Desaparecidos, Asesinatos y Presos Políticos


Debe señalarse, en Venezuela durante 40 años, entre 1958 y 1998, el Estado desató una política de terror policial-militar destinada a reprimir toda disidencia, invocando la excusa de la insurgencia armada y del peligro comunista y socialista, excusa brutal para la desaparición, tortura, y asesinatos.

Evidentemente, los resultados de ese terrorismo de Estado significaron centenares de asesinados, centenares de desaparecidos, miles de detenidos y torturados, perseguidos, exiliados, y la instauración cotidiana de una conducta violatoria de los derechos humanos fundamentales, estableciendo una contradicción flagrante entre los valores democráticos que invocaban los gobernantes supuestamente democráticos y la ejecución real de prácticas nada distantes de las cometidas en las tradicionales dictaduras latinoamericanas.

A título ilustrativo, indicaremos desde 1959 a 1964, Rómulo Betancourt, en su periodo de gobierno se le conocen 1536 desaparecidos. Sin olvidar su famosa frase el 13 de febrero de 1963, en su discurso ante el Congreso Nacional: “Disparen Primero y averigüen después”.

Por lo demás, en el periodo 1964 a 1969, a Raúl Leoni: se le computan 2700 fallecidos y 119 desaparecidos. Se debe indicar que en el periodo desde 1958 a 1998, se producen 50 mil detenciones por pensamiento y militancia política de izquierda, comunista o socialista, 15 mil torturados y más de 5000 desaparecidos.

Se explica, entonces un preso político es toda persona privada de sus derechos y libertades de manera arbitraria por profesar una opción política, religiosa, o de cualquier otra índole, o porque se les menoscaben sus libertades por distinción o discriminación de raza, color, sexo, opción de sexo, idioma, minoría, origen nacional o social, posición económica, o nacimiento o cualquier otra condición, y que dicha confinación sea contraria a un ordenamiento jurídico justo, basado en leyes elaboradas en condiciones democráticas.

Es conveniente acotar, presos políticos verdaderos: Fabricio Ojeda, Jorge Rodríguez, Iván Daza, Paramaconi Daza, Luben Petkoff, Carlos Lanz, Eleazar Díaz Rangel, Emiro Arrieta, Eduardo Machado, Juvencio Pulgar, Ana Josefina Sierra, Carmen Aurora Parra, Nancy Zambrano, Emperatriz Pirela, Emperatriz Guzmán, Clara Borot de Padilla, Esther Macías Añez.

En este contexto, aventureros golpista de la oposición (de los años 2001, 2002, 2003, 2004, 2013 y 2014) siempre utilizaron métodos, técnicas, manipulaciones y experiencias de la alienación capitalista para captar disociados y apátridas, haciéndole siempre frente el Chavismo y el pueblo bolivariano a eso saco de ilusos marcados con el sello histórico y metodologías de las viejas luchas por el capitalismo imperialista, que jamás triunfaran en la patria Soberana de Venezuela cuna de Bolívar, de Chávez y Maduro.

De este modo, por haber cometido delitos comunes tipificados en el Código Penal Venezolano que atentaron de manera violenta y sistemática contra la paz y tranquilidad pública, que los perpetradores no pueden ser considerados prisioneros políticos, toda vez que, no han sido detenidos por sus ideas políticas, ni privado sus derechos y libertades de manera arbitraria por profesar una opción política, sino por haber sido imputados por una autoridad judicial competente de incurrir de manera flagrante en un hecho delictivo.



Bibliografías:

"Ley para Sancionar los
Crímenes, Desapariciones, Torturas y otras
violaciones de los Derechos Humanos por
razones políticas en el Período 1958-1998".
Gaceta Oficial 39.808, 25 de noviembre de
2011.

Nieves, David (1979), La tortura y el crimen
político. Caracas, Editorial Poseidón.

Oliveros, Elia, (2012), La lucha social y la lucha
armada en Venezuela. Caracas, Editorial El
Perro y la Rana. Ministerio de la Cultura.


Rangel, José Vicente, (1969), Expediente negro.
Caracas, Editorial Domingo Fuentes (Segunda
edición).

Rosas, Alexis (2005), La masacre de Cantaura.
Caracas, Editorial Texto.


El autor es Abogado

adelsopalmar@gmail.com


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