Junio 07 de 2015.-Karina Sánchez una atractiva joven de 31 años de edad, de temperamento alegre, llenaba el espacio con su presencia, a donde quiera que llegaba, refieren su padre y hermano, quienes aún no se sobreponen a la muerte de uno de sus seres más queridos.

Su padre Iván Sánchez, narra los hechos de una forma bien hilada, y con detalle, que demuestra, ha realizado una investigación muy exhaustiva de los hechos que llevaron a la muerte de su hija, el aciago día del 20 de noviembre del 2012.

Narra su padre, que Karina arribó a la clínica San Felipe de Las Mercedes a eso de las 7 de la mañana del 20 de noviembre del 2012. Ella Había decidido hacerse una cirugía estética, una liposucción abdominal, por la recomendación insistente de una compañera de trabajo, quien se había realizado el mismo procedimiento estético en dicha clínica.

Como suele suceder en la mayoría de estos casos, Karina no dio la debida información a sus seres más cercanos, acerca de la operación, tal vez por temor a que le aconsejaran no realizarse este tipo de cirugía. Sólo les dio una información general de un procedimiento que se suponía, era algo fácil, sin mayor complicación.

Refiere su cuñada, quien la acompañó a la clínica que al entrar al quirófano ella se encontraba hecha un mar de nervios, sin embargo, el doctor Carlos Zambrano, ignoró su estado y la ingresó a la sala de operaciones.

El anestesiólogo, Luis Alberto de La Cruz, quién es a la vez el dueño de la clínica, contaba para ese entonces con 81 años y ya mostraba, según refieren los testigos, signos de senilidad, lo que se podía observar, en la lentitud de sus movimientos y en el modo de arrastrar los pasos al caminar.

Ya en el quirófano, para el momento de la operación, el anestesiólogo octogenario, procedió a aplicarle a la paciente Midazolam, un preanestésico, cuya dosis debe ser muy específica. Los acompañaban dos enfermeras que aparentemente no estaban certificadas para practicar asistencia médica.

Los médicos, a cargo de esa operación y de la vida de Karina, en vez de administrarle la dosis establecida, le inyectaron una sobredosis de Midazolam, lo que le produjo una crisis respiratoria, que impedía el normal funcionamiento de los pulmones y por lo tanto la sangre no llevaba oxigeno al cerebro lo cual le ocasionó una hipoxia que dio como resultado un edema cerebral, el cerebro se inflamaba e iba quedando atrapado en el cráneo, causándole la muerte a Karina Sánchez.

Según el protocolo de la forense, hubo “comprensión de las amígdalas cerebrosas”, como causa del deceso. Ellos produjeron la crisis con la sobredosis de Midazolam , y al no tener el medicamento para contrarrestar el efecto de Midazolam, el Flumazenil, que es el antídoto para todas las benzodiazepinas, produjo la crisis que llevó a la muerte de Karina.

Además de esta gran falla, no contaban con un respirador artificial ni con un desfibrilador, solo un ambú (mascarilla respiratoria) que solo es para usarla por cortos períodos de tiempo.

Ellos no pudieron solventar la crisis porque no poseían las herramientas necesarias, no le dieron el Flumazenil, que es la droga que pudo salvarle la vida a Karina Sánchez, pues contrarresta los efectos inmediatos del Midazolam.

No pudieron brindarle los primeros auxilios en el quirófano, y tampoco la llevaron de emergencia a alguna clínica próxima al sitio. Cerca de las 11 de la mañana, empezaron a montar un teatro, porque para ese momento se presume que ya estaba sin vida.

Karina Sánchez murió por mala praxis médica. Los galenos fueron detenidos, y quedó demostrado en el juicio la responsabilidad de los médicos, la negligencia con que trataron a la víctima.

A dos años y nueve meses que se cumplen de este caso,  la sentencia del Juez itinerante, Rommel Puga, es darle dos años, bajo régimen de presentación a los médicos, Carlos Zambrano y Luis Alberto de la Cruz por este lamentable hecho, en que perdió la vida una joven llena de ilusiones quien estaba  a punto de contraer matrimonio. Cada 15 días deberán presentarse en los tribunales.

Ante semejante arbitrariedad,  su familia exige justicia, que paguen con cárcel por la muerte de Karina Sánchez y por otras tres víctimas, como fue el caso de Carolina Sánchez, de 35 años, quien fue a realizarse como Karina, una lipoescultura para nunca salir con vida de esta clínica de la muerte. Para Iván Sánches, es injusta esta condena, por lo cual pide que ellos paguen con cárcel el haber provocado la muerte de su hija.

Tal vez la clínica San Felipe, no sea el único lugar en el país donde se  practica este tipo de operaciones de forma ilegal, y donde tampoco sean registrados ni denunciados casos de este tipo de mala praxis médica, pero también hay que agregar, la complicidad de los que facilitan la permisología a estos espacios peligrosos para la vida de cientos de mujeres que caen en la trampa de médicos inescrupulosos, que lo único que les importa es lucrarse sin importarles la vida de seres humanos.

Al final, concluye el señor Iván Sánchez, con una advertencia  para las mujeres que  piensan o han decidido  realizarse este tipo de cirugía estética, que lo piensen bien, pues en muchos casos ponen en riesgo su vida sin ninguna necesidad.