¡El metro cerró sus puertas!

Desde hace unos días, el Metro impuso una nueva reglamentación. Que los venezolanos y venezolanas de Tercera Edad soliciten un boleto gratuito de uso inmediato, en las casetas. Continúan así con el beneficio generosamente concedido para esa Tercera Edad, que les permitía usar las puertas laterales.

Claro, eso les exige a los viejitos como yo, que me acerco a los ochenta (sííí, 80!! años) a hacer una colita para pedirlo a los operadores. Y por supuesto, salieron muchos quejosos, pero equivocados, a mi parecer, a vociferar contra el Metro, por obligar a tener que pedir ese boleto.

Así que, para no congestionar mucho la búsqueda de los boletos, recomiendo a todos los usuarios comprar boletos multiabono para hacer la cola para comprar, solamente cada 4 ó 5 días.

Que bueno que hicieran el cierre de las puertas laterales!! Porque gracias a eso, el Metro dejó de ser un lugar de práctica para muchos granujas!!

En este mundillo de “viveza criolla” pretendida, en la que muchos padres “educan” a sus hijos pequeños y desde su hogar, para que sean “vivos”, es decir, tramposos, sinvergüenzas y demás, al entrar al Metro les “enseñaban” a cometer su primera infracción pasando escondidos por la puerta para tercera edad. Y esa pequeña estafa se generalizó. O como dicen en la web, se hizo viral. Tal vez porque estamos en un mundo de bachaqueros.

Ya se cerró! Pero, pese a que el pasaje es casi un regalo del Metro al pueblo de Venezuela, todavía hay otros padres que enseñan a ser delincuentes a sus hijos pequeños pasando por debajo del torniquete, sólo para evitar el pago de esos 4 bolívares. Esos padres o madres parecen ignorar el daño que hacen a su niño que ya es consciente, al mostrarles como se roba, se trampea, como ser delincuentes. Pregunten a cualquier psicólogo o educador. Porque los seres humanos aprendemos por imitación, especialmente de los padres.

Porque se aprende desde chiquito, desde la casa. Se aprende suavecito, haciendo algunas pequeñas cosas. Y cuando le agarran el gusto a tener éxito en eso que hicieron, a pasar sin pagar, ahorrando algo, a hurtar algo, aprenden a ser deshonestos.

Pero en el futuro, si pueden, intentarán robar un millón. O se meterán en otras formas delincuenciales más fuertes. Y, como ocurre en la mayoría de los casos, terminarán muertos antes de los 25 años, como lo atestiguan las estadísticas policiales, o con la vida destruida por varios años de cárcel.

Y esa vida destruida o esa muerte es lo que verdaderamente les están “obsequiando” a sus hijos al enseñarles esa “viveza”.

Pero esa será la herencia de esos muchachos y muchachas por la ignorancia o la falta de moral de sus padres. ¡QUÉ TRISTE REGALO!!

 

log_oscar@yahoo.es



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