22 de agosto 2008. - Los magistrados destituidos argumentaron que su remoción obedecía a diferencias ideológicas con el ejecutivo venezolano.
Una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos relativo al caso de tres magistrados destituidos de sus cargos por fallar “en contra del Ejecutivo” desestima la tesis de que el Poder Judicial venezolano no es independiente.
Los demandantes son Juan Carlos Apitz Barbera, Perkins Rocha y Ana María Ruggeri, jueces que fueron destituidos de sus cargos en 2003 y que denunciaron al Estado venezolano por haber violado sus derechos humanos al impedir que fueran juzgados por una corte imparcial.
Aunque, según la Corte, los derechos humanos de Apitz, Rocha y Ruggeri fueron vulnerados, expresó que “no ha quedado establecido que el Poder Judicial en su conjunto carezca de independencia”.