En lo actual, estamos ante una situación compleja de guerra económica, nos atacan de forma despiadada por los cuatro cuadrantes, afectando el desarrollo de la vida normal de los venezolanos. Vemos como se hacen largas colas en los comercios, y se dificulta cada día poder comprar los artículos básicos como: alimentos, pañales, artículos de aseo personal, cauchos y baterías para vehículos. Esto ha conllevado a que la situación económica se agudice más cada día.
En la planificación de la contra ofensiva económica, no se ha tomado en cuenta el factor de Índice de Liquidez Monetaria Ilicita (ILMI), que se define como: agregado monetario, billetes y depósitos en cuenta corriente en poder de los venezolanos, también llamado dinero transaccional ilícito, debido a que es el que se utiliza en las transacciones comerciales. En este sentido, el ILMI es el dinero circulante que se obtiene de la trampa fraudulenta, rebusque u otra actividad ilicita, que no considera lógica, el justo valor del trabajo.
Esta masa monetaria ilicita se ha incrementado de forma exponencial hacia límites peligroso para cualquier sistema económico, a tal punto, que no existen mecanismo de medición para determinar este indicador, y mucho menos calcular el impacto negativo y las deformaciones que originan al sistema.
Ahora mencionaremos algunas de las fuentes que alimenta al índice de liquidez monetaria ilícita:
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La operaciones financieras de los raspa cupos (cupos electrónicos, efectivos y viajeros).
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La corrupción y desviación de los fondos públicos.
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La corrupción de las empresas privadas con la especulación de los precios de bienes y servicios.
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Las operaciones fraudulentas de las empresas de maletín.
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Los revendedores de alimentos, pañales, cauchos, repuestos y otros.
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La corrupción de los funcionarios de seguridad pública. (extorciones y secuestros)
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Los gestores públicos corruptos.
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Las actividades del narcotráfico.
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El sistema especulativo del agrocomercio.
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El dinero que financia a los grupos opositores y guarimberos.
Esta masa monetaria producto de actividades ilicita, ha causado daños al capital público financiero, sin tener límites en su magnitud. Necesario de combatirla y erradicarla, para poder enfrentar en forma efectiva a los agentes de la guerra económica, que tiene como lema: “SALVESE QUIEN PUEDA”, una guerra propia del sistema capitalista, que reemplaza el axioma: ingreso producto de trabajo justo, por el ingreso ilícito producto de la trampa o trabajo fácil. Peligrosa cultura que se viene instaurando en la conciencia de gran parte de los venezolanos, lo cual requiere un riguroso análisis, y debate respectivo.
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