Un juicio a Rousseff puede ser un remedio muy amargo: analista

Pena de 12 años de cárcel a ex directivo de Petrobras

El presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros (a la derecha), y el fiscal general, Rodrigo Janot, conversaron ayer en Brasilia. Ambos dijeron que era un encuentro institucional y negaron haber hablado sobre el caso de corrupción petrolao, aunque periodistas locales sospechan que ese fue el propósito de la reunión

El presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros (a la derecha), y el fiscal general, Rodrigo Janot, conversaron ayer en Brasilia. Ambos dijeron que era un encuentro institucional y negaron haber hablado sobre el caso de corrupción petrolao, aunque periodistas locales sospechan que ese fue el propósito de la reunión

Martes 18 de agosto de 2015.-

Sao Paulo.

El juez federal Sergio Moro sentenció este lunes a 12 años de prisión a Néstor Cervero, ex director del área internacional de la estatal Petrole Brasileiro SA (Petrobras) por cargos de corrupción y lavado de dinero relacionados con el presunto pago de un soborno al presidente de la Cámara de Diputados, el conservador Eduardo Cunha, quien por primera vez aparece implicado en las pesquisas del caso lava jato (lavado de autos), por el que varios políticos y ejecutivos empresariales ha sido procesados y encarcelados este año.

Cervero y otras dos personas –el consultor privado Julio Camargo y el cabildero Fernando Soares– son acusados de coordinar el pago de sobornos del astillero coreano Samsung Heavy Industries a cambio de la contratación de buques especiales para la explotación de pozos profundos, el Petrobras 10000 y el Vitoria 10000, ubicados en el Golfo de México y África.

Camargo, quien al declararse culpable sostuvo que el diputado Cunha le pidió un soborno de 5 millones de dólares para impulsar el negocio con los buques, recibió una pena de 14 años de prisión que fue reducida a un reporte personal ante la policía cada 15 días y a la realización de tareas comunitarias, gracias a su colaboración en el caso.

El consultor privado, en su calidad de representante del astillero coreano, hizo pagos ilegales al área internacional de Petrobras desde 2006, año en que Cervero ocupaba esa dirección.

Soares, acusado de canalizar los sobornos de la empresa estatal al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), fue sentenciado a más de 16 años de cárcel.

Cunha, militante del conservador PMDB, abandonó en julio la coalición de la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT); acusó además al gobierno de tenderle una trampa en el caso de corrupción de Petrobras, llamado oficialmente lava jato (lavado de autos) o popularmente conocido como petrolao.

El diputado no estaba entre los imputados, pero las sentencias del juez Moro podrían dar a los fiscales federales en Brasilia más datos para acusar a Cunha y otros políticos que se habrían beneficiado del esquema de corrupción. Ningún ejecutivo de Samsung Heavy Industries fue denunciado.

Lava jato es uno de los temas que acaparan la atención de la prensa y la opinión pública, que hoy, por ejemplo, especuló sobre el objetivo de una reunión entre el presidente del Senado, Renan Calheiros, y el fiscal general, Rodrigo Janot. Ambos dijeron que era un encuentro institucional y negaron haber hablado sobre el petrolao, a pesar de que los periodistas sospechaban que ese sería el propósito.

Después del surgimiento de revelaciones sobre lava jato, en febrero pasado, organizaciones civiles convocaron a los ciudadanos a manifestarse contra la corrupción y la crisis económica, en marzo, abril y el domingo pasado, con la asistencia de cientos de miles de personas, aunque con menor participación que en las marchas de 2014 contra los excesivos gastos del Mundial de Futbol.

El ex presidente Fernando Henrique Cardoso consideró que sería un gesto de grandeza que Rousseff renunciara, pero algunos analistas que elogian las acciones ciudadanas cuestionan al mismo tiempo el objetivo.

Está bien que la gente salga, proteste y pida la salida de la presidenta, pero ¿para poner a quién? El presidente de la cámara baja ya está bajo investigación por corrupción y la verdad es que por ahora no ha aparecido nada concreto contra Dilma, afirmó André Perfeito, economista jefe de la consultora Gradual Investimentos.

En un sentido similar se pronunció Michael Mohallem, experto en política y derecho de la Fundación Getulio Vargas, quien dijo que “elimpeachment (juicio de desafuero) puede ser un remedio muy amargo y los efectos colaterales muy penosos y traumáticos.

La clase media quiere sacarla del poder de cualquier forma, pero ¿para qué? ¿para llamar de nuevo a elecciones?, preguntó.

Esther Solano, socióloga que ha estudiado las protestas en Brasil y el creciente descontento con la clase política, dice que a pesar de la presencia de muchos ciudadanos en las calles, la situación será muy diferente.Para que haya un cambio real se necesitan nuevas ideas y líderes, pero hay una ausencia total de eso, puntualizó.

Rousseff ha respondido a los manifestantes que los votos que recibió el año pasado son la base de su legitimidad y de la legalidad de su mandato, por lo que no está dispuesta a dimitir.

Al petrolao –el segundo gran escándalo de sobornos entre la clase política brasileña en los últimos 10 años– se sumó este lunes la demanda legal de una empresa estadunidense con sede en el estado de Rhode Island, que acusa a la mayor compañía eléctrica de Brasil y a tres de sus ejecutivos de estar involucrados en un caso de sobornos e inflación artificial de precios de sus acciones.



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