JVR, yo no tengo piedad, tu sí

Recién me enteré a través de un artículo de Juan Torres Rodríguez titulado “¿Qué interés mueve a José Vicente Rangel a pedir el indulto de Simonovis?, que José Vicente Rangle (JVR) dijo:

“Muy pocos en el país permanecen en la cárcel tanto tiempo y Simonovis también está muy delicado de salud. ¿Qué impide una medida de gracia? No entiendo lo que pasa."

Ver: http://aporrea.org/ddhh/a177651.html
 
Y, en El Universal, JVR dice:
 

"El sucesor de (Hugo) Chávez, Nicolás Maduro, no dirige un gobierno represor. Todo lo contrario, tiene un profundo sentido humano y por lo mismo debe amnistiar a Iván Simonovis, que desde 2004 cumple una condena de 30 años por la violencia registrada durante el golpe de abril de 2002."

Ver: http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/131125/jose-vicente-rangel-exige-al-gobierno-amnistiar-a-ivan-simonovis

Correcto.

Lo que demuestra las palabras de JVR es una profunda capacidad de empatía y piedad, algo raro, pero tengo la siguiente pregunta: ¿Entre los 19 asesinados – creo que son 19 - y los muchos más heridos y lastimados por vida, se encontraran parientes, hijos, hijas, sobrinos, nietos, hermanos, o  hermanas, de José Vicente Rangel? ¿O su esposa?  

Jesús, mientras que estaba clavado a la cruz, dijo algo como, “Perdónenles, porque no saben lo que hacen,” pero en ese caso, él hablaba de la gente que lo torturaron a él, es decir, él les perdonó a los que lo lastimaron a él. Pero, ¿si le hubieran torturado y matado a María Magdalena, y a sus 12 discípulos, hubiera Jesucristo dicho la misma cosa? No lo sé, solo Jesucristo lo hubiera sabido, pero al ver su reacción en el templo, gritando y cayéndoles a palos a los usureros, acaparadores, y especuladores – y no es que torturaron o mataron a nadie – me imagino que Jesucristo hubiera dicho algo como:

“Yo les perdono por torturarme a mí, porque tengo esa opción, pero, así como a los usureros del templo, no se les puede perdonar. No se les puede perdonar a aquellos que cometen crímenes en contra de los inocentes. Dios los juzgará en el otro mundo, pero aquí se les puede proveer una celda mientras que esperan para enfrentarse a nuestro Padre. Mientras que estén esperando, es nuestro deber ocuparnos de su bienestar, aunque no lo merecen, por piedad, por ser cristianos, por el amor, pero nunca se les podrá perdonar en este mundo. Dios les juzgará cuando se vayan de este mundo.”

En muchos países del mundo, un asesino en serie como Simonovis – porque eso es lo que es – lo guindarían de una cuerda, lo electrocutarían, le inyectarían venenos, o le fusilarían en público por  actos tan despreciables y DIABOLICOS.  Desde esta perspectiva, Simonovis tiene MUCHA SUERTE. Aun, tiene mucha suerte de que aquí en Venezuela se le atiende a sus problemas médicos. Yo no lo haría, nunca, que se muera podrido en la cárcel, y digo esto porque tengo mis razones – yo viví la primera guerra del golfo en carne propia, y yo sé de que son capaces, como torturan, asesinan, a inocentes, como violan a niñas, y a niños, como les sacan los ojos y la lengua en vivo, yo lo vi de primera mano. Es decir, no se les puede atribuir a esos psicópatas, como Simonovis, ninguna excusa para justificar sus acciones barbáricas y perversas. No lo conozco personalmente a Simonovis, pero he leído partes de los documentos jurídicos del TSJ, y existe, sin ninguna duda, más que suficientes pruebas en contra de él. Simonovis no es un perseguido preso político, es un psicópata, un criminal, igual a los psicópatas gringos que masacraron y mutilaron a tantos inocentes en Basra (sur de Iraq).

Esa gente, son sádicos, y nunca cambiaran, nunca se arrepentirán, aunque digan que sí, y lloren con todas las lagrimas de sus seres malvados y podridos.

¡Que se vayan al infierno!

A mí la CIA y CSIS (servicios secretos de Canadá) trataron de desaparecerme y asesinarme, y me dejaron por muerto una vez, pero sobreviví. ¿Les perdonaré? La realidad, es que a mí no me importa lo que esos cobardes me traten de hacer a mí, pero, también me amenazaron a mi esposa, a mi padre, quien un viejo enfermo, y a mi hijo. ¿Les perdonaré? NUNCA.

JVR, yo no tengo piedad, tu sí, debes tener tus razones, yo tengo las mías, y también deben tenerlas las victimas y los familiares de las víctimas para no perdonarle a Simonovis.

oscarheck111@yahoo.com



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Oscar Heck

De padre canadiense francés y madre indígena, llegó por primera vez a Venezuela en los años 1970, donde trabajó como misionero en algunos barrios de Caracas y Barlovento. Fue colaborador y corresponsal en inglés de Vheadline.com del 2002 al 2011, y ha sido colaborador regular de Aporrea desde el 2011. Se dedica principalmente a investigar y exponer verdades, o lo que sea lo más cercano posible a la verdad, cumpliendo así su deber Revolucionario ya que está convencido que toda Revolución humanista debe siempre basarse en verdades, y no en mentiras.

 oscar@oscarheck.com

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