Me motivó a escribir estas líneas el hecho de que, semana tras semana, veo frustrada la esperanza de poder comprar algunos de los artículos regulados (leche, aceite, papel higiénico, etc.), según las necesidades de mi grupo familiar, pero nunca alcanzan hasta el viernes --día en que me corresponde comprarlos por número de cédula (a los tres miembros de la familia nos toca el mismo día)--. Es oportuno señalar que tengo 77años, y mi esposa 71 y no es fácil para nosotros hacer esas largas colas, y que, para colmo, Pedeval (Día a Día) presta muy mal servicio en nuestra ciudad.
A manera de ejemplo: el jueves 28 mayo 2015, a las 5PM, vi pasar a la gente con sus bolsas contentivas de esos productos, incluidos 24 rollos de papel higiénico (cantidad máxima por cédula; una exageración). Al día siguiente fui al supermercado y únicamente conseguí aceite de soya; que desilusión: no se había regularizado aún la distribución justa de dichos productos para todos (as) los (las) habitantes de este bello País ¡ni siquiera por N° de cédula! Tengo entendido que hasta las captahuellas son burladas inescrupulosamente.
Es vox populi que las causas de estos males son la malintencionada distribución de los productos y la complicidad de la mayoría de los comerciantes y aficionados, que burlan y permiten burlar todos los mecanismos de control.
Estoy convencido de que la forma de acabar con el bachaqueo interno y el micro acaparamiento (entre otras modalidades) es vendiéndole los productos regulados a los núcleos familiares (una sóla cédula por familia) y no a las personas (salvo las excepciones bien justificadas), le sugiero el siguiente esquema para su consideración:
1.- Vender todos los productos regulados únicamente a través de los Consejos Comunales (C.C) a TODOS y C/U de los ciudadanos pertenecientes a ese determinado C.C., en un local ad hoc y fijo: En forma de combo, semanalmente y a una única cédula por grupo familiar, de lunes a viernes y mediante el mismo esquema usado actualmente. Obviamente, a los grupos familiares más vulnerables a quienes el gobierno les hace llegar directamente un combo como donación y a aquellos que se los vende a un precio especial, por debajo del precio regulado, se le seguirá haciendo llegar de la misma manera.
Naturalmente, tocaría al Gobierno Nacional, Regional y Local planificar y ejecutar, junto con los Consejos Comunales, las estrategias más apropiadas para lograr el objetivo deseado mediante una eficiente cadena de PRODUCCIÓN => DISTRIBUCIÓN => VENTA AL CONSUMIDOR de los productos regulados; cada eslabón, de esta cadena, debe ser efectiva y estrictamente controlada pues, la experiencia enseña que, lo que no se controla se desvía, se corrompe.
2.- Continuar vendiendo en los mercales, pedevales, bicentenarios, etc. aquellos productos que no puedan ser vendidos por los Consejos Comunales, debido a problemas de logística, por ejemplo: carne de res, cochino, pollo y peces. Aplicando el mismo sistema, ya en uso, o sea: por terminales de cédulas pero mejorando los controles.
Los consejos comunales poseen toda la información necesaria para el eficiente y efectivo control de tal distribución, y también buena parte de los recursos, además son más fáciles de controlar (interna y externamente).
Correspondería a los consejos comunales, junto con el gobierno, planificar y ejecutar dicha distribución (venta): Gobierno => consejos comunales => familias. Todo bajo estrictos controles y supervisiones (internas y externas) para evitar desviaciones, pues la experiencia enseña que: lo que no se controla no funciona.
*Educador jubilado.
P.D. Esta nota la escribí el 23 de mayo de 2015 y dejé pasar ese tiempo a ver si el Gobierno Nacional lograba derrotar al cáncer del bachaqueo, con las últimas medidas anunciadas, pero todo continuó prácticamente igual. >>