La voz del chavismo de base

A mediados del presente año en el escenario político venezolano se vislumbró un nuevo debate público surgido desde el interior de la gestión del alto gobierno Bolivariano, sobre aspectos relacionados con las políticas económicas, el control cambiario y la falta de liderazgo del actual mandatario nacional Nicolás Maduro, quien asumió la dirección del país tras la muerte del Comandante Hugo Chávez Frías en abril del 2013, instante en el que la derecha opositora inició una nueva arremetida golpista contra el proceso revolucionario.
Aunque la diatriba pública inició mucho antes, se agudiza con la misiva dirigida por Jorge Giordani al primer mandatario nacional en la primera mitad del mes de Junio de 2014, en respuesta a su destitución del cargo como Ministro del Poder Popular para La Planificación.

En dicha carta, Giordani hace una serie de planteamientos con diversas apreciaciones y reacciones: En primer lugar, por la alta dirigencia del PSUV, que los consideró como una crítica descarnada, desproporcionada y desleal al gobierno de Maduro, su respuesta no muestra cambios al tratamiento de la crítica interna por parte de la alta dirigencia del partido rojo; la segunda, por parte de la oposición agrupada en la MUD, que la tradujo como el derrumbe inminente del chavismo, pronóstico opositor que no ha cambiado desde el inicio del proceso revolucionario, y la tercera - menos previsible - como puerta que se abre para iniciar “La Revolución dentro de La Revolución”, por una corriente emergente dentro del chavismo.

Giordani fue uno de los ministros que acompañó a nuestro líder Hugo Chávez en la cartera de planificación por más de 12 años y continuó encargándose del ministerio durante el gobierno de Nicolás Maduro, incluso durante el período donde arreció la guerra económica y antes de su destitución donde su despacho ejecutó medidas con la intención de contrarrestar sus efectos. Por ello; sus críticas generan pasiones dentro y fuera del chavismo - y no lo eximen de una interpelación política que vuela como un boomerang - retornando para acusarlo por las responsabilidades administrativas que tuvo, tiene y tendrá en las decisiones y resultados de la política en materia económica venezolana.
La polémica hoy, invita a revisar las acciones económicas del gobierno; iniciadas e impulsadas desde tiempos de Chávez, tales como: los vulnerables mecanismos de control cambiarios y la opaca administración en el manejo de los enormes recursos petroleros destinados a las políticas sociales, que presentan descarríos; en especial los fondos destinados a fortalecer la seguridad alimentaria, que evidencian deficiencias y desviaciones en las cadenas de producción y distribución de alimentos (fundos, plantas procesadoras, empresas de producción, adquisición, distribución y comercialización de alimentos, etc), en los actuales momentos que se requiere mayor productividad para hacer frente a la guerra económica.

De igual forma, estas voces demandan castigo a la gigantesca estafa y el despojo de las divisas del país por parte del sector empresarial privado; con la complicidad de funcionarios de alto rango en los organismos para el control cambiario (CADIVI, CENCOEX, BCV, etc), cuyos mayores beneficiarios e implicados apuntan a las más grandes trasnacionales del sector privado, tales como: GM, Ford, Toyota, Movistar, Polar, etc; los mismos que se presume financian a la derecha opositora venezolana. Sin que aparezca en el horizonte un solo culpable representativo del enorme robo al patrimonio de todos los venezolanos.
Este fenómeno, inicia un nuevo proceso de debate colectivo y expresión pública de las bases del chavismo sobre la acción gubernamental. Fortaleciendo la crítica constructiva como mecanismo de control de las bases revolucionarias sobre las políticas del gobierno bolivariano, con planteamientos orientadores, alzando la voz de alarma para la revisión y rectificación de políticas claramente desviadas de la acción revolucionaria, que a todas luces parecen haber abandonado los intereses del pueblo trabajador y que llaman a retomar el papel protagonista de éste, para reconfigurar el rumbo político de la revolución bolivariana.

Por último, se percibe un nuevo momento de encuentros de los cuadros revolucionarios de unir sus voces y acciones para construir una voz de voces y una acción de acciones, críticas, desde abajo, en fuerza transformadora, en movimiento constituyente, capaz de hacerse cogobierno, es decir, pueblo revolucionario embisagrado a su gobierno, para desplegar una praxis creadora, participativa y deliberativa que interpele la gestión pública, revisarla, rectificarla y reimpulsara hacia una su verdadera esencia revolucionaria, para hacer la revolución dentro de la revolución.

frenzel.hernandez@gmail.com


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