Cómo leer y aplicar las fórmulas capitalistas de Carlos Marx planteadas en El Capital, III

Si el asalariado es capaz de producir el valor de su salario[1], puede perfectamente producir la ganancia del patrono[2].

La segunda fórmula general[3] más importante es la que recoge la composición del capital. Esta viene dada por una íntima correspondencia entre el número de trabajadores con sus respectivos salarios y el valor de los medios de producción y su masa como valores de uso, o sea, por una determinada proporción entre el capital variable y el constante.  Esa composición  revela una correspondencia técnica entre cierto número de trabajadores y una masa de materiales de labor.

 
Esta fórmula se recoge lineal y porcentualmente  para expresar la distribución de las fuerzas productivas mediante ecuaciones macroeconómicas que permiten cuadrar el equilibrio de la oferta-demanda  de un país entre su producción de medios de producción y la de bienes de consumo final:

-------------------------------------------------

 I) c1+v1+pl1  = V1= c1+c2, o sea,

           v1+pl1 = c2                         (1)

II) c2 +v2+pl2 = V2 =v1+v2+pl1+pl2, o sea,

                  c2 = v1 + pl1                            (1)

 

La fórmula (1) del cuadro de arriba indica las ofertas y demandas recíprocas de los trabajadores y capitalista de ambos sectores.

Allí mismo vemos que la tasa de ganancia,

  pl’ = pl/(c +v),  es evidentemente inferior a la tasa de plusvalía,

  pl’ = pl/v, y vemos también que para una pl’ determinada, diferentes composiciones del capital v con el capital c arrojarían diferentes g’ ya que el tamaño absoluto  de pl variaría con cada composición de capital.
 
 Estas diferentes g’ inestabilizan el sistema y se provocan migraciones de capital hacia ramas de producción que ofrezcan una mayor g´ hasta que se alcance una g´ media o general. Cuando esta g’  se alcance, los valores de la producción aparecerán convertidos en precios de producción, de tal amanera que las empresas de  menor composición de capital retendrían menos plusvalía, y más, las de alta composición.

Recojamos aquellas ecuaciones en términos porcentuales para empresas con iguales composiciones orgánicas:

   c     v      pl    V[4]

---------------------------

200  100  100  

100    50    50       

---------------------------

300   150   150

---------------------------, de donde:

 

g´ media = 33,33%, y

pl´= 100%.

Para empresas  con diferentes c. o. :

  c     v   pl       V

---------------------

200  50  50 = 300,  de donde:

g´ media =  20%

100  50  50 = 200, de donde:

 g´ = 33,33%

-----------------------

300 100 100    500

-----------------------, a pesar de que en ambas empresas rija una misma pl´, las g´ resultan diferentes.

 Esa inestabilidad queda resuelta así:

  c     v       pl            PP[5]

--------------------------------

200  50    62,50  = 312,50

100  50    37,5    = 187,5

--------------------------------

300  100  100         500,00

 ---------------------------------,

para una g´ media = 25%  e igual para todas las empresas.

Con esta fórmula se explica por qué  los grandes capitales con menos empleo de mano de obra y mucho capital en medios de producción les resulta indiferente su número de trabajadores, y este resultado les viene a confirmar erróneamente que sus ganancias proceden de todo su capital y no necesariamente de la mano de obra empelada.  

En general, las empresas dedicadas a la fabricación de medios de producción presentan una alta c, o., en comparación con la que caracteriza a la f. de bienes de consumo final. La c. o. propia de una panadería, por ejemplo, es muy diferente a la de una moderna fábrica de hornos o de bandejas para hornear y servir el pan.

  También, entre las empresas del sector productor de diferentes medios de producción se dan diferentes composiciones orgánicas de capital; asimismo ocurre entre las dedicadas a la elaboración de bienes de consumo final.

Inclusive, entre las empresas dedicadas a la fabricación de iguales medios de producción o de consumo final pueden darse diferentes composiciones. Estas diferencias marcan las diferencias organizativas y gerenciales[6]. Para las correspondientes formulaciones debe operarse con valores medios, con composiciones orgánicas medias.

19/03/2015 4:38:46


[1] El salario es cantidad de capital invertido en mano de obra.

[2] Por su materialidad, los medios de producción consumidos durante el proceso de trabajo reaparecen en las nuevas mercancías y así lo recogen los costes y precios de venta, pero la fuerza de trabajo consumida es un valor añadido a esos medios mediante su transformación en otro tipo de valores de uso no menos materiales. Tal añadidura de valor nuevo puede cubrir con creces el precio de la fuerza de trabajo, y así crear y dejar gratis una plusvalía.

[3] Esta distribución de las fuerzas productivas empleadas ha sido una constante en todos los modos de producción conocidos; no es exclusiva del modo capitalista, sólo que hoy la llamamos composición de capital, y en los anteriores modos se llamaría composición de f. p. a secas.

[4] Léase valores de producción.

[5] Léase precios de producción.

[6] Es lógico que un mismo técnico resulte más productivo cuando opere con mejores medios de producción, y no sólo por causa de mejores salarios. Este hecho ha hecho pensar a los apologistas de la burguesía que las máquinas y calidad de las materias primas también crean valor. Otra especulación burguesa atribuye al empresario cualidades productivas, a pesar de que este no tire un palo en los procesos de trabajo.



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Manuel C. Martínez


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