Corregir la educación y aliviar la medicina

La reivindicación socioeconómica y política que fueron las banderas enarboladas por el Compañero Comandante Chávez, hoy mas que nunca se deben izar y mantenerlas en lo alto del mástil, no como una mera simbología sino como un real y determinante contexto.

Hoy vemos en nuestro país situaciones avaladas por diferentes niveles de gobierno que a la sazón nos parecen totalmente desfasadas sobre todo en lo que se refiere la justicia social. Hay una disparidad entre lo que se quiere evitar y como evitarlo, entre los correctivos forzados y las maneras de evitar las situaciones de desigualdad social que acarrean como saldo la delincuencia en general, la corrupción e ineptitud de los servidores públicos y sobre todo, el impartir justicia no solo en el plano legal sino humana de una manera disímil.

No es posible que al día de hoy se mantenga una prosaica y cuartarepublicana manera de evaluar al personal docente en el país, sobre todo el que labora en los niveles básicos y medios de la educación, que son los que intervienen en conjunto con la formación familiar, en el derrotero social y humano de los jóvenes hacia su vida adulta y productiva. Se deben dignificar aquellos docentes, aquel personal administrativo y aquellos trabajadores que han dado lo mejor de si por muchos años a pesar de su inestable situación laboral de contratados y no someterlos a excluyentes evaluaciones o concursos, donde solo son “valorados” en un baremo de cuotas de poder sindical y que al final permiten que ingresen individuos o grupos que no han tenido ningún legado de formación o de formadores. El sindicato no debe ser patronal, indiferentemente quien sea el patrón. El sindicato debe ser el espacio tanto de la formación política como el lugar de la lucha reivindicativa, no el de transar o mercadear las dignidades a costa de la permanencia de directivas amañadas, que al final no aportan ni en lo político y mucho menos en el aspecto socioeconómico reivindicativo.

Esto pasa igualmente en el sector salud. Lo mismo, la misma situación. Las médicas, los médicos, las enfermeras, los enfermeros, el personal  administrativo y la clase trabajadora que si trabaja, se encuentra asediada por grupos que amedrantan, teniendo como mercancía los cargos o ascensos. Esto, a parte de su ilegalidad es contrarrevolucionario y opuesto al pensamiento socialista y al legado del Camarada Chávez. El dar el justo sustento al personal médico y educador, no es crear una clase social selecta o de élite, es mantener estable un estamento que labora al cuidado de la salud física y mental y donde sus problemas socioeconómicos no generen ansiedad, que resten su atención a lo que ha sido su apostolado.

Cuba, no baso solo su defensa revolucionaria por más de cincuenta años en su ejército armado, sino en una tropa de mujeres y hombres que formados en las ciencias de la salud, de la educación y humanista crearon y fortalecieron un sistema social que permitió a un pueblo resistir a los embates imperialistas, sin contar con los ingentes recursos que tiene nuestra Patria Bolivariana y además, pudieron compartir esos logros, esos avances, ese poder constructor humano, en otras latitudes, incluso en aquellas que no comulgaban con la Revolución Cubana.  

No podemos gratificar con beneficios socioeconómico importantes a los que administran la justicia (Jueces, fiscales y su entorno), los que tienen las armas de la nación y los que manejan nuestras finanzas, ya que esto no nos ha garantizado su probidad. Es mas, los individuos y hasta grupo incursos en corrupción mayoritariamente salen de estos recintos de la administración pública, a pesar de la estabilidad que le provee el estado venezolano. En contraparte, los trabajadores del sector educación y el de la salud muchísimo menos favorecidos, son relativa y absolutamente menos proclives a estas debilidades y mucho mas dedicados a su labor, a pesar de la carestía en que se ha disuelto sus ingresos.

Existen mas personas en el área docente y médica que cualquier otra actividad del quehacer socio-productivo y hasta político en el país. Se cuentan por cientos de miles y creo quedarme muy corto. Y no están para hacerse ricas o ricos, es porque les cautiva.  Es un ejército con ganas de hacer pero muchas veces sin motivación laboral y sin las armas o herramientas o los medios para concretar esas ganas de hacer y además de eso muchas veces vilipendiados. Hoy, algunas de las Misiones Sociales creadas por la revolución para confrontar el estado burocrático ineficiente, ya cumplieron su “misión” o no han sido eficientes en hacerla. Esta tarea y recursos que muchas veces no llegan a destino porque ya se burocratizaron o porque se ha distorsionado su inicial objetivo, deben en este momento estar dirigidos a fortalecer la productividad y vigorizar con el justo y digno trato reivindicativo este contingente de venezolanas y venezolanos que a destajo, mística y formación son los que imparten los conocimientos y cuidan la salud de nuestros hijos, de nuestros viejos y de todos nosotros. Más que justicia, es un justo derecho para nuestra patria.

Camarada Presidente Maduro, sabemos que usted proviene de la lucha de los trabajadores y que enconó al estado patrono de la cuarta república que dispersaba las reivindicaciones de la clase trabajadora con perdigones y conoce de manera vivencial todo esto, porque además tuvo el privilegio humano de desandar y andar junto al Comandante Chávez, teniéndolo como tutor, amigo y padre y entiende en gran manera lo importante que es la educación y la salud de nuestro pueblo como fin revolucionario. Por eso, mas allá de los sindicatos hay una gran masa que espera la real justicia patria y revolucionaria, que va escrita en cada cuaderno y en cada récipe expresado por estas venezolanas y estos venezolanos.

 Aunque algunos lo verán como lugar común, dejo esto:

“El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”…

Simón Bolívar, Padre de la Gran Patria Bolivariana.

“Esos son los maestros que necesitamos hoy en Venezuela, que formen a los niños para lo grande, para lo bueno y para lo hermoso“

Hugo Chávez., Comandante de la Revolución Bolivariana

“Que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena: me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse”

Ernesto Guevara, médico y formador revolucionario.

Sin el legado de Chávez no hay Revolución y todos somos Chávez en esta Revolución.

 



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Carlos Contreras


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