lo que afirma nuestra hipótesis: la corrupción en Venezuela es como la mordedura de las culebras que cuando no matan envenenan, pero también sabemos que la culebra sólo se mata por la cabeza, el problema es ¿quién toma el garrote y cómo lo hace para aplastarle la cabeza a la corrupción?


arnaldoguedez2014@gmail.com



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