Con prepotencia y arrogancia responde Estados Unidos al Mundo que condena y rechaza el arbitrario bloqueo de ese país contra la República de Cuba.

Desde que el presidente Dwight D. Eisenhower impuso el 19 de octubre de 1960 un embargo parcial y rompió las relaciones diplomáticas el 3 de enero de 1961, todos los presidentes de ese país han fracasado en su intento de torcer el rumbo de la Revolución Cubana.

La Asamblea de las Naciones Unidas nuevamente aprueba la suspensión del Bloqueo que mantiene arbitrariamente los Estados Unidos contra la República de Cuba.

En mas 30 oportunidades y a pesar de la presiones políticas que se realizan, los integrantes de la ONU, han aprobado que los Estados Unidos suspenda el bloqueo, pero reiteradamente, ese país se niega a cumplir con las resoluciones, quedando aislado y mostrando su prepotencia como imperio, que se da el lujo de desconocer al máximo organismo mundial.

Desde 1992, que se presentó por primera vez la resolución, la voluntad mundial ha sido casi unánime, manteniéndose una abrumadora mayoría contra el arbitrario e ilegal bloqueo, contando sólo con el apoyo de Estados Unidos (proponente y ejecutor) e Israel, yunta que vemos, dándose siempre la mano, en cualquier iniquidad que se cometa en el mundo (Genocidio en Gaza).

En esta oportunidad, Estados Unidos logró que Argentina (votando a favor) y Ecuador (absteniéndose) se sumaron al bloqueo, pero las razones de esos votos son obvias, el dinero y la presión contra ambos países. Uno logrando créditos millonarios y otro respaldo político permitiendo bases militares en su territorio).

El Bloque arbitrario e ilegal de los Estados Unidos contra la República de Cuba, ha tenido consecuencias socioeconómicas muy graves, impidiendo el acceso a insumos vitales para áreas prioritarias como la alimentación, transporte y la salud. Ha impedido que Cuba tenga accesos a nuevas tecnología a todo nivel, deterioro de su infraestructura y ha constituido un obstáculo para el comercio y la exportación.

Esta realidad ha pretendido ocultarla en el seno de la ONU, el Embajador de los Estados Unidos en la Asamblea, Michael Waltz, quien dijo, que el Bloqueo era puro teatro político y propaganda, afirmación que constituye una afrenta para los propios miembros de la ONU, que están al tanto de todo lo que ha sufrido la República de Cuba y su pueblo por el atropello de los Estados Unidos, que no sólo ha sido el Bloqueo, sino, las reiteradas conspiraciones e intervenciones militares para intentar cambiar el rumbo de la revolución (ergo Bahía de Cochinos 1961).

Oportunamente, el representante de Cuba en la Asamblea, salió al paso desmintiendo esta treta y calificó los dichos del representante de los Estados Unidos como:

"EE.UU. no solo miente, desviándose del tema, sino que se expresa de manera grosera y prepotente". Además, dijo que Waltz hablaba "con incultura, rudeza y grosería que no se admiten" en la Asamblea General de la ONU.

Así, que estamos frente una nueva victoria de la República de Cuba, contra la intromisión de Estados Unidos, contra su territorio, pero como lo avizoramos en el título, de esta reflexión, el mundo observará pronto una nueva violación al Derecho Internacional, por parte del coloso del norte, que desconocerá esta abrumadora votación y ratificará el Bloqueo, más aún, cuando un migrante Cubano, como Marco Rubio, rabioso contrarrevolucionario y entronizado como Secretario de Gobierno, insistirá en el Bloqueo, de eso no tenemos la menor duda.

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