Boicot popular al consumo

Son tiempos difíciles para la revolución; hay un ataque creciente a la economía venezolana; el gobierno hace grandes esfuerzos para contener ésta avanzada a través de varias políticas y estrategias: frecuente incremento de salarios, aplicación de leyes. Ahí está el Sundde con sus operativos constantes contra la especulación, el acaparamiento, el bachaquerismo, la corrupción interna y externa y así por el estilo. Estas estrategias acciones y políticas parecen no ser suficientes.

En esta lucha hay un llamado constante tanto de nuestro presidente obrero, como de nuestros dirigentes políticos a la participación popular; llamado que a mi juicio aún no tiene la debida respuesta. No se observa todavía a las estructuras políticas de nuestro partido: UBBCh, CLP, Consejos Comunales u otras, actuando en sus ámbitos de lucha para coadyuvar con la labor de nuestro gobierno a sabiendas que todo esfuerzo del gobierno será insuficiente, si no se cuenta con el apoyo efectivo y resuelto del poder popular organizado.

Todos los revolucionarios tenemos una responsabilidad compartida con el destino del proceso revolucionario, fue el mandato de nuestro comandante eterno Hugo Chávez; es el juramento repetido que hemos hecho en nuestras asambleas, marchas y concentraciones.

En ese sentido pienso que llegó el momento de que ese poder popular se manifieste, se haga sentir, asuma con fuerza su poder constituyente. De ahí la propuesta que pongo en la palestra. No es una propuesta original; se ha puesto en práctica con éxito en varias partes del mundo, me refiero al boicot al consumo como herramienta de lucha popular contra la especulación.

Esta medida requiere de un alto nivel de organización y de consciencia por parte del pueblo, de disciplina para llevarla a cabo. El boicot puede hacerse por producto, a determinados negocios o cadenas comerciales. Se puede decidir por ejemplo no comprar pollo por una semana, o pan, cuando se observe un aumento desmedido de estos productos. Se puede decidir no comprar por determinado tiempo en una cadena de supermercados para frenar un brote especulativo; sería por ejemplo una manera de frenar la especulación tantas veces denunciada en algunos comercios asiáticos.

Lo dije en un artículo anterior y ahora lo repito; el bachaquerismo existe porque tiene compradores; ¿porque no boicoteamos a los bachaqueros? Una medida efectiva es no comprar a estos negociantes con la necesidad del pueblo.

La aplicación de esta medida a cualquier nivel, puede iniciarse por un barrio, una comunidad, un sector que encienda la llama como lo dijo Alí Primera para que dado los resultados obtenidos, se extienda al municipio, al estado y porque no, a todo el país. Hay dos palabras claves para el éxito de la medida: organización y disciplina.

En lo que se refiere a la disciplina, hará falta la presencia a todos los niveles de organización del poder popular, de un estado mayor del boicot popular al consumo, que dicte la pauta de qué boicotear y cuánto debe durar la acción.

Desde esta trinchera de lucha hago un llamado a toda organización popular revolucionaria a debatir la propuesta. Partidos de la revolución, redes sociales, a las cadenas de WhatsApp y otras a difundir y debatir la idea. Hoy más que nunca se hace necesario que a la brevedad, el pueblo organizado se active para dar su aporte significativo a la defensa de la revolución bolivariana y chavista.



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Porfirio Hernandez

Ing. Agronomo. Prof. universitario (jubilado). Militante PSUV

 porfiriojhernandezp@gmail.com

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