Nos mataron a Chávez y queremos que se investigue

Siempre que han sucedido situaciones como esta de la enfermedad y
muerte del Presidente Chávez, como causan un shock en las personas,
resultan muy efectivas para esconder las verdaderas causas y la manera
en la que se originaron.

Asesinaron a nuestro Chávez.

La oposición y sus disparates son un elemento de distracción. La vaina
viene por otro lado. Ganamos las elecciones, ellos siempre supieron
que perderían, y nos mataron a Chávez. Nunca se trató de política,
siempre fue una conspiración. Y sus planes continúan avanzando y
continua siendo en este terreno, no en el político. Las “metidas de
pata” de Capriles Radonski son una cortina de humo para tratar ocultar
la ruta que se han trazado.

Me disculpas Mario Silva pero el análisis que haces de la oposición
está muy lejos de la realidad. Tú piensas que por haber acudido un
gran grupo de jefes de Estado y representaciones internacionales al
funeral de nuestro querido Presidente, esto es un freno para las
intenciones de la oposición y de los enemigos poderosísimos que están
detrás de ella. ¿Cuántos Estados del mundo apoyaron nada menos que en
la ONU al pueblo de Palestina? ¿Esto logró detener al Estado de Israel
o a sus aliados?.

Ellos no tienen límites, actúan siempre depravadamente. Y de esto
tenemos infinidad de ejemplos, los cuales siempre se presentan como
situaciones confusas, impensables, insólitas, increíbles, cercanas a
la ciencia ficción. Además, el que la causa ridiculiza ante los ojos
del mundo a cualquiera que se atreva a dudar y denunciar la
conspiración que se ha llevado a cabo, y saben muy bien que para
demostrar que no se trató de un accidente, muerte natural, enfermedad
o algo dentro de lo “normal”, se requiere de profundos conocimientos
científicos y tecnológicos. Los casos JF Kennedy y el ataque del 11 de
Septiembre son unos ejemplos de lo difícil que resulta luego aclarar
lo sucedido.

El médico de cabecera de Arafat, el doctor Ashraf al Kurdi, fue
apartado completamente de la estancia final en París; no se le
practicó autopsia al cadáver; se extraviaron las biopsias que le
habían hecho unos días antes en Ramala; el informe final no se hizo
público sino que se distribuyó exclusivamente a su familia próxima; y,
finalmente, el hospital militar de Percy destruyó supuestamente las
muestras de sangre y de orina y se negó a entregar los resultados.

Los israelíes disponen de medios todavía desconocidos para nosotros y
que no dejan huella, de los que nos enteraremos dentro de muchos años,
una vez que desclasifiquen la información o tenga lugar una
filtración. En 1997 agentes del Mossad intentaron matar a Jaled
Meshal, el principal dirigente del movimiento islamista Hamás en el
exilio, inyectándole una sustancia tóxica en una oreja mientras
paseaba por el centro de Ammán (Jordania). Al ser sorprendidos y
capturados tras la fallida operación, el Gobierno israelí se vio
obligado a facilitar el antídoto a los médicos jordanos que le
trataron, pues para ellos se trataba de un veneno desconocido. Yibril
Rayub, exdirector del Servicio de Seguridad Preventiva (Aman al
Hukai), evoca también el reciente reconocimiento oficial indirecto por
parte del Gobierno (al levantar la censura militar sobre una
entrevista hecha por Ronen Bergman en el año 2000 al comandante de la
operación, ya fallecido) del asesinato de Abu Yihad, el entonces
lugarteniente de Arafat en la OLP que dirigía la primera Intifada
desde Túnez en 1988.

Pero mientras que la “liquidación” de Abu Yihad era un secreto a voces
y del que ya había habido previas filtraciones de otros miembros del
comando que llevó a cabo la operación, en el caso de haber sido
asesinado Arafat los implicados se contarían con los dedos de una
mano. Los observadores externos que piensan que se trató de un
envenenamiento citan al difunto periodista israelí Uri Dan, asesor y
amigo personal del entonces primer ministro, Ariel Sharon. En su libro
Conversaciones íntimas con Ariel Sharon, Dan apunta que sugirió al
político apresar a Arafat en la Mukata y llevarlo para ser juzgado
públicamente en Jerusalén –tal como hicieron con el dirigente nazi
Adolf Eichman tras ser secuestrado por un operativo del Mossad en
Argentina– y entonces Arik [Sharon] le respondió enigmáticamente que
ya estaba poniendo solución al problema “a su manera”. Si así fuera,
todo indica que previamente habría recibido el consentimiento del
entonces presidente de EEUU, George W. Bush, que sentía tanta inquina
o más que el propio Sharon hacia el líder palestino. El mismo odio que
sentía por nuestro Presidente.

El canal Al Yazira atribuyó el pasado 28 de julio de 2012 la muerte
del dirigente de la Autoridad Nacional Palestina a un envenenamiento
con Polonio 210, una sustancia altamente radiactiva encontrada en sus
objetos personales, la misma utilizada para liquidar al ex espía ruso
Alexander Litvinenko.

Otro ejemplo de lo difícil que resulta investigar una vez que se ha
realizado el asesinato y que han vendido al mundo a través de sus
poderosos medios de comunicación la supuesta “verdad” de lo sucedido,
es el asesinato del Papa Juan Pablo I perpetrado por una maraña de
organizaciones mafiosas. ¿Porqué no permitieron una autopsia?

¿En qué mundo creemos nosotros que vivimos?

Nuestro mundo es el mundo en el cual la derecha se infiltra en
CORPOELEC y no podemos con ella, o el de los que hicieron cualquier
cantidad de trácalas con CADIVI sin que nadie pudiera detenerlos.

Nuestro mundo es el mundo del Cacique Sabino el cual denunció
públicamente que lo asesinarían. Y lo asesinaron sin que nadie pudiera
protegerlo y evitarlo.

Nos descuidamos y olvidamos el desmesurado poder inhumano de nuestros
enemigos. Por nuestra mente nunca pasó esta posibilidad, un ataque de
este tipo. Miramos todo desde nuestra ingenuidad, entusiasmados por
nuestros corazones y el amor hacia nuestro Chávez. Y mientras ganamos
las elecciones, perdimos su invalorable vida. ¡Nos jodieron!

La exhortación a asesinar al Presidente Chávez por parte del
congresista norteamericano Connie Mack en pleno Capitolio de
Washington mientras dirigía el encuentro denominado “Peligro en los
Andes” junto con Otto Reich, Ileana Ros-Lehtinen y Roger Noriega
organizada específicamente con el propósito de derrocar a Chávez fue
hecha ¡públicamente!. En aquel momento, noviembre de 2010, el
Presidente Evo Morales denunció: “Si algo pasa a Chávez, el
responsable será este congresista”.

¿Cómo emprender ahora mismo la inmensa tarea de investigar cómo lo
asesinaron?. Necesitamos ayuda de nuestros hermanos los “Chávez” de
todo el mundo científico, de investigadores y especialistas. Los hijos
e hijas de Chávez que conforman el Gobierno de la Revolución, nuestros
hermanos Presidentes de la Patria Grande de América del Sur y de todas
las naciones que en este momento lloran la pérdida de este ser
extraordinario deben ayudarnos.

No podemos quedarnos contemplando con orgullo la visita de tantos
mandatarios que amaban a nuestro Presidente, o a la marea humana que
incansablemente espera largas horas en las colas para entregarle su
amor una vez más. ¿Qué otra cosa esperamos que sientan estos millones
de hombres y mujeres por un gigante del amor como Hugo Chávez?.

Por el amor que sentimos por él debemos insistir en que se realice una
investigación profunda y que se proteja toda la información sobre los
exámenes realizados y las muestras necesarias para llevarla a cabo. La
ayuda que pueda prestarnos nuestra hermana Cuba y los Comandantes
Fidel y Raúl Castro es vital.

Todos sabemos que resultado tendrán las próximas elecciones, hasta la
oposición lo sabe. Nos atacarán siempre por el único camino que
conocen: La violencia. Si no realizamos una investigación de lo
sucedido con nuestro Chávez, siempre estaremos expuestos y vulnerables
a que lo repitan cuando quieran.

Los asuntos políticos suponemos que se resuelven políticamente. En
este caso no se trata de un asunto político, se trata de terrorismo
científico y tecnológico.

Esta investigación no puede ser manejada por periodistas, como casi
siempre sucede. Se debe nombrar inmediatamente una comisión de
patriotas incondicionales, asesorados por científicos especialistas en
terrorismo, militares leales, abogados y todo aquel que pueda hacer un
aporte importante, para que la inicien cuanto antes hasta que quede
claramente determinada la verdadera causa de lo sucedido.

Vamos a las elecciones con el Invencible Chávez y su hijo Nicolás
Maduro, hacia una victoria que debemos lograr que sea como nunca se
haya visto.

Pero por amor a Chávez, investiguemos.


amigodon1@gmail.com


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