Desaparecido, terrible palabra. Solo Habría que preguntarle a cualquiera de las madres, ahora abuelas, de La Plaza de Mayo cuanto dolió cada paso avanzad, en su interminable marcha y cuanta lagrima derramada corrió por el surco de la brecha abierta por sus pasos.
Desaparecidos …"están en algún sitio/ estoy seguro, allá en el sur del alma". Escribe el poeta
La justicia ¿está también desaparecida? Habría que preguntarle a Numa Rojas, encarcelado a pesar de que el TSJ lo declaró inocente.
¿Desaparecidos el defensor del pueblo y la fiscal general?
¿Y el presidente obrero?
¿Acaso no son los encargados de que la justicia no desaparezca?
¿Temblarán de indignación cada vez que se comete una injusticia?
¿No somos compañeros?
Los camaradas críticos escribidores de puño y letra que llenan día a día las columnas de APORREA ¿son solo letras? Y ¿el puño?
El silencio es complicidad. APORREA debería colocar un marcador señalando día a día la ausencia de estos compañeros.
Acedo y Numa son revolucionarios, luchadores sociales, hombres del pueblo, jamás víctimas de la revolución…
o de algunos que se dicen revolucionarios.
Sus familiares no tienen paz están en vigilia permanente: madres, padres, esposas, hijo(a)s
Sus verdugos ¿duermen en paz?
Alzo mi voz y uno mi palabra a la de los camaradas, Juan González, Yury Valecillo y Juan Díaz.
Espero que muchos, miles más se sumen también en una sola voz:
¡LIBERTAD PARA NUMA ROJAS!
QUE APAREZCA ACEDO MORA, "VIVO SE LO LLEVARON VIVO LO QUEREMOS"
"Ninguna revolución deberá ser de 360º "
Cartel en el Paseo La Alameda. Ciudad de México