¡50 años entre rejas!

Urge aumentar las penas a quienes delinquen

Debemos sincerar nuestra aplicación de justicia a los desalmados que continuamente le vienen haciendo daño al país y ello significa que la comisión que está reformando el Código Orgánico Procesal Penal debe dejar de lado todo tipo de interés y proceder, de una buena vez, a dejar establecidas penas realmente fuertes para todos los que cometen delitos.

¿Por qué no se puede imponer una condena de 50 años a quien asesine?
Esa es la pena ideal para un asesino, porque la vida de las víctimas son irrecuperables y el dolor de las madres, padres, hermanos y hermanas, hijos e hijas y demás familiares no tiene precio, si acaso es superable con el transcurrir de los años.

¿Por qué no se puede imponer una condena de 60 años a quien conspire en un golpe de Estado?

Todos los venezolanos fuimos testigos del intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez en el 2002, cuando empresarios, políticos y militares mintieron en sus intentonas golpistas y dejaron muertos y heridos.

¿Por qué no imponer una condena de 50 años contra un funcionario corrompido que atente contra los bienes del Estado?

Cuando alguien atenta contra los bienes del Estado, como en la construcción de una obra, prestar un servicio al país, sabe que está perjudicando a los ciudadanos porque es con el dinero de sus impuestos y con su aporte al trabajo diario que los gobiernos desarrollan el trabajo en beneficio a la sociedad.

¿Por qué no imponer una condena de 60 años y mas a quien robe los bienes de la ciudadanía para beneficiarse?
El individuo que cumple 60 años tras las rejas, si no ha muerto, no volverá jamás a cometer otro delito, especialmente si tiene 30 años, porque saldrá de 90 y quizá mas enfermo que paciente de hospital, así de simple.
Si uno o varios sujetos roban a una persona, no solo dañan al ciudadano propietario del bien, sino que impacta a la familia a la que pertenece el citado ciudadano, con el riesgo, además, de que puede perder la vida ante el delincuente.

Cuando se comete un delito (hay una gran variedad de ellos: drogas, violaciones, golpizas, estafas, fraudes y pare de contar, ), se afecta a mas de una persona; puede ser impactada una familia,un barrio, puede ser afectado un colectivo, el ambiente, el agua, los animales, de allí que todas las penas deben ser aumentadas y no tener un rosario de perdones para quienes hacen tanto mal.

En este país violan las leyes los conductores de buses, taxis, motos, patrullas, camiones, gandolas y pare de contar, pero no se ve la imposición de penas duras y por eso es que cada día vuelven a repetir las mismas violaciones de leyes.

Salga cualquiera de los lectores con una cámara y dispóngase a filmar la cantidad de hechos irregulares que ocurren en nuestras calles desde bien temprano, comenzando por los mismos agentes de la PNB, a quienes los mismos motorizados les pasan por su lado veloces y ellos ni se inmutan como si nada pasara y chateando que juega garrote.

-¡Estoy aquí, en el kiosco, desde las cinco de la mañana y por aquí no pasa un policía ni para remedio!, me dijo uno de los vecinos de la cuadra, en Lídice.

Y no está diciendo mentiras porque es tan real como que existe el Waraira Repano, por eso es que la gente no entiende el patrullaje inteligente, porque no lo ven.

Los jueces, abogados, fiscales y defensores saben que es así, que la violación de leyes es diaria, a cada hora, a cada minuto y nadie, hasta ahora, le pone el cascabel al gato, porque es frágil la actuación de los funcionarios de seguridad. Nadie les pide que sean represivos, porque sería caer en lo que hacía la policía de la cuarta república, que no lo pensaban dos veces para golpear a la gente, simplemente se les pide a los actuales policías, que estén en las calles y actúen de manera permanente.



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Pedro Estacio


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