¿Hasta cuándo el chantaje de la lealtad?


Cuando escucho el llamado a la lealtad de parte de la dirigencia que hoy gobierna este país, quisiera encontrarme cara a cara con uno de estos personajes para decirle que no duden de este pueblo, ese que no ha vacilado en los momentos más críticos y ha salido a la defensa de la revolución social sin titubeos, ese que despertó y asumió su rol dentro del proceso político que actualmente se nos presenta y, más bien, invitarles a que su llamado deben dirigirlo con buen ahínco hacia esa buena parte de gobernantes corruptos que se camuflan en falsos discursos y que no han entendido el momento que se les presenta al no estar a la altura y exigencia de este pueblo y que lamentablemente sus equivocadas acciones nos llevan al suicidio de la idea revolucionaria.

Es importante que estos políticos entiendan que la lealtad no solo se debe exigir también debe practicarse, debe partir de una acción recíproca, es decir, si yo no soy fiel a algo o a alguien como puedo exigir tal cosa. De tal manera, ¿Ha sido la actual dirigencia rojo-rojita fiel al pueblo trabajador? ¿Fueron leales a la revolución la ex Ministra de Salud Eugenia Sader, el ex Alcalde de Valencia Edgardo Parra, el ex Gobernador de Guárico Luis Gallardo o el ex Gobernador de Aragua Rafael Isea? ¿Cuántos gobernantes o funcionarios en la actualidad no estarán en la misma onda de los antes mencionados y andan libres y manchando la idea revolucionaria? Preguntas que dejo para que cada quién saque su interpretación.

Sin dudas, soy partidario que el momento por el que estamos atravesando es bien crítico debido al extravío que existe de la ética y de la incorruptibilidad, situación que viene deteriorando fuertemente al actual proceso político y lo viene haciendo más propenso al declive. Ahora, ¿Por qué la actual dirigencia no se esmera en transmitir su mensaje a tanto burócrata que anda por ahí obstaculizando la materialización de la revolución socialista? ¿Acaso son leales los militares que mantienen el contrabando en las fronteras, en los puertos, aeropuertos y en las cárceles o los verde oliva que andan manejando recursos en instituciones del Estado y se llenan sus bolsillos y fomentan la corrupción? ¿Fueron leales los que están detrás de las famosas empresas de maletín? ¿Por qué no les exigen lealtad y coherencia a los que investigan lo ocurrido con las empresas de maletín, quiénes hasta la fecha no han informado al pueblo trabajador, como se le prometió, quién o quiénes están en el manejo de estas empresas? ¿Por qué no les exigen lealtad a los funcionarios públicos y se hacen campañas en las instituciones para combatir la corrupción, y elaborar métodos que prevengan estafas como la ocurrida en el Fondo Chino-Venezuela? ¿Fueron leales los encargados de vulnerar nuestro salario a través de devaluaciones, los cuales hicieron ver que eran ajustes a nuestra moneda, pero que hoy en día queda demostrado que fueron vulgares devaluaciones que tienen al pueblo trabajador económicamente asfixiado? ¿Son leales los burócratas que llevaron al campo venezolano a la quiebra, lo que ha generado que tengamos que importar cantidades de alimentos, es decir, destinar importantes sumas de dinero para traer alimentos de otros países cuando en nuestro país sobran tierras fértiles, dejando nuestra soberanía alimentaria en un simple eslogan? ¿Están siendo leales los responsables de llevar las empresas nacionalizadas a situaciones críticas y a la fecha no tengamos empresas sólidas y con incrementos importantes en sus niveles de producción? ¿Por qué no les exigen lealtad a aquellos que llevan el socialismo en boca pero llevan una vida de grandes magnates? ¿Por qué no les exigen lealtad a los que maltratan la crítica y satanizan a quienes denuncia las desviaciones de falsos gobernantes? ¿Por qué no les exigen lealtad a los funcionarios que prometen algo y luego no son coherentes, caso el Vicepresidente de la República con los afectados del Concesionario La Venezolana quienes seguimos esperando por respuestas claras y luego de casi siete meses la desinformación reina en el caso? ¿Por qué no les exigen lealtad y coherencia a las autoridades de gobierno que prometieron que se iba a normalizar la situación con la venta de boletos aéreos internacionales y a la fecha el problema se hace más complejo? ¿Por qué no les exigen lealtad a los burócratas que prometieron que derrotaríamos a los que estaban detrás de la guerra económica y luego de dos años de una situación económica bien crítica la problemática de la escasez y la inflación se agudiza? ¿Por qué no les exigen lealtad a los ejecutores que imperan dentro de los cuerpos de seguridad del estado, específicamente el CICPC y el SEBIN que en los últimos días han venido actuando de forma muy sospechosa, casos 12 de febrero del presente año en la Av. Universidad y el pasado 7 de octubre en Quinta Crespo?

Camaradas son muchas interrogante más, sin embargo, la lealtad no puede seguir siendo de chantaje para mantener a este pueblo sumiso, acrítico y alcahuete de las irregularidades que ocurren en los actuales momentos, necesitamos liberar la revolución de las manos egoístas que la vienen ahogando. Entender además, que la revolución no llega del cielo hay que hacerla y ejercerla para que no se atrofie, de no hacerlo, el lamentarnos no servirá de nada ¿Acaso quién es más desleal el que denuncia la desviación o el nuevo burgués que anda en Four Runner ajeno al peo que se nos presenta cada vez que vamos al mercado y tenemos que hacer malabares para que el dinero nos alcance? Es bueno que los actuales gobernantes entiendan que hacer una crítica a lo que no anda bien es una acción de lealtad y consecuentemente revolucionaria, el no hacerlo si te estaría comprometiendo como una persona desleal. Además, es importante que a través de un ejercicio de memoria revisen a lo largo de estos quince años de qué lado han salido los desleales, para que puedan aclarar en su interior muchas cosas.

Que quede claro que mi llamado es a mantenernos firme a la idea revolucionaria y socialista, hoy más traicionada que nunca y cada vez más lejos de su materialización, de esto que nadie se equivoque, porque a la derecha tradicional de este país ni en sueño se le debe apoyar. La salida a esta situación debe estar desde la izquierda, logrando rescatar el rumbo hacia la democracia directa, retomando la acción constituyente, esa que dio inicio al actual proceso político en 1999, y revivir el carácter consultivo, el cual debe ser permanente en las decisiones trascendentales que busquen la transformación de la sociedad venezolana.

Por otro lado, creo que nuestra mayor amenaza sería caer en la apatía, lo que nos neutralizaría en la lucha y terminaría de abrir paso a los intereses mezquinos de esta corruptela que impera en la actualidad, siendo esto bastante perjudicial para el pueblo trabajador. De tal manera, se hace bastante vital la organización popular para poder hacernos fuertes y lograr que triunfe la ¡Revolución Social!

alvarezramon7010@gmail.com


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Ramón Álvarez


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