El racismo nuestro de cada día

Negar la existencia del racismo y la segregación racial en Venezuela es parte de una gran hipocresía de la que es cómplice también el Estado venezolano

Pudiéramos comenzar este artículo con algunos refranes ya muy populares como: “negro es negro y su apellido es… examen de heces”, o “ese tipo es inteligente, lástima que sea negro”. Algunos de los más violentos como el dicho cuando el Golpe de Estado del 11 de abril del 2002: “Atrapen a Aristóbulo y avergoncémoslo con la mona chita en el zoológico de El Pinar”; o este otro “mata a un negro y vive un día Pepsi”. Si esos son refranes escandalosos en la sociedad “mestiza” venezolana, nos corresponde develar los otros racismos, el hipócrita, el estructural, el institucional que se metamorfosea en la cotidianidad y que al final te dicen aquí en Venezuela “no hay racismo” como existía en Suráfrica o en Estados Unidos, exhibiendo con ello una gran ignorancia sin diferenciar entre lo que es segregación racial y discriminación racial. Lamentablemente en nuestro país, en América Latina y el Caribe se combinan ambos elementos en medio de un gran manto de hipocresía que, si no estás mosca, caes en la trampa de la seducción del racismo al negar su existencia en la cotidianidad.

¿La discriminación racial comenzó con Chávez?

Algunos sectores de oposición expresan que el racismo fue creado hace diez años cuando el presidente Chávez tomó las riendas del Estado venezolano y además de eso, le agregan que dividió la sociedad venezolana en clases sociales. Antes de Chávez, nuestra sociedad, según los “igualitarios por coyuntura opositora”, era igualitaria, no existían divisiones ni raciales (es decir éramos el paraíso de la igualdad) ni divisiones de clases, también todos socialmente éramos iguales. De entrada Chávez hasta el año 2002, -al igual que todo su tren ejecutivo, incluyendo ministros y funcionarios “afro”- compartía esa opinión de la rancia burguesía de que “todos somos mestizos y que el racismo había desparecido de Venezuela, posición que incluso llevaron a la Conferencia Mundial contra el Racismo, Sudáfrica 2001, y en su oportunidad les dijimos a esa delegación oficial venezolana: “oigan no digan esa tremenda mierda en esta conferencia mundial que en Venezuela no hay racismo, ya que ningún país del planeta tierra escapa de esa aberración de la humanidad inventada por Occidente… Digan esa vaina en Marte, pero no aquí en Sudáfrica”.
Ese es un reflejo de la larga lucha que las y los afrodescendientes hemos llevado para sensibilizar y realfabetizar al Estado y la sociedad venezolana contra la discriminación racial y sus distintas modalidades existentes en nuestra sociedad, es importante que entiendan que “discriminación racial" denota toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en la esfera política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida pública. De ahí se desprende la diferencia de segregación, entendiendo ésta como una actitud de una supuesta raza superior a otra en términos de no aceptar que esa raza “inferior” tenga acceso a las instituciones públicas o se reservan o separan espacios, donde la clase inferior debe estar, así como en los servicios.

Discriminación y segregación racial

En Venezuela aún en pleno siglo XXI se practica ambas aberraciones, la discriminación racial en poca o baja intensidad ésta en todos lados y se reproduce tanto en la izquierda como en la derecha, en los medios de difusión masiva, internet, en el sistema educativo, en la distribución presupuestaria del Estado, en áreas como la cultura donde más se beneficia a las llamadas bellas artes, en la distribución de los espacios burocráticos o como sucedió recientemente en el Panteón Nacional cuando las mujeres afro, aún existiendo en el Ministerio de la Mujer un viceministerio para la mujer afrodescendientes, fueron totalmente discriminadas y excluidas en la pantomima histórica de Venezuela montada el 8 de marzo, donde también se evidenció que la anulación y el silencio cómplice ante esa situación es un tipo de racismo. Por otro lado la segregación existe en dos forma en nuestro país, la directa y la hipócrita. La segregación directa se practica en ciertos lugares nocturnos de Caracas y Maracaibo, así como en clubes de playa, donde han rechazado la entrada de afrodescendientes; e incluso asesinatos como los ocurridos en Chacao en los tiempos de Leopoldo López hacia jóvenes afro o la agresión directa de la policía de Chacao contra el afroindígena César Quintero cuando fue golpeado y apresado en la plaza Altamira día postgolpe de Estado, por ser afro y llevar una franela roja rojita. La segregación hipócrita es la más sutil y peligrosa, y la que te acostumbra a decir que todo está “normal”. Ese tipo de segregación tiene que ver de la manera como se rechaza a los indígenas y afrodescendientes en algunas carreras universitarias como Arquitectura o Medicina, en cargos de alta gerencia pública y privada los afro e indígenas ya que consideran que no están a esos niveles, en los noticieros tantos públicos como privados brillan por su ausencia, en la mayoría de los textos escolares se segrega a los afro e indígenas y también en actividades históricas son excluidos como ya se evidencia en algunas propuestas para la conmemoración el Bicentenario de la Independencia de las Américas, por sólo mencionar algunos ejemplos.

Tomar conciencia

Más allá de una Ley contra la Discriminación Racial es importante la conciencia ciudadana contra el racismo. Como resultado de una larga lucha que arrancamos desde 1980 contra el racismo, y se concretó con una movilización que hizo el movimiento afrovenezolano ante la Asamblea Nacional, en mayo del 2008, introdujimos un anteproyecto de Ley contra la Discriminación Racial basado en las orientaciones de la Convención Internacional contra la Discriminación Racial de las Naciones Unidas. Fulvia Polanco de la Red Afrodescendientes de Venezuela (RAV) nos informa los aportes sustanciales que dio esa organización para enriquecer dicho proyecto, sin sectarismo como pretende algún diputado o de una organización en particular apoderarse del mismo, pero más allá de eso hay que luchar y denunciar el racismo encubado en algunas instituciones del Estado, como denunciamos el caso del exministro Soto y el exviceministro José Manuel, pues el racismo de oposición lo tenemos clarito y sabemos dónde darle duro, pero el institucionalmente hipócrita es mas difícil de desentrañar.

TIPS
El Fogón de Morochito Machado: Le hago un llamado a la directiva nacional del PSUV para que en las elecciones internas se escojan sólo candidatos de Barlovento. La candidata Iroshima Bravo cayó como una bomba en Barlovento…


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Jesús Chucho García 



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