Terminó la huelga de Sidor

Que distinto han sido los eventos al finalizar la huelga de los trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) a como terminó la huelga en esa misma empresa que se desarrolló por un mes en los años 70, durante la IV República.

En esa época trabajaban en la empresa unos dieciocho mil hombres. Se fueron a la huelga la mayoría de los trabajadores, no todos se fueron a ese paro, ya que siguieron encendidos los hornos de las distintas fábricas que allí están instaladas, durante tres turnos de trabajo.

La Inspectoría del Trabajo había declarado ilegal el paro, así que las peticiones del sindicato (SUTISS) fueron rechazadas por las autoridades, los trabajadores que se sumaron a la huelga no cobraron sus salarios correspondientes a ese período.

En vista de esta situación y que la empresa no cedió, el sindicato llamó a los trabajadores a reincorporarse al trabajo bajo las condiciones que impuso la Gerencia de SIDOR.

El día que se incorporaron al trabajo, los miles de trabajadores hicieron largas colas en el estacionamiento de vehículos ubicado fuera de la zona industrial. Todo el perímetro del estacionamiento estaba rodeado de miles de Guardias Nacionales y soldados de las Fuerzas Armadas, quienes estaban confundidos entre los matorrales y, por supuesto, armados.

Se instalaron unos veinte escritorios en el lugar, donde empleados de la Gerencia de Relaciones Industriales debíamos revisar si cada uno de los trabajadores estaban en las listas, que en total eran de unos dos mil hombres que no serían reintegrados a sus puestos de trabajo.

Si el nombre del trabajador no estaba en las listas que la Gerencia había ordenado elaborar, se le devolvía el carnet de identificación y pasaba a la zona industrial para retornar a su puesto de trabajo; mientras que los trabajadores que si estaban en las listas se les decomisaba el carnet, y se le indicaba a un Guardia Nacional, quien lo acompañaba hasta un autobús que lo sacaría de la empresa, éste lo llevaba agarrado por un brazo no sin antes de darle un planazo por las nalgas antes de embarcarlo.

A todos los trabajadores que fueron despedidos se les aplicó el Art. 31 de la Ley del Trabajo vigente para esa fecha por abandono del trabajo, perdiendo el derecho de cobrar el dinero correspondiente a sus prestaciones sociales y pasaron a engrosar las gruesas listas negras que impedirían su ingreso para trabajar en cualquier empresa de la zona.

Es válido recordar el trato que se le daba a los trabajadores en la época de la IV República.


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Pedro Quintero Gamboa


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