"Testimonios de educadores, mientras discuten el contrato colectivo"

Seguimos en la lucha. Se oyen rumores en relación a los beneficios que podrían conseguirse, al momento de discutir la nueva contratación colectiva de educadores, reconociendo, aun, el grave problema económico por el cual atraviesa nuestro país, por culpa del bajón del precio del petróleo. Sin embargo, de lograrse tales beneficios, vendrían a ser un aliciente para afrontar la guerra económica, que bombardea los bolsillos de todos los venezolanos.

Además, contribuiría a disminuir las quejas, como las del profesor González, cuando dice que: "A mis pantalones, he tenido que reforzarles las costuras debido a que en una oportunidad, el que llevaba puesto me hizo quedar en feo, cuando agachándome para recoger un borrador del suelo, se oyó un trac seco en la parte de atrás. Más nunca, he podido ir a la tienda"

Igualmente, el profesor Rodríguez, con aspecto fortachón, señala: "Mas de una vez, cuando he levantado el brazo para escribir en el pizarrón, las camisas se me han abierto en la espalda, de lo viejas que están. No he podido renovar mi vestuario desde hace tiempo. Ya no uso pañuelo, el meñique, disimulado, lo ha sustituido"

De la misma manera, Pérez, que es maestro rural, refiere que: "Las medias que uso, ya no tienen planta y a veces solo uso una tobillera. Por eso temo, que me de un ataque en la calle y, entonces cuando me quiten los zapatos, vean que mis medias no tienen plantas. ¡Que pena!

Por ejemplo, el profesor Gutiérrez, dice: "Como conozco el mundo fisgón donde me desenvuelvo, he tenido que cambiarle el color a mis zapatos cada cierto tiempo para que crean que tengo variedad. Unas veces son marrones, otras veces son rojos y, las más de las veces, son negros. Mi necesidad ha sido tal, que para cortarme las uñas he tenido que apelar a los dientes. Cuando voy a la barbería y, me dicen el precio del corte de pelo, como no me alcanza para pagarlo, le digo al barbero que solo me afeite la mitad y, me deje una cresta en el medio como la moda de los futbolistas del mundial"

Asimismo, Jiménez, señala: "Tengo tiempo que no se lo que es pisarle la puerta a una perfumería. Menos mal que hace años, un medico me recomendó mezclar agua, bicarbonato con alcohol, y ¡Adiós violín! De no haber sido por esto, ¡Por Dios que más nunca hubiera dado clases en el pizarrón, para no tener que levantar el brazo! ¡Tranca Muchacho! Me pudo haber dicho un alumno. Menos mal.

Pudieran señalarse mas testimonios, pero estos son suficientes para que se entienda que los docentes venezolanos no pueden ir a trabajar como Adán y Eva, en pelotas. Por lo tanto, urge la discusión y firma del contrato.



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