Efectos del Perdón

No seamos ilusos, en estos 63 años de vida que tengo y mientras he tenido uso de razón siempre he escuchado la máxima: “al enemigo ni agua”, nuestro libertador siempre visionario nos advirtió sobre las secuelas del perdón al decir que “…tras un perdón siempre viene la traición…”

Cuantos males nos hubiésemos ahorrado si en la intentona golpista de abril del 2002 se hubiese hecho justicia con los autores materiales y más importante aun con los autores intelectuales de tan aberrantes crímenes perfectamente demostrados, hoy día ¡son los mismos!, que tendremos que hacer para entenderlo de una buena vez ¡por Dios!, como entender que quienes desde el principio se oponen al proceso ¡nunca!, óigase bien, ¡nunca!, jamás van a dar su brazo a torcer, lo vemos a diario, incluso dentro de nuestro propio núcleo familiar, no hay razón suficiente para hacerles entrar en razón, siempre hay un motivo para negar cualquier acción que favorezca a las mayorías, muchas veces sus argumentos rayan en la estupidez pero creen o les hacen creer que están en lo cierto, es un problema de cultura.

El cambio de cultura no se hace con diálogos, con perdones, con concesiones, ¡no!, se hace ejemplarizando para que las nuevas generaciones se desarrollen bajo un nuevo modelo económico, cultural, ético y de justicia que permita la convivencia social del pueblo de la mejor manera posible; muchos piensan que la paz se obtiene pactando con el enemigo, si la revolución no es apoyada y sustentada por las mayorías tiende a perder espacio, mientras que quienes se oponen no requieren de mayor esfuerzo para capitalizar los errores del proceso porque se mantienen fuertes económicamente aunque políticamente nada tengan que ofrecer, disponen de medios, de dinero, apoyo foráneo, toda la logística necesaria para darnos el latigazo contrarrevolucionario, si la revolución es cada día más fuerte, se mantiene y avanza los opositores que nunca lo van a entender van tomar los atajos golpistas y desestabilizadores, ellos no saben de perdones, de nuevas oportunidades de nacionalismo, de mejoras económicas, nada de eso, su odio es visceral en contra el proceso, arriesgan su estatus y sus empresas como parte del negocio al salir triunfadores, ese es verdadero “talón de Aquiles”, pero han sido salvados a través del perdón, del dialogo, “…un opositor sin lana no vale medio…”

Otro grave error que percibo es el de confundir a los comerciantes con los empresarios, todos ellos bajo la misma figura jurídica, el empresario se supone es un emprendedor que transforma la materia prima para producir algo, mientras que el comerciante es una figura que se dedica a comprar para vender tanto materias primas como productos elaborados, este último es económicamente nómada, inestable e impredecible, sería interesante elaborar una estadística sobre la posición política de estos dos sectores sobre todo en las importaciones, exportaciones y el sector bancario, tenemos que buscar la manera de quebrarle el espinazo al oposicionismo, no podemos permitir que jóvenes valiosos como Robert Serra sean sacrificados, que tengamos siempre que poner la otra mejilla para tratar de conseguir la paz social con un sector capitalista que ¡nunca! va a entender lo que significa el perdón y mucho menos la paz.


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Gonzalo Ochoa Díaz


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