Industria framaceútica Vs saqueo de divisas

Si algún sector es sensible para la población en general, es el relacionado con la producción, distribución y comercialización de medicamentos, pues ella está en directa relación con el nivel y las expectativas de vida del ser humano así como de la búsqueda y mejoramiento de su salud. La situación actual de Venezuela exige una revisión profunda de todos los sectores para asegurar que estén cumpliendo con sus genuinas responsabilidades para con la sociedad. Para contrarrestar la neurosis colectiva que se pretende crear en la población con el desabastecimiento de medicinas, es primordial socializar la información acerca del tema, para que la población tenga una visión de lo que está aconteciendo en el país con respecto a este sector. Lamentablemente este es un campo donde los más perjudicados son los niños, los adultos mayores y los grupos que padecen de enfermedades como el cáncer, la diabetes, el sida etc. Es a todas luces un crimen el privar a un ser humano de la posibilidad de mejorar o restablecer su salud.

Sin embargo hay que especificar ciertas características propias de la industria farmacéutica internacional que afectan y condicionan a la nacional. En primer lugar esta actividad es tiene un alto componente tecnológico e industrial. En ella intervienen campos científicos como el biológico, el médico, el químico, el físico, la microbiología, la bioquímica, la ingeniería entre muchos otros. Además de actividades propias de la lógica capitalista como el marketing, la comercialización, el mercadeo etc.

Es impresionante el nivel de dependencia que esta actividad genera en los países subdesarrollados. En primer lugar esta industria es regida por grandes trasnacionales que tienen un metabolismo oligopólico. Así 25 grandes firmas dominan el 50% del mercado mundial. Se aprovechan de los beneficios de operar en la periferia como lo es la mano de obra barata y el acceso a fuente de materias primas por precios bajos. Pero sus productos son destinados a los países donde la población tiene un poder adquisitivo y servicios de salud avanzados. La investigación y desarrollo de nuevos fármacos también están dominados por los grandes grupos. Esto hace que este campo sea uno de los que mas ganancias generan, inclusive por encima de la venta de armas y las telecomunicaciones. Se estima que por cada dólar invertido tiene un retorno de mil. En relación a las patentes de medicamentos tenemos que el 60% de las mismas pertenecen a los EE.UU., y el 20% de la Unión Europea, es decir que dominan el 80% de todas las patentes de medicamentos en el mundo. En el caso que un país tenga iniciativas en este ámbito también está imposibilitado por lo menos en la primera fase de su desarrollo, pues los insumos básicos y los componentes químicos para la producción de medicinas también están dominados por las trasnacionales de la salud. Esto les genera un impresionante poder para influir en instituciones y organismos multinacionales, así como en gobiernos.

Los métodos que ha utilizado para imponer sus modos y visiones de la salud son por lo menos cuestionables. Vimos, por ejemplo, como las industrias farmacéuticas ejercieron una gran presion sobre los medios de comunicación acerca del brote de Ébola en áfrica, pero de pronto dejo de ser notica cuando se empezó a hablar de la creación de una vacuna. Este comentario está sustentado por los altos índices de ganancia. El sitio web de España eldiario.es informa que una compañía canadiense Tekemira tiene la patente del medicamento llamado TMK-Ebola y que misteriosamente ha “agotado” su existencia. Esta empresa ha visto subir sus acciones entre un 25 a un 70% entre agosto y octubre. Otras compañías farmacéuticas que experimentan con cepas de ébola como BioCryst y Chimerix, han aumentado en 1.100 millones su valor desde el comienzo de la crisis.

Es solo un caso de cómo maniobra la industria farmacéutica internacional. También tenemos que tener presente los numerosos casos de daños por efectos secundarios de fármacos nocivos para la salud pero que inescrupulosamente son comercializados por afán de lucro. Por ejemplo los márgenes de ganancias de estas industrias son muy importantes alcanzando entre el 70 y el 90%, con una tasa de ganancias del 20%, superando ampliamente el 15,8% de los bancos comerciales. En el mundo entero se ha establecido un mito en el cual la investigación, desarrollo y producción generan enormes costos económicos cuando en la realidad se ha demostrado que el incremento de los costes no está relacionado con la fabricación de los medicamentos, ni tampoco con la inversión en investigación y desarrollo, sino en los gastos asociados a la comercialización y la promoción de los productos.

Sería ingenuo pensar que la industria farmacéutica nacional responde a intereses nacionales. Que los medicamentos producidos están en relación a las condiciones de la población o en relación al poder adquisitivo de los pacientes. Que las redes de distribución y comercialización estén en función a las necesidades de la población. Que las grandes cadenas de distribución no reproduzcan también el gen oligopólico de las casas nodrizas internacionales y absorban a las pequeñas iniciativas comerciales. No se justifica la escases de medicamentos cuando el gobierno tiene como prioritario la entrega de divisas para este sector. Comparto el criterio del presidente de la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional diputado Henry Ventura, para comenzar de una vez por todas de hablar de “seguridad farmacéutica” en Venezuela, para lograr el abastecimiento pleno de medicamentos en el país.


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Hugbel Roa

Ministro para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología

 @hugbelpsuv

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