“La politiquería barata nos tiene cansados a todos, se quiere llevar a un plano político lo que antes tiene que pasar por una explicación técnica".
Guillermo Luque...
Muchos lectores me piden mi opinión sobre el vil asesinato del joven diputado Robert Serra, en primer lugar quiero expresar que no soy investigador criminal de homicidios del CICPC, actúo como analista de políticas publicas, no soy analista de homicidios para estar haciendo señalamientos irresponsables, cosa esta que le corresponde únicamente a la policía científica venezolana.
Los grandes crímenes semanales en Venezuela, junto a los asesinos se han consolidado como una superestructura, reflejando la descomposición social del país, así como el termómetro refleja la temperatura de un paciente enfermo con la Chikungunya. El asesinato del diputado Serra, no puede pasar a los anales más negros de la violencia criminal del hampa común, y del hampa política, en este principio del siglo XXI, de la Venezuela más siniestra, a consecuencia de la impunidad más ruin de la politiquería.
Si nos consideramos revolucionarios socialistas respetuosos de las leyes, y del orden establecido, y somos sinceros tendremos que reconocer que lo que realmente tiene morbo es desviar la investigación hacia el crimen perfecto o político. En este asesinato no se puede burlar la ley, y a la opinión pública nacional e internacional sin que sean pillados los intentos de manipulación de este horrendo crimen que ha conmovido al país. ¿Pueden existir crímenes perfectos con los adelantos tecnológicos y científicos hoy en día? Este crimen no se puede politizar de forma irresponsable, y hacerlo parecer como cosas normales. Nadie habla de asesinato sino de "asesinado por el imperio". Adelantándose muchos operadores políticos a las investigaciones que corresponden a jueces y policías competentes para abrir el sumario. Aquí hay mucho que investigar para dar con los autores materiales e intelectuales del asesinato de este joven diputado cosido a puñaladas; en forma salvaje casi igual a las horrendas decapitaciones llevada por ISIS en el Estado Islámico, ya que todo aquello que no se investiga con profesionalismo y seriedad no existe, y que parece no formar parte de eso que los investigadores criminales llaman "los hechos".
El CICPC como policía científica, aplicando la técnica criminalística, debe funcionar de manera eficiente desechando los señalamientos de los investigadores politiqueros. La policía científica debe atenerse a "los hechos". Los policías científicos, son los únicos autorizados para hablar de "evidencias", es decir de los hechos en forma clara, y transparente que no sean tan necesarios explicarlos a la opinión publica cuando son hechos muy evidentes, para presentarlos a los fiscales y jueces.
Cuando se dan informaciones irresponsables, los hechos dejan de ser evidentes, por lo que a los policías del CICPC tienen que preguntarles los periodistas: ¿Cómo van las investigaciones?, ¿a quiénes investigan?, ¿a quienes buscan? Para que puedan hablar de "pruebas" ya que las pruebas hay que buscarlas. Las pruebas no sólo son parte de la investigación criminal, sino también de la voluntad para esclarecer este caso de forma responsable, en los señalamientos politiqueros irresponsables no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Por lo tanto, el único crimen perfecto que existe es el que da la impunidad aunado también a la hipocresía politiquera y a los señalamientos irresponsables.
A los politiqueros les encanta hacer acusaciones sin fundamentos, pero se pasan ocultando la ola de asesinatos semanales, es decir, hablan de los “crímenes” que les da la gana. Por eso se consideran como parte de "la autoridad", porque funcionan como policías, fiscales y jueces, y se consideran parte de los que ejercen el poder, pasando por alto todo aquello que no les interesa que se sepa. Las investigaciones criminales deben de estar alejadas, de la política, y de las ideologías, no tienen que tener conexión con esto, porque si no el hampa continuará con licencia para matar.