En Abril de 2002 HUBO en el aire algo superior, un sentimiento de grandes esperanzas y de cambios como los que prometía NUESTRO AMADO PADRE BOLIVAR en aquel Diciembre de 1825. No sabíamos si ciertamente se avecinaba una Guerra Civil porque así lo aspiraban los APATRIDAS, pero en todo caso era algo glorioso que estallaba en el CIELO de aquellos días brillantes y en las madrugadas tapizadas de estrellas, porque no dormíamos y las noches eran tan puras y limpias, y el sentimiento era de vencer y vencer, y vencer.
Mi Comandante Chávez se encontraba en su más luminoso apogeo como dirigente, como conductor de masas, como hombre valiente y decidido frente a la jauría de los criminales golpistas y lacayos comandados por el monstruo de la Casa Blanca. En aquellos meses que siguieron al golpe del 11-A, se iba a definir en un forcejeo sin ambages, en el que la derecha se lo iba a jugar todo, lo más peligroso y definitivo de la contienda por parte de nosotros en esa lucha por dejar de ser COLONIA de los EE UU. La bandera de Bush era presionar con terror, para exigir un referendo en el que los OPOSITORES tuviesen el control del Consejo Nacional Electoral, para luego aplastar a Mi Comandante Chávez como se le había hecho a los Sandinistas.
Mi Comandante Chávez supo a mediados de los noventa que había que romper el cerco del terror que se creaba para todo aquel candidato que intentara enfrentar la oligarquía en el llamado terreno “Democrático”, el preferido por el imperio. Porque Democracia para el Imperio significa estar totalmente plegado al modelo neoliberal e imperialista decidido por el Departamento de Estado Norteamericano. En América Latina, el campo que se hacía visible, ante el triunfo de un candidato que no estuviese plegado al modelo del Norte era de tensión, de amenazas, de muerte. Fue así como cayeron Jacobo Arbenz, el mismo Rómulo Gallegos, Juan Bosch, Allende, Torrijos, Aristide, al tiempo que la lista de los que se entregaron antes de dar la pelea es mucho más larga: Todos los gobernantes latinoamericanos del siglo XX fueron exterminados por la presión estadounidense, a excepción de Velasco en Perú, Domingo Perón en Argentina y por supuesto Fidel Castro en nuestra HERMANA CUBA.
El que vino a demostrar que es posible sostenerse en el poder sin el apoyo de EE UU y enfrentando a las oligarquías criollas con el degenerado modelo democrático neoliberal que exigen los gringos, ha sido Mi Comandante Hugo Chávez. Nuestro Chávez les ha demostrado a los demás PUEBLOS que sí es posible vencer al monstruo del Norte, pero recurriendo al poder del PUEBLO. Que el que se enajena de este poder nunca podrá gobernar en PAZ. Esto no significa que ya estemos triunfando. NO. Ahora veremos si realmente frente a los inmensos enemigos que nos rodean seremos capaces de sobrevivir por nuestros propios medios COMO LO ESTAMOS HACIENDO, sin la avalancha, desquiciante, enfermiza y perversa del vil consumo, de la atosigante penetración tecnológica que obliga a la dependencia del Norte o de Europa de nuestra industria, de nuestra producción. Si caen los gobiernos de izquierda que con grandes esfuerzos se han podido levantar, con un trabajo político y constante de más de 40 años, lo que nos espera es la colonización y la SERVIDUMBRE TOTAL y definitiva. Realmente estamos muy lejos de poder cantar victoria.
Desde Abril de 2002 en adelante si se iba la SIP, se plantaba la OIT, se largaba la OIT, entraba la OEA, luego el Vivanco de
Human Right Watch, tras éste Periodistas Sin Fronteras, seguidos de los observadores de la Unión Europea, el Centro Carter, la Corte Internacional de Juristas…………..Luego cayeron en cuenta estos medios NEOLIBERALES de que para que las letanías se elevaran más allá del cielo y del infierno la OPOSICION debía volverse totalmente EUNUCA. Hoy ya todo el mundo está definitivamente convencido del dicho que reza: No se puede creer en cojeras de PERROS ni mucho menos en el LLORIQUEO de la Oposición APATRIDA.
