A ti, Bachaquero…

Bachaquero, usurpaste el nombre de un insecto que trabaja por naturaleza en conjunto, expandes tu modus parasitario a otros grupos y recreas la invasión y el hospedaje en las casas de alimentos; todo ello hace sufrir no solo a los seres de tu mismo linaje, tu coloniaje depredador afecta directamente a otras especies: aves, caninos, felinos, entre otros.

Tu faena miserable comienza en la madrugada, listo para actuar en contra de tus vecinos. Preparado para montar tu tienda de maletín, llevas con tu sonrisa hipócrita tu servicio a domicilio.

Tu trabajo delincuente se ha convertido en trabajo digno y cotidiano, el verte todos los días en los supermercados, abastos y tiendas se ha tornado en costumbre e indiferencia.

Las colas, el calor, la pérdida de tiempo, no te detienen. El objetivo de comprar productos y revenderlos a diez veces el precio subsidiado, hacen de tu trabajo un evento atractivo y sustentable.

Además de ser un especulador de profesión, te ríes del control que ejerce el estado sobre ti, con tu reventa desmedida puedes comprar a cajeros, supervisores, guardias nacionales, agentes de seguridad y a toda la cadena improvisada que planifica corregir tus acciones, mientras tú ya has actuado inmisericordemente en contra del anciano, del discapacitado, de la mujer que no le alcanza el dinero para alimentar a sus hijos, del obrero que trabaja todo el día y de todo aquel que trabaja honradamente.

Eres exquisitamente vacío de todo remordimiento y frío como una mesa de disección, has perdido la dignidad y haces perder la de otros cuando se someten al escarnio y al abuso; en fin, la negligencia y el descontrol te han permitido avanzar sin clemencia en contra de tus congéneres.

Impones el desorden a tu antojo y al ver que tu red opera impunemente, avanzas velozmente, promueves el saqueo y la desesperanza entre la multitud y te mueves con tu arrogancia entre los hilos del poder, abrazas la gloria cuando obtienes el galardón para seguir comprando y revendiendo, tu cadena no se detiene porque tu salario supera diez veces al de un médico, al de un ingeniero, al de un maestro.

Así pues, has armado una red poderosa que atrae a miles y miles, mientras millones han decidido observar como espectadores por doquier y desangrados con su salario perciben como sus vidas se deterioran cada vez más y más, un círculo vicioso que se repetirá y repetirá generación tras otra, porque sabes, en tu conciencia fría y calculadora, que cuando los vicios se hacen costumbre son difíciles de erradicar de la sociedad.

Cosechador de lamentos, espero que tengas la suficiente voluntad para prestar atención a tu conciencia que grita porque cambies de actitud y al final del día esta no pese como una losa sobre tu espíritu.

ybdocencia@hotmail.com



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