RCTV, el nuevo instrumento para legitimar la intervención

En estos tiempos, de “crispación” política, nos asombra que todavía haya gente que ingenuamente crea, que el gobierno maneja un laboratorio en el que se elaboran matrices de opinión para desviar la atención de los ciudadanos, con el objeto de subir el precio del cartón de huevos a 800 bolos (como si Miraflores tuviera granjas para producir ese rubro). La realidad es, que la dinámica revolucionaria nos exige estar atentos ante la vorágine (des)informativa que en materia, política, social, económica, geopolítica y otro mierdero de vainas, se presentan, en un escenario en el que los intereses transnacionales enfilan todos sus esfuerzos para echar abajo el proyecto histórico popular que se viene tejiendo, no sólo en Venezuela, sino en latinoamérica en su conjunto.

En ese sentido, la dispersión no la genera precisamente la Revolución, al respecto hay una serie de matices, que explicaremos analizando algunos elementos relacionados con las intromisiones a nuestra soberanía que vienen haciendo distintos organismos internacionales. El poder transnacional, internacionaliza problemas que para nosotros habían sido ya soluciones soberanas, además hay una serie de cuestiones que debemos tomar en cuenta, para que observemos con detenimiento, cómo contra Venezuela se desarrolla una política sistemática de sensación de colapso y deslegitimación institucional, atentando con flagrancia en contra de la soberanía nacional. Demás está decir, que en tiempos de dictadura del mercado, los Estado Soberanos son un estorbo.

Aquello que llaman MEMORIA.

La peor “coñoemadrada” que los historiadores positivistas le han podido hacer a los pueblos del mundo, es decirles, que los procesos históricos se deben analizar luego de pasada una generación (por lo menos), de lo contrario no es “ciencia”, es decir son vulnerables de contaminación subjetiva, como si un historiador de la más rancia derecha, en éste momento histórico, no viera al Libertador como un “fracasado”, un “loco” o un “antidemócrata”. Ese cúmulo de artimañas, anti-históricas por demás, han edificado la concepción, de que la historia es una cosa aburrida, que pasó hace muchos años, y que pertenece a la clase social dominante, por tanto los pueblos no deben ocuparse del pasado, “ya que los problemas del presente son mucho más pertinentes” para garantizar la subsistencia. En ese sentido la denuncia que hace Braudel, sobre ausencia de conciencia histórica, no es otra cosa que la incapacidad inducida, a la que han sido sometidos los pueblos, precisamente para que se vean imposibilitados de entender sus propios procesos sociales, los de más larga duración, pero también los que se viven en el tiempo presente, en la cotidianidad. A causa de todos esos contrabandos ideológicos “cientificistas”, hoy día ya nadie se acordaba ni de RCTV, ni de las causas por las cuales se negó soberanamente en el 2007 renovar la concesión a una empresa de negocios (Empresas 1BC), que estuvo en primera fila, involucrada hasta el cuello en el golpe de Estado de Abril del 2002. Guardado en el baúl del olvido, para el pueblo venezolano ya RCTV y su estiércol mediático era una historia oscura de la cuál no había que hablar más. Mordimos el anzuelo de la despolitización, de la desmemoria y de la anti-historia.

¿El nuevo caballo de Troya del imperialismo?

El problema estaba olvidado, aparentemente superado, soberanamente resuelto. Ya nadie recordaba el daño que RCTV había hecho en la psiquis de más de dos generaciones de habitantes de éste país, incluso una masa crítica ya venía ignorando la programación de la basura que producían los canales comerciales que quedaban, herederos todos del “legado” “rctevista”, reproductores de enlatados que afianzan la subordinación de la clase de los explotados. La revolución había hecho su trabajo, dentro del marco legal correspondiente, y el imperialismo, sabía que ésta era una carta que tarde o temprano le sería de utilidad para poner en jaque al proyecto Bolivariano, pues además sabía, o por lo menos suponía, que encontraría a un pueblo desprovisto de memoria histórica que defendiera lo que en el 2007 fue uno de los actos más valientes ejecutados por el gobierno revolucionario. Con todo lo que sucede en la actualidad alrededor de la Venezuela Bolivariana, las complejidades fronterizas, la crisis mundial del gran capital y la necesidad de los poderosos del mundo de adueñarse de los recursos energéticos, no hay un mejor momento para desempolvar un problema que para nosotros “ya estaba resuelto”, y que no deja de tener un tufo injerencista.

Crear las condiciones en el plano subjetivo de la comunidad internacional, para que la mal llamada opinión pública termine justificando el asedio a un país soberano es una práctica bien usada por los intereses transnacionales en otras latitudes, Iraq, Libia, Egipto y Siria son ejemplos emblemáticos de éste modus operandi. Ya bastante se está diciendo de la Venezuela Revolucionaria en las grandes cadenas mediáticas que ocupan el espectro opinático de la aldea global, todo en función de descreditar en términos mediáticos cualquier proyecto político que pretenda defender su soberanía.

Después de todo, la defensa a la “libertad de expresión” siempre ha sido una de las banderas que ha enarbolado el imperialismo hipócritamente, para justificar conspiraciones y golpes de Estado, por eso el caso RCTV, era no sólo una carta debajo de la manga, sino un caballo de Troya, que teníamos a nuestros adentros esperando el ataque, en el momento en el que la memoria histórica se durmiera por la vorágine des-informativa de las coyunturas. Pero digámoslo sin pelos en la lengua, y aunque suene aguafiestas, la estrategia del caballo de Troya, pasó a ser la de los burros de Altamira, con el perdón de tan nobles animales, pues el pueblo de Venezuela no está dispuesto a permitir la violación de su soberanía nacional, la burla a la constitución y el tutelaje de una institución internacional al servicio del gran capital, bastante desacreditada en el contexto latinoamericano y poco defensora de los derechos fundamentales de los pueblos. Modestamente hay que decirle a la CIDH que una cosa es la libertad de expresión y otra es la libertad para dar golpes de Estado.

Y los medios ¿Qué dicen del Medio?

No sorprende el abordaje que ha tenido en los últimos días la noticia sobre la sentencia de la CIDH en el caso de RCTV. En el portal de El NAZIonal, se toma como referencia la agencia de noticias EFE, para reiterar que la información viene respaldada por una agencia internacional, con el objeto de causar una sensación de acusación de la comunidad internacional ante “los atropellos dictatoriales”, sería algo así como una legitimación por autoridad de quienes en principio reseñan la noticia. De igual manera El Universal, en su portal refleja parte de lo expresado en el documento sancionatorio emitido por la CIDH, haciendo particular hincapié en la dirigencia que ha llevado a cabo dicha demanda. Pero el papel más vergonzoso y más rastrero le tocó al Diario 2001, al referenciar lo que dijeron vía Twitter, algunas de las caras visibles de derecha venezolana, decíamos vergonzoso, porque en definitiva, por esta red social, lo que se puede decir queda entrampado en 140 caracteres. Veamos. CAPriles: "Sentencia vinculante para el binomio Nicolás-Cabello"; MaCoMa: "El régimen aceptó competir y perdió, ahora pretenderá desconocer el resultado?? CIDH ha sido contundente". Mitzy de Ledezma: "RCTV es patrimonio de todos los venezolanos, somo sus accionistas "afectivos" y esas hoy valen mas que nunca!". LiTintori: "espaldarazo a la Libertad de Expresión". Y ya no sigo porque me va a sangrar la nariz con tanta profundidad en los análisis de las almas puras que defienden los DDHH en Venezuela.

Menos Mal que en medio de ésta Telenovela, que se parece más a EL DESPRECIO, Roy Daza se las cantó clarito, y les dijo que la CIDH no tiene injerencia en las leyes de nuestro país, es más con elegancia los mandó a chapalear mierda pal monte.

El documento peligroso, por inconsistencia Jurídica.

Lo que se argumenta en la sentencia no es otra cosa que un discurso repetido por la derecha apátrida, sin patria, vende patria, pero también, es la letanía que el imperio ha utilizado para invadir pueblos enteros, es más, ya sabemos que entre menos argumentos legales se presenten, menos complejo se hace el proceso de destrucción de todo un pueblo, casi casi, les falta decir en el documento, “deben hacer lo que a nosotros nos de la gana”. Con señalamientos como el de desviación de poder, pretenden dar cuenta de una supuesta sentencia, que parece más al lloriqueo de las doñas de bien, que en las calles de Caracas gritaban consignas como: CON MIS MEDIOS NO TE METAS. Es tan inconsistente que preocupa cómo un organismo internacional, textualmente afirme que la negación de la renovación de la concesión, la cual pertenece al Estado y no a un grupo de empresarios mafiosos, haya provocado un impacto en el ejercicio de la libertad de expresión, no sólo en los trabajadores y directivos de RCTV, sino además en la ciudadanía que se vio privada de tener acceso a la línea editorial que RCTV representaba. Como si ver pornografía matutina, mediocridad de contenido en programas que denigraban a la mujer y a los pobres, violencia de género y de todo tipo, homofobía malhumorada, machismo telenovelesco, fuera un derecho. Preocupa en definitiva la concepción de DERECHOS que tiene la CIDH.

Lo más Humillante, es que siguen hablando como los dueños, cuando afirman en el comunicado oficial de la CIDH que: Finalmente, entre otras medidas de reparación, la Corte ordenó como reparación que se restablezca a RCTV la concesión de la frecuencia del espectro radioeléctrico correspondiente al canal 2 de televisión. Esto deja claro, que no terminan de entender que la Venezuela Chavista y Bolivariana dejó de estar comprendida por desmemoriados pendejos, dejó de estar comprometida con el sostenimiento del statu quo de los explotadores, y dejó de creer en la burguesía, con sus cuentos de salvación mesiánica y su modo de vida competitivo.

Nadar en las aguas de la crítica revolucionaria, pasa por identificar quién es el verdadero enemigo, entender el momento histórico y lanzarse a la construcción de propuestas que ayuden al avance de la consolidación del proyecto histórico popular, proyecto que fundamentalmente es Chavista y Bolivariano.

El pueblo Chavista está consciente, que lo de RCTV era necesario, incluso pedía y sigue pidiendo más.
Venezuela no morderá el peine de la Guerra, mucho menos morderá las carnadas podridas de la CIDH, y con Carlos Puebla les decimos que: son una cosa muy fea, tan fea que causan risa.


*Vocero de la casa del costurero.
Escuela popular de Comunicación “Eulogio Paredes”.


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Carlos Rivas

Escuela Popular de Comunicación ?Eulogio Paredes?. Vocero de la Casa del Costurero.

 carlos_rivas_45@hotmail.com

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