Cuando el hampa: ¡Hace llorar sobre el asfalto!

¡Yo soy tu asesino! ¡He sido yo quien ha hecho recaer sobre ti esta hora de infortunio!                                                Horace Walpole….

En Venezuela militares, ni los policías se salvan de la arremetida del hampa asesina que pueden esperar los ciudadanos de a pie. Y esto parece ser culpa, de los benditos derechos humanos de los delincuentes, cuando la policía, mata a un malandro, inmediatamente le caen los derechos humanos, pero cuando matan un policía es como si mataran a un perro nadie dice nada.

Cuando un policía mata a un malandro, presuntamente los fiscales del ministerio público tienen trabajo porque les cayó un funcionario para joderlo, porque con los policías no pueden arreglarse porque no tienen dinero, lo contrario cuando les cae un malandro asesino, porque con esos si hay arreglo siempre, y cuando el abogado del malandro sea amigo de ellos, si un ciudadano mata a un malandro dentro de su casa, el fiscal se afinca, a menos que haya platica de por medio, por esas cosas es que muchas de las veces los policías se hacen a los locos ante la arremetida del hampa criminal.

Esto pasa también por la falta de ética policial de ciertos funcionarios, que se venden con las malandros asesinos, cuando llegan a acuerdos con ellos; ahí está el resultado se meten en negocios con asesinos, y eso es para que los funcionarios se den cuenta que más temprano que tarde el hampa les pasa factura.

Fue conmovedora y llena de dolor la foto que corrió por las redes sociales. Donde una joven esposa embarazada se ve sentada en el asfalto, llorando sobre el cadáver de su marido acribillado a balazos por el hampa asesina en un auto mercado Gamma en Chuao Caracas. Su mirada la tenía perdida en el espacio, quizás pidiéndole justicia a Dios,  con una de sus manos tendida sobre el cuerpo de su marido asesinado. El muerto era un Mayor activo de la Fuerza Armada Bolivariana, vilmente asesinado por unos delincuentes, a lo mejor en libertad por los beneficios procesales que gozan los llamados “privados de libertad” con la seguridad que ya llevan en su prontuario, a otros militares y policías asesinados. El asesinato de un militar o policía en otros países como en el tan vapuleado imperio o en la mismísima Cuba, es un delito gravísimo.

Algo muy serio está sucediendo con la justicia penal venezolana, si no le ponen correctivos, será que están esperando que aparezcan los ‘escuadrones de la muerte’ para hacer justicia frente a la impunidad.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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