Abusos en Mercal Campo Oficina El Tigre

La situación caótica para el acceso e ingreso al establecimiento de Mercal situado en Campo Oficina, distrito Simón Rodríguez, El Tigre, estado Anzoátegui, produce todo tipo de abusos y violencia pública. En primer lugar, no existe el respeto y la consideración para los ancianos de la tercera edad, las embarazadas ni los enfermos. Todos hacen la misma cola del común, lo que deviene en maltrato a los ancianos por los empujones, lastimaduras en personas vendadas, con muletas y sillas de rueda, y malestares graves en mujeres en proceso de gestación por la calamidad del tiempo de espera de pie. Mi anciana madre llegó este lunes 20 de junio a las seis de la mañana y estuvo soportando tan inaceptables condiciones hasta las tres de la tarde, y no pudo comprar nada. Ella tiene más de setenta años. Como ella, muchas otras personas. ¿Por qué no pudo comprar?

En segundo lugar, existe una absoluta falta de respeto entre el público y los miembros de la Guardia Nacional. Estos funcionarios maltratan a los ciudadanos, los agreden verbalmente, expresan acciones toscas (de mando, de fuerza y de falta de educación), y la gente les devuelve el maltrato con groserías, improperios y cachetadas. Este lunes 20 ocurrió una situación dramática. El caos condujo al enfrentamiento. Un Guardia Nacional se peleó con un muchacho, se agredieron mutuamente y el funcionario le rompió la ropa al joven, prácticamente desnudándolo. El resto de los presentes reaccionó, agrediendo al Guardia Nacional, propinándole cachetadas y golpes también. Hubo lesiones menores entre los enfermos y los ancianos. Por ello, urge implementar, obligatoriamente, un sistema cola preferencial para evitar este tipo de cosas.

En tercer lugar, opera la mafia institucional. Los familiares, amigos, allegados y compinches de quienes administran y laboran en el Mercal de Campo Oficina, en El Tigre, disfrutan de todos los privilegios que proporciona el tráfico de influencias. Esto genera ronchas. La gente lo protesta pero se burlan de ellos. Realmente resulta injusto y descarado. Es otro abuso. ¿Qué hace el alcalde local ante semejante despropósito? NADA. Esta grave anormalidad genera odio y resentimiento contra el gobierno, y las palabrotas contra el Presidente Nicolás Maduro expresan con exactitud las consecuencias de ese bochornoso cuadro, la mala gerencia de ese local, la falta de consideración, respeto y equidad con nuestro pueblo. La corrupción se sobrepone al justo derecho del acceso por igual a los alimentos básicos. No existe autoridad oficial en la ciudad de El Tigre capaz de corregir esta tragedia local que se produce día a día. Ha habido heridos con armas blancas y piedras en el pasado. Sólo falta una víctima fatal para que alguien enderece este entuerto. Por lo demás, los funcionarios de la Guardia Nacional deben corregir su actitud de guapetones. Tienen que actuar con tolerancia, en estricto apego al respeto de los derechos humanos, y ganarse el respeto de su pueblo para preservar el orden de una manera mesurada, sin prestarse al compinchismo, la corruptela del tráfico de influencias, y los privilegios, porque existe un notorio rechazo hacia ellos por esas prácticas inaceptables.

Por favor, señores del alto gobierno, que alguien de ustedes aplique la respectiva auditoría al Mercal situado en Campo Oficina de El Tigre, distrito Simón Rodríguez, estado Anzoátegui, por que ya nuestra gente se cansó de tantas humillaciones y vejámenes, mientras trata de paliar la hambruna que nos mata a todos. Abusos y desorden, violencia y maltratos no dan votos, no salvan a ninguna revolución. Nuestro pueblo esta cansado de este caos.



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José del Carmen Pérez


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