“No matarás.”
Decálogo. Éxodo, 20; 13.
Se han cumplido ya tres meses del vil asesinato del dirigente obrero y líder sindical de la empresa TOYOTA de Cumaná Argenis Vásquez. Asesinado a plena luz del día, frente a testigos, incluyendo a sus familiares cercanos, identificados el autor material y los autores intelectuales, es decir, EL ASESINO DIRECTO EJECUTOR QUE DISPARO A SANGRE FRÍA Y EL AUTOR INTELECTUAL PRESENTE EN ESE MISMO MOMENTO EN EL SITIO DEL ASESINATO Y QUE PAGO CON DINEROS DEL ESTADO EL HOMICIDIO E IGUALMENTE IDENTIFICADO QUIEN SE HA CONVERTIDO EN EL PRINCIPAL ENCUBRIDOR DEL HECHO, hasta ahora un silencio cómplice es la única respuesta de los poderes públicos, Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Moral, ante el abominable crimen que ha sacudido al pueblo sucrense, por la monstruosidad del hecho mismo y por los personajes involucrados indirectamente en este cruel asesinato.
Argenis Vásquez se había convertido en un elemento muy incómodo para quienes para el momento de su muerte manejaban oscuros y siniestros hilos de la tupida red de corrupción que involucran al poder ejecutivo del estado Sucre, la alcaldía de Cumaná, el sector gerencial de la empresa Toyota, gerentes de créditos de bancos y financiadoras locales, gerentes de concesionarias y distribuidoras de vehículos, lavadores de dinero del narcotráfico, contrabando y distribución de drogas a gran escala, etc, etc., por un lado, cuando se enfrenta a esta monstruosidad que amenaza desde los mismos centros del poder político y económico del Estado con establecer un control casi total de la vida económica y política de la entidad regional, y, por otro, su decidida y férrea defensa de los derechos de los trabajadores “toyoteros” al enfrentar a la transnacional automotriz en la lucha por la nueva contratación colectiva que les garantizara salarios dignos y mejores condiciones de trabajo. Sus posiciones indoblegables, su verticalidad en la posición política, su disposición a hacerle frente a las gravísimas acciones de la dirigencia política regional, su creciente liderazgo sindical y social, le hicieron merecedor, a los ojos de sus asesinos indirectos, de su ejecución pública. Así, pues, el poder político y económico dominante en Sucre, decidieron que preservar sus intereses y sus espacios de dominación en la administración pública y en el circuito económico de la corrupción regional pasaba necesariamente por hacer desaparecer de esta vida al dirigente laboral. El poder político dominante en nuestro estado se encargó de autorizar, contratar, financiar y ser testigo directo del asesinato de Argenis Vásquez.
“¡¡Al ladrón, al ladrón!!” gritaron inmediatamente los autores intelectuales del asesinato, cuando el hecho sacudió al pueblo cumanés, y se señalaron nombres y apellidos que involucraban a la empresa japonesa, y el señalado desapareció como por arte de magia (sin que hasta ahora se sepa si vive o está también muerto), para tender la primera cortina de humo; y luego la segunda: “¡¡Las investigaciones se llevarán hasta las últimas consecuencias, y caerá todo el peso de la ley, caiga quien caiga!!, clamó el gran encubridor y cómplice, mientras ordenaba a los cuerpos de investigación criminalística que no avanzaran más allá de lo necesario para que no se llegara a la verdad de los hechos, dada su jerarquía en la administración regional. El escenario estaba “magistralmente” (en su significado de “obra de maestro”, DRAE) montado para que la alharaca oficial pareciera efectiva y eficaz ante el hecho criminal, pasaran los meses –como en efecto están pasando-, nadie dijera nada –como en efecto nadie del gobierno está diciendo nada-, y finalmente el tiempo tendiera un “piadoso” manto de olvido sobre el abominable crímen perpetrado con premeditación y alevosía… y aquí no ha pasado nada!!!
Sin embargo, quizás “el clamor del pueblo subió a los cielos”, y hete aquí que por órdenes directas del Presidente de la República se ordena a la policía criminalística a nivel nacional esclarecer el hecho antes de su venida el 24 de Julio a este estado; por otro lado, se activa una Comisión Especial de la Asamblea Nacional, que asume seriamente sus funciones e investiga en el sitio los pormenores del caso. Y…¡oh, sorpresa! Ambas comisiones coinciden en sus conclusiones: EN EL ASESINATO DE ARGENIS VASQUEZ ESTAN INVOLUCRADOS PRINCIPALES FIGURAS DE AUTORIDAD EJECUTIVA ESTADAL Y MUNICIPAL Y MIEMBROS ESTELARES DEL PSUV. Los allanamientos practicados descubren al arma incriminada y el autor de los disparos asesinos, y las relaciones familiares-amistosas de los altos políticos y el ejecutor y homicida, y señalan directamente a los autores materiales e intelectuales del abominable hecho. Todo esto es del dominio y conocimiento público en nuestro estado.
Todo esto es del dominio y conocimiento público en nuestro estado Sucre. Pero igualmente es del conocimiento de la Dirección Nacional del PSUV, del Presidente de la República, de la Asamblea Nacional, del “vicepresidente-coordinador” del PSUV en la región oriental, Aristóbulo Istúriz…, pero pareciera que sí, efectivamente, un “piadoso” manto de olvido se estuviera dejando correr sobre el asesinato del dirigente laboral. Han pasado ya tres meses del homicidio, el caso parece policialmente resuelto, pero… pareciera ser que el lema “¡No a la impunidad!” no reza para los “cuadros gerenciales político-administrativos” de nuestro gobierno revolucionario. Hasta ahora no hay un solo indicio que permita avizorar la más mínima disposición del gobierno, del “Partido”, del Legislativo y Judicial nacional para afrontar seriamente el caso y HACER JUSTICIA A UN CIUDADANO VENEZOLANO VILMENTE ASESINADO POR LOS PODERES ECONOMICOS Y POLITICOS DOMINANTES EN EL ESTADO SUCRE.
Desde el 4 de Febrero de 1992 renació en todos los venezolanos la esperanza de continuar la lucha y alcanzar la victoria por la construcción de una Venezuela mejor. Y en ello empeñamos nuestros esfuerzos. Y respondimos al llamado del Comandante, no una sino más de diez convocatorias electorales para garantizar su victoria. Y hemos marchado cientos de veces en nuestro estado y a nivel nacional respaldando sus políticas. Y nos la jugamos en abril y diciembre del 2002 para mantenerlo en el poder. Y formamos parte de batallones y patrullas, y consejos comunales, y cooperativas… hasta ahora. Pero ya comienzan a flaquear y debilitarse nuestra confianza y nuestro compromiso con esta revolución “de los trabajadores” que asesina a -y encubre a los asesinos de- los trabajadores, que aupa y fortalece candidatos a gobernadores y alcaldes que luego formaran sus gabinetes de gobierno con lo más granado del escualidismo regional, con el narcotráfico, mafias de robo y reventa de vehículos, que no han dudado en asesinar para preservar sus intereses, traidores al proceso, reaccionarios infiltrados, que a la primera oportunidad venderán a Chávez y a la revolución bolivariana por treinta migajas de heces.
Desearía que alguien, desde la Presidencia de la República, de la Asamblea Nacional, desde el Tribunal Supremo de “Justicia”, desde la Defensoría del Pueblo, o a quien competa y quiera hacerlo, me aclara si es política oficial de este gobierno -del cual somos totalmente responsables quienes votamos por él- el asesinato de ciudadanos y el encubrimiento posterior de tales hechos desde sus distintos niveles de administración pública, especialmente gobernaciones y alcaldías. Creo tener derecho a ello, por todas las veces que he votado en su favor.
Sí, sigo siendo chavista, dispuesto al sacrificio por mi revolución…, pero también con el temor de que me apliquen “revolucionariamente” por estar escribiendo esto la misma ley del silencio que le aplicaron a Argenis Vásquez. Y quedará viuda mi mujer y huérfanos mis hijos, como quedaron los de Argenis Vásquez. Pero hay que correr el riesgo. Por eso clamo y clamaré cien mil veces: JUSTICIA PARA ARGENIS VASQUEZ!! CASTIGO PARA SUS ASESINOS!!
Y si –como sospecho- no llegara a funcionar la ley humana de esta revolución bonita y se castigue al asesino directo y a los asesinos intelectuales por preservar los “intereses del Partido”, la Ley Divina –en la que ninguno de ellos cree- sí se encargará de hacerlo, desde los más altos niveles de Gobierno hasta los más locales, que callan por miedo o complicidad voluntaria, lo que les hace a todos ellos encubridores del crimen abominable que clama justicia a los cielos, y el Juez Supremo del Universo ni es chavista, ni es del PSUV, ni acepta efectivo, ni sobornos, ni comparte perico, ni obedece directrices políticas. Y es infalible, además.
Torcedor de tabacos de Cumaná.
marcos_sal10@hotmail.com