Erradicar la corrupción, primer paso para el diálogo

El domingo 24 de julio vi una entrevista del conocido sexólogo y político de la izquierda venezolana, el médico Fernando Bianco. Me llamó la atención una frase que sirve de título a este artículo: el diálogo tiene sentido si uno de los temas urgentes (además de la crisis económica, como es natural) es el logro de un gran consenso nacional en contra de la corrupción. No es baladí la expresión, requiere que miremos con atención lo que está detrás y lo que debería tener al frente.

Me surgió de pronto la idea de enlazar lo dicho por el estimado psiquiatra y lo que también vi en un video de la Dra. Adela Cortina. Bueno, les informó quien es esta académica. Primero, es una profesora de "ética y filosofía política" de la Universidad de Valencia (España), es especialista en esta rama de la filosofía y ha publicado varios textos al respecto, además de dar conferencias. Se ha destacado por sus reflexiones y propuestas de cara a una condición que debería existir en toda democracia y en nuestro país en particular: la política determinada por principios éticos.

Esta conexión entre estas dos situaciones se produce porque tal vez, como dijo Ortega y Gasset, estamos "bajo de moral", estamos desmoralizados, perdimos una conducta ciudadana guiada por la ética, sobre todo agentes económicos y políticos y de manera especial algunos representantes del gobierno. Me explico.

Bianco propuso el tema de la corrupción en la agenda de un diálogo que tal vez algún día cristalice, sobre todo si interviene Dios a través del Vaticano. Decía, que la propuesta se fundamentó en dos situaciones que presentó nuestro estimado sexólogo: dijo que se ha denunciado (y no existen ni averiguaciones y muchos menos responsables) el "extravío" de 250.000 o tal vez 300.000 millones de dólares en el proceso de asignación de los bien etiquetados "dólares preferenciales" que el gobierno bolivariano asignó en la época de las vacas gordas.

Pero, además, también dijo que las asignaciones al Ministerio de Salud, los más altos en la historia del país, "han caído en una caja negra y lo que es peor no hay presos" por tal situación.

Por su parte, Adela Cortina –en la Madre Patria, como nos ideologizaron en primaria-- viene sosteniendo la idea de que la falta de ética y la desmoralización de la sociedad es muy costosa para una sociedad. Y conste que la prestigiosa académica no conoce los detalles de lo que ha sucedido en el país en toda su historia de corrupción, exacerbada en los años postreros de una burocracia que se esconde tras el chavismo y el socialismo. Como repito mucho, ¡cosas veredes!

La filósofa española dice textualmente que, en vida pública, "la ética es rentable". ¿Por qué? Simplemente porque el dinero que se extravíe en los caminos verdes de las componendas y tracalerías debería invertirse en educación, salud, pensiones y pare Usted de contar. ¡Imagínense lo que se podría hacer en el país con los dólares extraviados que suman casi ocho años de adquisiciones de mercancías básicas (y lujosas lamentablemente) para la felicidad del pueblo venezolano!

¿Dialogar para qué? Ya lo he escrito, los principales actores del diálogo tienen su agendita bien clara: la MUD, que el gobierno le acepte su revocatorio y el gobierno, ganar tiempo para repartir las bolsas de los Clap. Mientras ello es así, los problemas graves que vivimos los venezolanos sirven de escenario para que los políticos logren sus objetivos. No hay diálogo verdadero.

Tal vez sea un idiota por lo que pienso, pero el diálogo nacional, además de atender las emergencias del presente, debe atender la ética del proceso de gestión de soluciones de la crisis. Creo haber leído en Aporrea a alguien que indicó que mientras los corruptos ocupen altos cargos en el gobierno de Maduro no hay política económica que funcione. Ya los productos de los Clap se ofrecen sin disimulo en varios mercados negros populares, teniendo a la Redoma de Petare como meca de los guisos de este tipo.

Finalizo con una frase de Adela Cortina: "Si las gentes no tomamos nota de lo cara que es la falta de ética, en dinero y en dolor, si no nos negamos decididamente a pagar ese astronómico precio, el coste de la inmoralidad seguirá siendo imparable. Y aunque suene a tópico, seguirán pagándolos los más débiles". Mejor imposible de decirlo.




 



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Nelson Suárez

Docente/Investigador Independiente (Literaratura, Ciencia, Tecnología y Sociedad)

 suarez.nelson2@gmail.com

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