A propósito del artículo ¿La OLP, una nueva ley de vagos y maleantes? Coincidencias del gobierno de hoy con los gobiernos de ayer de Zuleika Matamoros.
Aquellos que han sido golpeados por estos tres canceres entienden la necesidad de su combate a sangre y fuego y sin blanduras ni necedades. La población tiene derechos humanos sagrados a la vida, a la tranquilidad, al respeto de sus personas y de sus bienes, y estos derechos humanos tienen que ir por encima de los de aquellos que se dedican a vivir de lo ajenos, a asesinar, a descuartizar, a secuestrar, etc.
A Tarek le corresponde en primer lugar defendernos para eso es Defensor del Pueblo.
Zuleika, Tobi y todos los que defienden a capa y espada a los delincuentes, sólo por criticar la acción gubernamental y nada más, no deben haber sufrido en carne propia, gracias a Dios y ojala nunca lo sufran, ni siquiera lo que significa estar en una cola para adquirir productos y ser atropellado por una cantidad de personas que se te “colean”, te empujan y maltratan sin importarles el tiempo que tienes allí esperando ni que seas viejo, mujer, niño ni nada (y que no se te ocurra ni siquiera protestar bajito porque te amenazan de muerte) y que cuando al fin entras al local ya no hay nada porque los bachaqueros se lo llevaron todo. Luego tienes que adquirir el arroz a Bs. 200,00 porque ellos son los que mandan.
¿Qué solución proponen los que como Zuleika denigran de la OLP?, ninguna práctica y urgente como lo amerita el caso, estamos ante un problema de enormes dimensiones, la guerra que padecemos tiene uno de sus mejores brazos en estos elementos, se han llamado pacíficamente a entregar las armas y a integrarse a la vida normal, se han desarrollado programas deportivos, musicales, se han ampliado hasta donde no hay más las posibilidades de estudio, los programas sociales siguen adelante beneficiando a la población mientras los paramilitares, (esos cuyos derechos humanos están por encima de todo) entre otras cosas despojan de sus viviendas dignas, aquellas que les regaló Chávez, a esa población que como los campesinos colombianos tienen que irse para debajo de un puente los nuestros, y para Venezuela los colombianos.
A grandes males grandes remedios decían en mi casa y quien tenga una solución igual de efectiva y rápida distinta a la OLP que la diga sino, que calle para siempre.
Rodilla en tierra y confiando en la sabiduría de nuestro pueblo que no cree en pajaritos preñados.
