12 de mayo 2009. - La reciente desarticulación de una banda de terroristas, integrada por
sujetos provenientes de los países de la Europa del Este, veteranos de
la guerra de los Balcanes y de ciudadanos bolivianos ha puesto en
evidencia la red que se teje en nuestro continente para atentar contra
la estabilidad política y social de nuestros países.
Casi en paralelo al plan descubierto por el gobierno del presidente
Evo Morales sobre el contexto y las características del plan
conspirativo, otros informes respaldados por la propias fuentes
diplomáticas de Argentina han descubierto también la existencia de
células integradas por ex militares de esa nación. Inclusive se
denuncia la existencia de otras células terroristas integradas por
brasileños y uruguayos que participaron en la guerra de los Balcanes.
¿Será Bolivia escenario de un experimento de la derecha fascista
para emprender una cruzada terrorista contra los pueblos que han
decidido ser libres o cuyos gobiernos tienen cierto grado de
independencia frente a los designios del poder capitalista mundial? Es
posible y el plan podría estar en pleno desarrollo.
Pocas semanas después de que se desarticulara a la organización
neofascista que planeaba ejecutar acciones en Bolivia, en Venezuela,
las autoridades allanaron una vivienda donde se ocultaban armas de
guerra y explosivos. Como consecuencia del hecho fueron detenido tres
ciudadanos de nacionalidad dominicana y otro de nacionalidad francesa.
El ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Tarek El Aissami
señaló que los detenidos forman parte de una organización terrorista.
Las armas encontradas fueron: 500 gramos de explosivos C4; un segmento
de cable electroconductor; 11 sistemas eléctricos detonantes para
explosivos; 19.721 cartuchos de diferentes de calibres, 14 fusiles de
diferentes modelos, de los cuales 5 son con miras telescópicas, 5 con
miras láser y uno 1 con silenciador.
Además 5 escopetas calibre 12; 3 ametralladoras; 4 pistolas de
diferentes calibres, 51 cacerinas para armas de fuego de diferentes
calibres, 2 chalecos antibalas; 11 equipos de radio transmisores, 3
portátiles de radio punto a punto; 1 radio base.
Aún se conocen pocos detalles sobre las características de la red
desarticulada en Venezuela, no obstante, ya los hechos de Bolivia han
despejado parte del panorama que se esconde tras los mercenarios de
origen croata y húngaro que planificaban el asesinato del presidente
Morales.
Coincidente con la detención y abatimiento de los terroristas, se
encontraba en Bolivia una comisión de la organización denominada
UnoAmérica. Una coordinadora de agrupaciones ultraderechistas presidida
nada más y nada menos que por Alejandro Peña Esclusa, un viejo conocido
de los círculos de la ultraderecha venezolana.
Sin estar claro de donde proceden sus recursos, Peña Esclusa se ha
dedicado a recorrer el continente. Participó activamente en la campaña
electoral del derrotado candidato de la derecha salvadoreña y ha
desarrollado íntimas relaciones con medios de comunicación e individuos
pertenecientes a los círculos de ex militares golpistas argentinos.
Pues Peña Esclusa y sus socios argentinos han viajado
frecuentemente a Bolivia para sostener que la masacre de Pando fue
responsabilidad del gobierno de Evo Morales y no de la oposición de
derecha en la persona del ex prefecto Leopoldo Fernández.
Una comisión de la llamada UnoAmérica visitó inclusive a Fernández
en prisión para manifestarle su solidaridad, e inclusive en un
documento público extraído de la página web de Uno América se dice:
“Peña Esclusa dijo que viendo que las violaciones a los derechos
humanos en Bolivia ya han superado muchas barreras, UnoAmérica ha
decidido tomar como bandera el caso de Leopoldo Fernández, para lo cual
harán las gestiones internacionales que sean necesarias”.
Otro de los que viajó frecuentemente a Bolivia, especialmente a las
ciudades del oriente fue Jorge P. Mones Ruiz, un ex carapintada que se
alzó en armas contra el gobierno de Raúl Alfonsín para exigir la
impunidad de los represores de la dictadura.
Mones Ruíz es líder de una organización denominada Movimiento por
la Verdadera Historia, que entre otras cosas plantea lo siguiente: "La
Argentina, Uruguay, Bolivia y Venezuela, países (entre otros) donde
UnoAmérica tiene montada una estructura de importancia, se caracterizan
por tener presos políticos por idénticas razones. Lo mismo sucede en el
Uruguay donde hay que prestar atención, pues con menos estridencias se
persigue a quienes lucharon contra la Guerra Revolucionaria Marxista.
Esta guerra inconclusa, hoy forma parte de un amplio proyecto de
penetración sutil y progresiva, distinta a las acciones armadas del
pasado pero que mantiene vigente la perspectiva violenta, escenario en
el cual la Iglesia Católica no deja de ser uno de los blancos de la
nueva agresión neocomunista".
Mones Ruíz y sus amigos sostienen que en Argentina se discrimina
políticamente a “figuras prestigiosas como el abogado Jaime Smart o el
diputado nacional Luis Abelardo Patti.
Pues recordemos quien es el señor Patti, para ello reproducimos parte de su historial criminal denunciado en la página web www.desaparecidos.org:
“En 1973 fue acusado de asesinar a balazos a tres adolescentes en una
confitería del Barrio Lambertucci, de Escobar, porque recibió informes
de que habían asaltado y violado a una mujer. Al frente de una comitiva
policial, el entonces oficial principal sorprendió a los jóvenes (de
entre 16 y 17 años) jugando al metegol y los acribilló ahí mismo. Luego
se comprobó que las víctimas no tenían ninguna relación con los delitos
denunciados. El hecho fue publicado únicamente por el diario local "El
Actual", dirigido por el militante comunista Tilo Wenner. Un día
después del golpe de Estado, el 25 de marzo de 1976, Wenner fue
secuestrado y desaparecido”
Según fuentes consultadas por el diario bonaerense Página 12, desde
hace varios meses que las autoridades de ambos países sospechan de las
incursiones de ex carapintadas relacionados con las facciones de
ultraderecha de Santa Cruz de la Sierra, Pando y Cochabamba.
Sobre la conexión de los ex carapintadas con la derecha boliviana
debemos recordar también que uno de los líderes de la estrategia
separatista en la nación del altiplano es Branco Maricovik, quien es
descendiente de croatas vinculados al nazismo. Precisamente fueron
varios los llamados carapintadas argentinos que recalaron en la guerra
de los Balcanes, entre ellos el oficial Rodolfo Barros, otro de los
camaradas de Mones Ruiz y Baraldini.
Mones Ruiz también está vinculado con las recientes huelgas
promovidas por los empresarios de la soya en Argentina para debilitar
al gobierno de Cristina Fernández.
No es sencilla la red que se teje a partir de las mentes más
retorcidas que pretenden sembrar de violencia a nuestro continente. De
seguro se sabrán, poco a poco, muchas cosas más. A pesar de sus
trasnochados y a veces alocados planteamientos (como concebir a Lula Da
Silva como uno de los pilares del funcionamiento de las FARC), es
conocido que los miembros de UnoAmérica han tenido nexos o han sido
protagonistas del ejercicio de la represión y las armas contra el
pueblo. Poseen recursos, como los que permiten a Peña Esclusa y a sus
socios recorrer el continente y juegan con la desesperación y la
ignorancia de los sectores sociales que ven en peligro, de forma real o
ficticia, sus intereses, frente a los procesos progresistas que se
desarrollan en Sudamérica.